Viernes, día del vuelo.
La escuela había sido tan difícil y lenta, Grace había ignorado a todos y evitado a Thomas a toda costa, la despedida era después de la escuela y duraba más o menos una hora.
Grace estaba decidida a no ir, ya le había dicho a su mamá que simplemente no quería ir, no quería despedirse.La escuela había terminado, podía ver como todos se iban en dirección a la casa de Thomas, así que Grace camino un poco más rápido en dirección contraria, a su casa.
Llegó y para su sorpresa, su mamá estaba ahí, sentada en la mesa con dos platos de comida y un jugo natural de naranja.
—Hola Gracey, ven, vamos a comer—le palmeo a un lado de la mesa, Grace aventó la mochila al sillón y se dirigió con su mamá, comió unos segundos más rápido que de costumbre, y es que aunque no iría, sentía esa ansiedad y nervios como si fuera a ir.
—Grace...—
—No, mamá. Pero me alegra que estés aquí, hace tiempo que no estás aquí cuando llegó de la escuela, y ya extrañaba a mi mami—la abrazo y beso en la frente—me voy a cambiar, luego encucio el uniforme.
[...]
Faltaban 15 minutos para que la despedida de Thomas se acabara, una oleada de nervios y ansías recorrían el cuerpo de Grace, ahora que lo pensaba bien, está era la última vez que vería a Thomas y ni siquiera iba a ir.
Un gran y profundo sentimiento de arrepentimiento la invadió, no sólo había ignorado a sus amigos, si no que también estaba siendo muy mala al no terminar todo bien con Thomas, faltaban 15 minutos para que se fuera.
Miro como estaba vestida, no estaba tan mal, bajó las escaleras corriendo y se paró enfrente de su mamá, quién sonrió ya sabiendo lo que iba a pasar, antes que Grace dijera algo, su mamá tomó las llaves de su pequeño Chevy gris.
—Vamos a ir, ¿no?—rió su mamá y Grace asintió.
—¿Si llegamos?
—Claro, no te apures Gracey.
[...]
—Llegamos.—su mamá estacionó el carro, miró el reloj asegurándose que habían llegado a tiempo, sí, faltaban 10 minutos y eran suficientes para que se despidieran.
Grace salió del carro y corrió hacia la casa, buscando desesperadamente a Thomas con la mirada, al encontrarlo, sonrió ligeramente y respiró hondo, tenía el valor suficiente para enfrentar todo lo bonito que sentía al estar con Thomas y decirle adiós, desearle un buen viaje, una buena vida y prometer encontrarselo de nuevo algún día.
Thomas le sonrió y caminó hasta ella con una sonrisa y extendió los brazos al llegar frente a ella, Grace lo pensó unos segundos y luego lo abrazó, parecían adolescentes enamorados, aunque eran sólo niños aprendiendo que es el amor.
—Pensé que no ibas a venir.—le dijo al oído.
—No iba a venir—rió bajito—pero al final cambie de opinión.
—Grace... Me quiero quedar aquí
—Suerte en tu viaje.
—Quiero estar en la ciudad, aquí con mis amigos, con mi familia, contigo, con mi papá.
—Que tengas una buena vida allá, seguro te gustará.
—No estás escuchando.
—Vas a tener amigos nuevos, y nos vamos a ver cuándo ya estemos grandes y trabajemos y tengamos una familia, seremos amigos entonces.
—Grace, te quiero mucho.—se separó de ella y la miró a los ojos.
—Yo también te quiero, Thomas.
El pequeño rubio rió, y hubo un ligero, muy ligero toque entre sus labios, era un beso, quizá los papás lo miraban como una cosa muy tierna, muy inocente, y lo era, ellos no lo hacían con maldad, sólo era su primer beso, su primer amor, así era la cosa ahora.
—Thomas, es tiempo, el vuelo se nos irá.—habló su mamá mientras le sonreía a ambos niños.
—Sí, mamá.
Thomas movió la mano en despedida y Grace lo imitó.
Se subieron a la camioneta, Grace sólo se dedicó a mirarla mientras decía adiós, sonreía pero también estaba triste, Thomas hacía lo mismo mientras miraba por la ventana trasera.
Y la camioneta empezó a avanzar, la mamá de Thomas estaba decidida a irse, no quería pasar más tiempo con su -ahora-, ex-esposo.
Esto es una mierda, Thomas.
Adiós, Thommy.
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Alphabet boy.√√
Teen FictionThomas Brodie-Sangster, "El Príncipe del patio de juegos". Grace McCain, la niña grosera y traviesa. Christina Luperman, "la princesita". ❝-Ya me sé las A B C y sigues enseñandome, ¡A la mierda!. -A la mierda es una mala palabra, Grace. -Tú también...