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—¿Prefieres café o té?

—Té, por favor. 

Shaina trató de ordenar en palabras toda la rara historia que se había desatado desde que la guerra santa había terminado porque era de verdad muy difícil contar la loca historia en la que Atena había involucrado a todos. 

—Aquí tienes. 

—Gra-gracias. 

El toro no sabía como debía comportarse ante la extraña actitud de la pelinegra así que simplemente se limitaba a responder con cortesía y evitando verla a los ojos. 

—Agh, okey... terminemos con esto.— la muchacha se sentó en el pequeño sillón frente a él y se tomó del cabello varias veces hasta que pudo volver a abrir la boca —Escucha, hay una situación en la que estamos involucrados muchas personas, así que quiero que me escuches hasta el final aunque te parezca una completa locura ¿está bien? 

Aldebarán solo asintió con la cabeza. 

—Uff, muy bien ¿por dónde comienzo?— si ella estaba nerviosa, el toro estaba el doble de histérico que ella incluso llegó a pensar que era una situación muy delicada aunque no estuviera lejos de ello. 

—Tómatelo con calma...— Shaina levantó la cabeza como buscando la ayuda divina y tomando un respiro de dedicó a volver a la faena. 

—Bien, mira... hace mucho tiempo cuando los dioses griegos estaban involucrados con la humanidad más de la cuenta existieron guerreros que protegían a la diosa de la guerra justa: Atena; se decía que podían romper el suelo con sus pies y retumbar el cielo con sus puños, los famosos caballeros de Atena, guiados por las constelaciones de diferentes armaduras a las que representaban, luchaban con ella y para ella con el fin de obtener la paz mundial. 

La pelinegra no se atrevió a levantar la mirada para comprobar que la estaba escuchando. 

—Hace al rededor de 3 años, ocurrió una devastadora guerra entre el dios del infierno Hades y Atena por el control del mundo en el cual muchos guerreros perecieron.— hizo una pausa recordando como se encontraba Seiya en ese momento y soltando un suspiro, procedió a continuar —Nuestra diosa benévola, les dio a los guerreros más fuertes la oportunidad de vivir una vida sin ataduras a un lugar lleno de sufrimiento... sin embargo, hemos entrado en un tiempo de crisis: hay un enemigo nuevo, uno grande que ha rodeado el santuario de una nube negra que no nos deja en paz en ningún momento que ha acabado con nuestros soldados uno por uno, dejándolos en un estado de locura inminente por eso hay muchas bajas en nuestras filas por lo que Atena ha tomado la difícil decisión de volver a solicitar a sus filas a los caballeros que ha revivido. 

Por fin, se animó a verlo a los ojos que se veían tan confundidos y llenos de dudas. 

—¿E-estás tratando de decir que... que yo...?

—Sí... Tú eres uno de ellos.— la voz comenzó a pesarle ¿por qué el viejo maestro había insistido tanto en que ella personalmente le diera esa noticia?—El Caballero Dorado de la Segunda Casa del Zodiaco: Aldebarán de Tauro.

La pequeña taza cayó al suelo con un estruendo.                                       


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  —Suéltalo, Mu

—¿Cómo puedes estar tan tranquilo sabiendo que te puso una mano encima? 

—Si no lo recuerdas, pude rechazarlo con mis propios méritos así que no tienes que ponerte como loco por algo que no tiene que ver contigo. 

Lo que no fueDonde viven las historias. Descúbrelo ahora