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La tenue luz de la luna entraba por el inmenso ventanal de la mansión Kido donde una muchacha de al rededor de 15 años estaba parada viendo al infinito, perdida en sus pensamientos que ni siquiera se percató de la presencia del caballero del Dragón. 

  —Señorita Saori. 

La pelimorada hizo caso omiso al llamado del azabache por lo que se vio obligado a repetir el llamado, esta vez con un pequeño toque en su hombro.

—Disculpe... ¿Señorita Saori?    

  —Oh, discúlpame Shiryu ¿Pasa algo?

—Es Hyoga, ha dicho que el mundo submarino ha sido rígido con su respuesta pero está haciendo todo lo posible para convencerlo. 

—Entiendo... uf, bueno si no queremos involucrar a nuestros santos dorados al punto de que deban entregar su vida por esta causa debemos hacerlo. 

—Supongo que sí— el chico embozó una pequeña sonrisa mientras pensaba en sus fieles compañeros de oro: La jovialidad de su maestro y su entrenamiento tan estricto; La seriedad con la que Shura se tomaba las cosas y su corazón tan puro e intachable; La amabilidad de Mu y su forma de dar sus sabios consejos, definitivamente eran la mejor generación de santos dorados y aunque no tenía idea de porque habían revivido a los antiguos caballeros del dorados del siglo XIII estaba seguro de eso no había sido obra de su diosa. —Señorita Saori...

—Dime, Shiryu.

—¿Puedo hacerle una pregunta?

La muchacha se giró para regalarle una pequeña sonrisa en los labios dándole a entender que podía continuar. 

—Claro... 

—¿Sa...¿Sabe usted quien fue el que logró revivir a los santos del siglo pasado? 

La mirada de la chica se endureció gradualmente y su mirada se tornó un poco dolorosa tanto que al caballero del dragón le remordió la consciencia haber preguntado algo tan delicado como eso. 

—Tengo mis sospechas pero aún no estoy cien por ciento segura de que sean verdad. 

El dragón no hizo más preguntas con el fin de no descolocar de nuevo a Saori quien en ese momento estaba empezando a atar cabos uno tras otro que ni siquiera escuchó cuando se retiró.

Sumida en la inmensa oscuridad de aquella vieja oficina, terminó por ganarse una buena jaqueca sin embargo, no había podido llegar a ningún lado: estaba claro que Cronos había sido responsable de que sus caballeros estuvieran atrapados en una burbuja de tiempo siendo absorbidos continuamente por este mismo pero no sabía con quien demonios estaba aliado ese maldito titán-dios además que estaba la desaparición de aquella titánide quien extrañamente se había esfumado como humo en el viento, añadiéndole a la lista de tragedias el hecho de que Seiya aún estaba postrado en cama. 

—¿Qué debo hacer? ¿Qué debo hacer? 

Empezó a dar vueltas por la habitación de un lado a otro sin tomar en cuenta la hora, giró por toda la habitación que estuvo a punto de hacerle un hoyo al suelo mas se detuvo al ver un pequeño resplandor fuera de su ventanal. 

"¿Qué es eso?" 

La pelimorada abrió el ventanal en dirección a la terraza que estaba por fuera mientras que la pequeña luz se iba haciendo cada vez más y más grande hasta adaptarse a la forma de una mujer con grandes alas y una preciosa cabellera rubia, vestida con una larga túnica blanca y roja quien al salir de la resplandeciente luz se arrodilló justo a los pies de la diosa de la guerra. 

—Mi diosa, no puedo evitar sentir una gran tristeza al verte de esta forma así que he tomado mi forma carnal para ayudarte. 

La joven diosa estaba completamente muda mas tuvo que luchar un poco para poder mantener la compostura. 

—¿Qui-Quién eres tú? 

La desconocida levantó sus preciosos ópalos y miró directamente a las esmeraldas contrarias mientras embozaba una pequeña sonrisa. 

—Mi nombre es Niké y estoy a tu servicio desde la era del mito, diosa Atena. 


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Se sentía un poco irritado si se lo preguntaban directamente. 

Entendía que era difícil adaptarse a los recuerdos de tu vida pasada pero no tenía porque fingir que de verdad no sabía un carajo; después de la pequeña-gran confesión de la que habían sido protagonistas pensó que quizás había una pequeña posibilidad de que el rubio recordara vagamente algo que lo que habían vivido con anterioridad mas el zopenco no había dado señales de nada, ni siquiera de tener intenciones para salir con él.

Y ahora estaba fuera de la cafetería: fumándose casi una cajetilla de cigarros completa , a punto de entrar en su turno pero se sentía tan desubicado que no podía mantenerse quieto. 

—¿Estás huyendo de algo, carnero? 

La pegajosa voz del cangrejo le provocó una mueca de disgusto. 

—¿Acaso te debo algo, cangrejo? 

—¿Huh? ¿Por qué lo dices?

—No hay otra razón coherente para que estés aquí. 

Las facciones de Deathmask se endurecieron por un momento aunque minutos después soltó una estruendosa carcajada.

—Ja! Sin duda me caes mejor en tu faceta de despechado. 

  —No creo que debas gastar tu valioso tiempo molestando a los demás. 

—Tengo de sobra, además no voy a participar en ninguna estupidez que tenga que ver son esa o-diosa. 

El tibetano no pudo evitar soltar una pequeña risa por el juego de palabras tan infantil que su compañero había utilizado. 

—¿Qué hay de Camus? 

—Bah! Ese cubo de hielo está lejos de poder convencer a Milo, ni siquiera ha interactuado con él y por lo que veo no lo hará pronto. 

—El que persevera, alcanza. 

—Esa es la única cosa que siempre detesté de los aries: su maldita forma de hablar con acertijos. 

Mu le sonrió un poco y siguieron hablando de cosas vanales: era impresionante como el cangrejo estaba tan al pendiente de Afrodita y Shura sin siquiera verlos y aunque una vez le había preguntado porque no estaba detrás de ellos como acosador, él simplemente le había respondido que su lazo era tan fuerte que sabían todo de todos. 

Aunque al principio le causó algo de... trauma que su relación fuera de tres, aprendió que no es bueno juzgar a las personas por lo que parecen ya que en esos momentos solamente podía confiar en el cangrejo ¿por qué? sencillo: Camus estaba bastante atareado tratando de atrapara a Milo, Shaka y Aldebarán estaban completamente fuera de juego y su "padre" no lo escucharía hasta el final por lo que su única salida era él. 

Sin embargo, el rubio quien no sabía toda esa información se tomó la libertad de malinterpretar la situación y terminó por largarse antes de que pudiera verlo. 



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Holaaa!❤

¿Cómo están? Espero que bien :3

Weno, adivinen quien no tuvo tarea hoy xd

Jajajaja solo quería aprovechar para escribir un poquito más, espero que les guste la actualización y gracias por todos sus comentarios en serio, los amo con todo mi corazón. ❤

Nos leemos luego, les mandó todo mi amor y muchos besos. ❤

Bye ❤            

                                             

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