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Ahí estaba de nuevo: el suave aroma a cerezos y el penetrante olor del humo.

Todo mi alrededor no era más que una densa niebla donde no podía moverme ni hablar; traté de gritar pero mi voz no salía de la forma que yo deseaba, quise patear o golpear para abrirme paso entre la espesura pero nada parecía funcionar además de que con cada movimiento que hacía un destello dorado salía del punto de choque provocando que fuera mucho más torpe al tratar de salir de ahí.

Hasta que de la nada ese par de esmeraldas se asomaron justo en frente de mí, brillaban como si tuvieran un fuego propio, poco a poco fueron aclarándose conforme se acercaba a mí hasta transformarse en un par de ojos tan puros y llenos de un profundo sufrimiento que me hacía sentir como un millón de estacas se clavaban en mi pecho, se veía como si estuviera a punto de perder la cabeza y cometer un homicidio para después, él mismo, dejarse llevar por la lúgubre salida de la muerte.

Pero no hizo nada brusco como yo siempre esperaba que fueran sus movimientos: se acercó a mí y extendió su mano hasta que rozó mi mejilla suavemente como si yo fuera una pequeña figura de porcelana que con la mínima presión se rompería en mil pedazos, acto seguido murmuró unas cuantas palabras de las cuales solo pude rescatar mi nombre y después ver como esos ojos se teñían con las lágrimas que estaba por derramar sentía como mi cuerpo poco a poco se desvanecía haciéndose mucho más pesado de lo que ya estaba, sentí frío y humedad cuando todo se volvió negro.

Hasta que una mano salió de un pequeño rincón de la oscuridad, corrí para alcanzarla poniendo todas mis fuerzas a mis piernas que parecían ser inútiles en lugar de funcionales y en ese momento pude por fin distinguir un par de palabras que solía escuchar en mi inconsciente.

Vaapas Aao...Shaka...

Después de eso solo hubo silencio nada más que mi cerebro en el limbo del sueño y la consciencia, sentí como algo estaba aplastándome hasta el punto en el que no me dejaba respirar; no había más ojos esmeraldas ni manos esperando a ser tomadas para salvarme solo estaba yo... y eso siempre me aterraba.

Conseguí despertar de golpe cuando me senté en la cama completamente empapado en sudor frío, con la respiración completamente acelerada y el penetrante olor a cerezos con humo. Pasaron unos cuantos minutos antes de que pudiera restablecer mi ritmo cardíaco jalando aire con tanta insistencia que mis exhalaciones parecían ser bufidos de un bovino, me tomé de la cabeza mientras me recosté de nuevo en la humedad de mis sábanas.

—Mierda...

Sin duda Asmita iba a volverse loco de nuevo puesto que recién había cambiado la ropa de mi cama aunque no me importó en lo absoluto la tendencia perfeccionista de mi hermano y me revolví el resto de la noche entre las húmedas cobijas mas al ver el completo fracaso para volver a dormir un poco, decidí levantarme: me estiré para ver el reloj que marcaba exactamente las 4 de la mañana y soltando un suspiro me dirigí al único lugar que podía ser mi refugio.

Abrí la ventana con cuidado de que no se escuchara el característico rechinido de una puerta vieja y me deslicé por el tejado hasta donde la rama del roble del jardín se extendía, con un poco de impulso logré colgarme para trepar hasta cerca de la cima donde una rama medio torcida dejaba que reposara mis preocupaciones en ella: a veces sentía como si ese árbol realmente tuviera una mente propia y me llamara inconscientemente a él.

Me permití volver a la voz de mi sueño, tan suave y llena de tantos sentimientos que me era imposible saber realmente cual era la intención propia de esa llamada.

Había tenido ese sueño desde que mi memoria me permite recordar aunque en estos últimos tres años el aroma y la voz es mucho más intensos porque antes los cerezos solo podía olerlos cuando estaba en morfia además de que los sonidos no eran para nada claros y se escuchaban más como si fuera un hechizo de brujería que palabras en sí. Ya le había preguntado a Shijima acerca de este tema con el argumento que debería soñar cosas diferentes pero solo me hablaba por medio de metáforas como él suele hacerlo a todo el mundo por lo que me hice una nota mental de no volver a discutir estas cosas con el hermano loco que se la vive en su pequeña burbuja; había valorado la opción de exponerle la  situación a Asmita pero su tendencia de madre preocupona siempre impedía que pudiera sentarme con él en la desgastada mesa de la cocina a discutir sobre mis locos sueños y como estos estaban a punto de matarme.

Porque esos esmeraldas ya no se quedaban solamente en sueños, ahora aparecían de vez en cuando por el rabillo de mi ojo o cuando parpadeaba y ni que decir de la voz, ahora todos se habían acostumbrado a que me la pasara analizando mi al rededor para poder captar quien estaba sumiéndome poco a poco en la locura.

No había nadie en el mundo con esos ojos tan llenos de luz y pasividad, lo sé porque he investigado todo acerca de los ojos incluso pedí mi especialización en mi carrera para enfocarme a las partes oculares.

Patético para un adulto de casi 23 años.

No es como si estuviera orgulloso de todo esto pero no puedo evitar pensar que alguien en el mundo puede llegar a tener algo que ver con mis sueños, si tan solo pudiera buscarlo... toda está mierda de sentir como la soledad me invade cada vez que despierto, como se instala poco a poco la sensación de un inmenso vacío en mi pecho, como me vuelvo cada vez más y más demente con todo esto.

—Demonios...

No podía evitar maldecirme y reclamarme internamente por no tener la capacidad de retención para este tipo de cosas.

Decidí que meditar me ayudaría un poco, así que con mucho cuidado adopté la postura de loto y dejé mi mente en blanco, la brisa del rocío de la mañana me golpeó varios minutos después así que me preparé para la mejor parte de mi día: ver como el sol se alza en el horizonte siempre ha sido mi mayor dicha porque los astros siempre han sido mi mayor tesoro.

Tengo una caja repleta de fotos a estrellas, constelaciones, pero la mayoría de ellas son predominantes el sol y la luna ya que ambos siempre estarán ahí incluso cuando yo ya no. 

—¡Maldición...!— escuché la queja de mi hermano hormonalmente-alborotado desde el lugar donde me encontraba así que deduciendo que era hora de regresar a mi habitación me despedí del árbol con una pequeña sonrisa.

Sin nada más, me resigné a empezar mi día como todos los demás: con la cabeza en las nubes.




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Holaaa! ❤

¿Cómo están? Espero que bien :3

Weno, este es el fic del que les hablé antes, es de Shaka y Mu porqué amo como son esos dos bebitos así que aquí está.

La verdad la idea se me vino justo después de ver un video de la teoría de reencarnaciones además de que terminé de ver Hybrid Child llorando como loca (100% recomendado) y a eso añádanle que tuve la brillante idea de escuchar la versión acústica de la canción "The One That Got Away" de Katy Perry y Oh por dios, esa cosa me hizo trizas el corazón: si ya era triste el ver a Diego Luna morir en el videoclip imagínense la versión acústica. Todo un calvario para mí y mi frágil corazón.

Jajajaja bueno, espero que les guste y muchísimas gracias por leer.

Los quiero con todo mi corazón y les mando todo mi amor. ❤

Besos, Bye. ❤

Lo que no fueDonde viven las historias. Descúbrelo ahora