Lo que no fue

22

  —Buenas noches, Patriarca Shion. 

—Dohko de Libra, puntual como siempre. 

Un pequeño brillo de ilusión iluminó sus facciones por un momento al ver al castaño sonreírle.

—Patriarca... 

—Oh, Aldebarán ¿todo bien?— sus mejillas se tiñeron un poco de carmín pero fue tan leve que el toro no alcanzó a visualizar con exactitud lo que acababa de presenciar. 

—Claro que sí, su santidad.

El moreno le sonrió con jovialidad para después darse la vuelta y darle un poco de espacio al los viejos camaradas que se encontraban cara a cara en ese momento. 

—¿Está mejor? 

—No ha tenido ningún síntoma previo como nos pasó con Camus y Deathmask. 

La mirada del pontífice se ensombreció con la amargura sacando a relucir sus más profundas preocupaciones las cuales solamente podría dárselas a conocer al chino. 

  —No lo entiendo Dohko.— el peliverde se giró a ver directamente a los ojos del castaño —¿Qué sentido tiene darnos una nueva vida, si se presentarán tragedias como estas una y otra vez que son como una rueda sin final? A pesar de que mi lealtad está siempre con Atena, no entiendo que consigue haciendo esto, es como si todo lo que ha pasado con anterioridad no tuviera cavidad en esta dimensión, nadie recuerda el eclipse de la guerra contra Hades ¿no te parece extraño?

Dohko desconectó su mirada para poder pensar fuera de lo que Shion quería escuchar de su propia voz: tenía razón. Después de haber recuperado sus recuerdos decidieron hacer una investigación de la validez de los hechos, así que hicieron una muy intensa investigación sobre el anterior eclipse de la guerra santa, sin embargo, nadie parecía saber de que diablos estaban hablando e incluso varias personas los juzgaron de locos como la bibliotecaria que les había prohibido el paso de nuevo. 

—Shion... aquí hay algo más que solamente un malvado plan de los titanes y creo que Atena sabe a lo que se está enfrentando ¿acaso olvidaste que después de la guerra de Poseidón les prohibió el paso al santuario a los jóvenes caballeros de bronce? No creo que Atena quisiera recurrir a estos extremos para necesitar nuestra presencia en la guerra que se aproxima. 

El patriarca meditó por un momento las palabras del caballero de Libra y aunque le dolía que estuviera en lo correcto no podía negar que Atena a pesar de tomar medidas extremas en el peor de los casos, siempre velaba por la seguridad de sus caballeros. 

—Únicamente... quería que los caballeros de oro vivieran lejos de las preocupaciones del santuario, lejos de todo ese sufrimiento por el que pasaron: Saga cometiendo atroces actos sin ser cien por ciento consciente, Aioria dejado de lado por todos al ser hermano de "un traidor", Deathmask, Afrodita, Shura, Camus... Yo solo quería que tuvieran la vida que se merecían después de tantos sacrificios y sufrimientos. 

Por un momento, Dohko pudo ver un pequeño atisbo de un par de lágrimas reflejadas en sus ojos llenos de culpa al no ser capaz de negarse a la petición de su diosa, así que recurrió a lo que normalmente hacía en estos casos para reconfortarlo: lo envolvió en sus brazos y lo hizo poner la cabeza en el hueco de su cuello para después acariciar su cabello. 

—Tranquilo, Shion... Todo estará bien ya lo verás, nuestros chicos son fuertes y sabrán salir de esto. 

—Okey, ahora suéltame que no soy una damisela que lloriquea a la primera. 

Al separarse, Dohko no pudo evitar sonreír ante la actitud de Shion. 

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