Dirty Laundry || Kellic Quentes

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—¿Kells?— Luego de buscarlo en la sala de lavadoras y el la de las secadoras fui a la sala de empleados, pero seguía sin encontrarlo.—¿Kellin estas por aquí?—Seguí sin escuchar a nadie así que me acerque a la pequeña puerta que da al baño.— ¿Donde te metiste cariño?—Susurré, para mi, golpeando un poco la puerta.
Casi al instante sentí unas frías manos cubrirme los ojos y sonreí.

—¿Quien soy?— Intento hacer su voz un poco más grave, pero no lo logró.

—Mmm, no se, ¿El chico guapo que bien todos los jueves por la tarde y en jueves pasado me guiño un ojo?

—¿Que chico?— Al instante quito sus manos y me volteé a verlo, estaba con un gesto un poco triste.

—Nadie.

—Dime.— Cruzo los brazos y un puchero involuntario se dejo ver en sus preciosos labios.

—Solo un chico.—Me acerque y lo tome despasito de la cintura.

—¿Es muy guapo?— Se había puesto celoso, dios, quiero llorar de lo tierno que se ve en ese momento.

—No, conozco a alguien mucho más guapo.

—¿Quien?

—Un chico bastante pálido, es algo así como de mi altura y bastante delgado.—Sentí como se tenso.—Tiene una tierna melena azabache y unos ojos preciosos.—Pegué nuestras frentes y lo vi sonreír.—También tiene la sonrisa más hermosa que vi en mi vida.— El soltó una leve risita.—Y ahora podría besarlo.

—¿Porque no lo haces?

—No se si él quiere que lo haga.

Sentí un suave piquito y una risita sumamente adorable.

—Obviamente él quiere, o sea, eres el chico perfecto, ¿quien no querría que lo beses?

—Esta bien, tienes razón.—Me acerqué hasta que nuestros labios rozaban.—Lo haré.

En ese instante lo besé, y sentí como Kellin acariciaba mi rostro y mi corazón dio un vuelco de felicidad, ¿como es que en un beso podía dejarme así? dios, Kellin es increíble.

En cuanto nos separamos le di un tierno beso en la nariz y ambos reímos.

—¿Me habías dicho "cariño"?