Dirty Laundry || Kellic Quentes

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15 años.

—John en serio perdón por todo esto—Kellin abrazaba al chico frente a él sintiendo las lágrimas cayendo sobre su cabello.

—Bebé, lo lamento, sabes que te amo.—El castaño tomó la cara del pelinegro, acunandola en sus manos.—Pero no aguanto más.

—Yo te dije que no vinieses, no puedes culparme de esto, tampoco te culparé a ti, fue mi padre, por favor no me dejes.

»Me quedaré a cuidarte todo lo que necesites, no volveré a mi casa hasta verte mejor, haré todo lo que me pidas pero por favor, no me dejes, sabes que te necesito, eres mi faro en esta eterna niebla, por favor, perderte sería perderlo todo.

Ambos estaban llorando ¿A quien creían engañar? ambos se amaban con la fuerza de un huracán, pero John ya no podía, estaba harto de ver a Kellin en esa situación, resistió todo lo que pudo, pero ya no podía ver que lastimasen a la persona que amaban por su culpa.

—Kellin esto debe acabar, sabes que no es algo que yo quiera, pero yo soy tu más grande problema en este momento.

—También eres mi más grande ayuda John, te lo suplico.

—No Kellin.—John lo beso suavemente junto a un fuerte sollozo del menor.—Mi ayuda no compenza todo el daño que te hacen por mi...

—¿Por ti? John yo pensé que...

—Si estuvieses saliendo con una mujer nada de esto estaria ocurriend...

—¡Mierda John! ¡No es por tu puta culpa que mi padre me odie! Estes o no seguiré siendo gay, una mujer nunca me hara feliz, y prefiero mil veces sufrir a costa de mi felicidad a elegir un sufrimiento que haga feliz a todos menos a mi.

—Entonces elijo no ser yo el que te acompañe en esto.—Kellin y John se miraron, sabiendo muy a pesar de todo, que ese estaba siendo su fin.—No quiero ver como te lastiman y tu eliges seguir así, perdón, no es por abandonarte en esta situación, pero ya es totalmente por mi salud mental, no puedo quedarme viendo como le hacen algo al amor de mi vida. No soporto ese nivel de maltrato hacia mi mismo.—Kellin suspiró y limpio sus lágrimas.—Por favor no digas que esto es egoísta.

—No, no lo es, es necesario. Tampoco voy a pedirte que te quedes conmigo para que ambos suframos, eso si sería egoísta.—Ambos tomaron sus manos y se sonrieron.—¿Este será nuestro final?

—Quiero tener un buen final.—John se acerco a Kellin besándolo y levantándolo del suelo.

El beso era de despedía, mezclándose con el salado de sus lágrimas y lo amargo en sus corazones. Mientras Kellin tenia enrolladas sus piernas en la cintura de su joven acompañante, este caminaba hacia su habitación, cortando el beso para expresarse el amor mutuo de cual no querían despedirse.

Por primera vez hicieron ese amor de hierro algo físico, dejando que se vayan en caricias y gemidos, en miradas y te amos, en el abrazo en el cual se fundieron al acabar y ese ultimo beso el cual selló su relación.
Ese sentimiento que todo lo podía y aguantaba no resistió el veneno de un  escéptico del amor, el cual creía que ese sentimiento era lo suficientemente vacío como para no poder atravesar algo que el propio hombre había inventado, el género.

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16 años.

—Kellin no hagas esto te lo ruego.—Hud lo miraba frente al espejo junto a Justin, el cual estaba al borde del llanto.