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  —Creí que no querías involucrarlos en esto. 

Solté un suspiro antes de volver a darle la cara al precioso tibetano que estaba caminando a la par mía sin poner sus ojos sobre mí. 

—Agh, sé lo que dije...— solté un suspiro antes de volver a hablar — Es solo que... son las personas con las que me críe y me parece muy descortés de mi parte no... 

—Deja de fingir que no te importan, sé que esto está consumiéndote por dentro.

Una pequeña sonrisa triste se formó en mis labios cuando Mu terminó de hablar puesto que no estaba demasiado lejos de la realidad: sentía como si un pedazo de mi cuerpo estuviera siendo arrancado y al mismo tiempo se llevara con ello la mitad de mi alma. 

Estaba sangrando a nivel espiritual y en realidad era algo que no podría soportar si no fuera por que en mi vida pasada había desarrollado la habilidad de controlar mis emociones para que no interfirieran con mis batallas. Aunque dicha destreza no podía hacer nada más que controlarlo pero no borrarlo; me era inaceptable pensar que mis actuales hermanos habían sido los anteriores y el futuro caballero de Virgo, no podía imaginar si quiera que ellos pelearan por proteger a una diosa que tuvo la brillante idea de reencarnar como un ser humano.

No dije nada más y continuamos caminando en un silencio entumecedor en el que Mu se esforzaba por hacerme sentir mejor mas yo no tenía cabeza para pensar en otra cosa mas en como el rencor de los corazones de mis hermanos se clavaba como una daga en lo más profundo. 

Al llegar hasta donde se supone que era la dichosa "junta" nos dimos cuenta de que había un pequeño cambio en el ambiente ya que en lugar de recibir la mirada de reprobación de Shion por estar al lado de Mu, el antiguo Patriarca se encontraba con la mirada perdida y con las manos de Dohko en sus hombros.

  —Patriarca Shion...— Mu hizo una pequeña reverencia ante el pointifice que a penas y se dio cuenta de nuestra presencia; el tibetano al ver que no recibía respuesta de Shion, giró la mirada hacia Camus quien solamente le hizo un par de señas que no alcancé a comprender del todo.

Sin embargo, Mu pareció comprender perfectamente la situación y sin decirme nada, caminó hasta Shion con la mirada penetrante de Aioria clavada en él. 

—Su santidad...— la forma en la que le habló no parecía como si fuera el respeto que se merece un Patriarca, había cierta suavidad en su tono casi como si fuera una suplica pues no le estaba hablando como un subordinado, le hablaba como un hijo hacia un padre —¿Athena se encuentra bien? 

Inmediatamente después de que hablara entendí claramente la situación. 

Athena había ido a luchar. Sin nosotros. 

  Shion dudó un par de segundos antes de contestar su pregunta, y recobrando la postura de autoridad que siempre proyectaba, habló con fuerza.

—No, Mu, es una terrible situación— Ahora sí. Me lanzó una mirada de aberración y siguió hablando. —Al parecer, nuestra diosa tomó la iniciativa de ir hacia el campo de batalla con la compañía de Niké y el Fénix. 

  Todos abrieron los ojos con consternación. De todos los caballeros que aún quedaban existentes en el planeta, fue el lobo solitario quien la socorrió. 

  —¿Y qué demonios hacemos aquí?— Milo mostró su inconformidad con la situación y Camus hizo una mueca parecida a una sonrisa —¡Nuestra diosa está peleando por nuestro bienestar y nosotros estamos aquí parados como idiotas! 

—Silencio escorpio.— La voz de Dohko sonó un poco más grave que de costumbre —Hemos enviado un par de apoyos para que peleen mientras nosotros llegamos hasta allá. 

Ahora el león mostró su inconformidad. 

—¿Vamos a tomar té y comer galletitas? Lo siento Patriarca pero este momento no es lo más...

—¿Podrías esperar a que su santidad nos de ordenes, Leo?— Mu estaba irritado y no solo porque le había faltado el respeto a su padre si no porque muy disimuladamente se había acercado cada vez más a mí. Aioria gruñó por lo bajo y no dijo más. 

—Caballeros de la orden dorada de Athena, les pido que de nuevo porten sus armaduras como corresponde así que enciendan su cosmos hasta el máximo, llamen a su piel, reclamen lo que les pertenece en esta era.— Shion hizo un par de extraños movimientos y después gritó demandante —¡LAS LLAMO AHORA, ARMADURAS DORADAS!


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Golpe. Trueno. Golpe. Destello. Humo. 

Athena se encontraba parada junto a Niké en su forma bélica. El cuerpo mortal de la diosa estaba completamente magullado: su largo cabello estaba manchado de sangre y tierra, su vestido estaba hecho girones completamente,sus brazos tenían rasguños profundos, sus piernas apenas podían sostenerla y de sus labios bajaba un rastro de sangre además de tener un gran moretón en su mejilla derecha; a pesar de todo eso, la fuerza de su cosmos no flaqueaba. 

 —Parece que no vas a ceder tan fácil como pensé. 

—La voluntad y el amor pueden ganar todas las guerras. 

—No me vengas ahora con frases estúpidas que los mortales se mofan de escribir. 

—No son simples palabras, mis acciones no han sido las correctas hasta ahora.— miró a Ikki quien estaba inconsciente detrás de ella, en un estado mil veces peor que el de ella —Esconderme tras mis caballeros quienes han prometido dar la vida por mí es algo que jamás me voy a perdonar, no soy una damisela en peligro. Yo soy Athena, la diosa de la guerra justa, la estrategia y las artes; y ahora, Chronos,  Yo seré quien detenga esta estúpida venganza. 

El titan soltó una sonora carcajada cosa que hizo hervir la ira de la diosa. 

—¿Con ese discurso barato piensas que vas a derrotarme? Solamente eres un insecto más que mi adorado hijo se dedicó a procrear, no eres nada. 

Sin perder un minuto más, Athena se movió como si de un relámpago se tratara y le susurró a Niké un par de palabras que los oídos mortales no alcanzaban a comprender. De pronto, todo se congeló y antes de que pudiera clavar su cetro en la cabeza del titan, sintió una fuerte presión en el abdomen. El titan la había atacado de nuevo. 

De un momento a otro, estaba en el techo completamente herida y lentamente fue despegándose de su posición siendo atraída por la fuerza de gravedad, sin embargo, antes de que pudiera tocar el suelo un destello dorado pasó frente a ella y unos fuertes brazos la sostenían de la cintura. 

—No te preocupes más, Athena.— la voz de las manos sonó tan reconfortante y dulce que la tranquilizaron un poco —Lo has hecho excelente. 

—Ahora nosotros nos encargaremos. 

—¡La orden dorada de los caballeros de Athena, protectores de la diosa y de las doce casas! 

Una sonrisa apareció en el rostro del caballero más poderoso del rango de bronce, siendo duplicada por Athena. 

—Aioros...                   

     






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Holaaaa! ❤

¿Cómo les va? xD 

Primeramente... 

LO SIENTO MUCHO, ya sé que el otro día parecía que había actualizado pero fue un error de dedo por mi parte, y otra disculpa por tardar tanto en actualizar: mis exámenes y proyectos están violandome duro :c

¿Qué les pareció el cap? ¿Todo bien? ¿Está muy caca para tanta espera? Díganme lo que opinan :3 

Gracias por leer y agradezco mucho su paciencia, nos leemos luego. ❤

Los quiero con todo mi corazón y les mando muchos besos desde mi rincón del mundo ❤

Bye :3

Lo que no fueDonde viven las historias. Descúbrelo ahora