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—¿Que?

—Escuche que dijiste cariño, ¿O en realidad buscabas al chico de los jueves?

—No no, pero, perdón si no te gusto, no tenia pensado que lo escucharas.—Nunca había querido tanto que la tierra me tragase y me escupiese en, no lo se, Filipinas.

—Esta bien.—Me abrazo.— Que lo digas tu me gusta.

—¿Ah si?— Le di un tierno beso en el cuello.

—No te quieras pasar de listo Vic.

—Esta bien, esta bien.

—¿Vamos?— Al separarnos vi como Kellin tomo su mochila de siempre y un gran bolso que no lo vi traer.

—¿Y eso?

—¿Eso que?

—Esta bien que me gustes y que estemos comenzando algo Kells, pero, ¿no crees que es muy temprano para enterrar un cadáver juntos? En mi pueblo eso es una propuesta de matrimonio.

—Oh, eres un idiota.—Ambos reímos.—Es mi ropa, lave todo el sabado y en cuanto termine tuve que irme con urgencia y decidí dejarlo aquí.

—Ohh.—Mire el gran bolso y lo agarre, haciendo que Kellin lo suelte, al instante sentí como se volvía más pesado de lo que creí que era, pero sin quejarme mucho me lo eché al hombro.—Gracias.

—No pasa nada.— Kells comenzó a caminar hacia la salida y tomo las llaves para cerrar el lugar.

Al terminar fuimos a mi auto y deje que Kellin eligiera la estación.

—¿Como te fue hoy?—Me miro con una sonrisa y jugando con los collares que tengo colgados en el retrovisor.

—Digamos que bien, tuve problemas con Dante, pero más allá de eso, fue un buen día ¿El tuyo como fue?

—Dante es el chico rubio con quien trabajas ¿no?

—Si, es él.

—¿Por que discutieron? Parece un chico tranquilo.—Soltó una risita.—¿Que le hiciste?

—¿¡Yo!?

—Si, tú.— Lo mire simulando indignación.

—No hice nada.

—¿Entonces que te hizo él?

—Nada Kells, de verdad, discutimos por una estupidez y luego se largo de la tienda.

—Esta bien, te creeré.—

—Ahora que estamos con preguntas, ¿Que fue lo que paso el sábado y porque no me llamaste para ayudarte?

Sentí como el ambiente se tensó un poco pero le reste importancia.

—Nada, solo, problemas.

—¿Entonces porque no me llamaste? Podría haberte llevado a donde necesites si ibas con tanto apuro.

—Estaba bien Vic, en serio, dejemos el tema aquí.

—Esta bien.—Alargue la "e" y de reojo pude notar como Kellin se giro hacia la ventana, dejándonos en silencio, en el cual sólo se escuchaba la suave musica de la radio.

Minutos después lo escuche hablar.

—¿Quieres que me quede en tu casa unas horas o me llevas hasta mi casa?— Se escuchaba cansado, no físicamente, sino como si estuviese cansado de algo.

—¿Estas bien?

—Respondamos una pregunta a la vez.—Vi como se tapaba los ojos con las manos y jalaba algunos cabellos con fuerza.

Dirty Laundry || Kellic QuentesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora