23; Arizona.

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Esto ya estaba hecho, Gem, Thomas y su mamá se irían, la mamá de Gem ya lo había dejado muy en claro, de igual manera, ya había arreglado dónde se quedarían, había visto un departamento grande, bonito en Arizona, (lugar de dónde ella es originaria), por el precio no se preocupaba, tenían dinero, no sólo por parte de su esposo, sino que ella también trabajaba, tenía una tienda de ropa de moda en línea, le iba bastante bien.
Dejó muy en claro a su esposo lo que quería para firmar los papeles de divorcio, (que el señor quería para así poder estar con su novia), y él había aceptado. Los iba a mantener, a los tres, les pagaría todo.

"Creo que estás abusando", había dicho. "Tienes dos hijos, tienes que hacerlo, ir con un juez sería lo mismo", le había respondido sonriente.

—Niños, el viernes nos vamos, vayan despidiéndose de sus amigos, maestras, no sé, hagan lo que puedan con eso, vamos a estar mejor allá, Arizona es fantástico.—quería animar a sus hijos, pero no sabía cómo.

Gem y Thomas, bueno, ellos llevaban la noticia mejor de lo que pensaban, estaban tristes, sí, y casi no le dirigían la palabra a su papá, pero no se les miraba devastados e incluso ahora, se les veía más unidos que nunca, se contaban sus secretos y emociones, dormían juntos.

—¿Entonces.... que le dirás al que te gusta?—preguntó Thomas, si bien sabía que su hermana sentía por un niño lo que él sentía por Grace

—No lo sé, probablemente sólo le diga que me iré porque mi mamá tiene demanda de trabajo allá, y ahí acabaría todo—Se encogió de hombros—¿Tú, Thomy?.

—Bueno, pues no sé, quizá a Grace ni le importe, pero ya éramos amigos, quisiera seguir hablando con ella, ¿crees que... después de mucho tiempo, venga a visitarla y que a ella le guste?, porque ya vamos a estar más grandes...—se sonrojó al pensar que a Grace gustaría de él.

—Bueno...—reía—tal vez, Thomy.

Pasaron horas hablando, hasta la 1 am. y ya morían de sueño, se recostaron y durmieron, cualquiera pensaría que esos hermanos conviven así desde el primer día en el que se conocieron.

[...]

Jueves, a un día del vuelo hacía Arizona.
—¡Grace!—le gritó Thomas en cuánto la vió, la niña se giró y le sonrió. Muy dentro suyo sabía que Thomas le gustaba, un poco, sabía eso porque al ver muchas películas de amor adolescente, ya sabía los signos de cuándo eso pasa.

—Hola—le sonrió ligeramente.

—Hola... Tengo algo que decirte.

—Bueno, dímelo.

—Si, es que... yo...—

Alphabet boy.√√Donde viven las historias. Descúbrelo ahora