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I know the A B C and you keep teaching me, I say fuck you degree, alphabet boy.

—¿Es cierto?.

—¿Qué?.—preguntó Grace sin saber de que rayos hablaba su mejor y única amiga, Jade.

—Escuché qué hablaban de ti...—

—Siempre lo hacen.—se encogió de hombros, restandole importancia, lo hacían todos los días realmente, así que ahora ya no importaba.

—Sí, lo sé pero también hablan de...—Suspiró, imaginandose la reacción de su mejor amiga.—Thomas.

—¿De Thomas?, ¿ese Thomas?—la miró fijamente, cómo si estuviera mintiendo,—Bueno, no me importa que digan de el.

—No lo entiendes. Hablan...—Suspiró, su amiga no lo entendería jamás ya qué no lo quiere entender—de nada, hablan estupideces.

—¿Cómo quieres que no hablen estupideces si son una estupidez en carne y hueso?—. Grace sonrió, había escuchado decir eso a su tía Rachel, de quién había aprendido la mayoría de las maldiciones que sabía.

...

Las clases estaban por acabar, gracias a Dios, Thomas no había molestado a Grace en todo el santo día, por su bien.
La niña no había tenido un buen humor, no sabía la razón, sólo pasaba.

El hecho de querer hacerse la fuerte frente a todos y en todos lados le traían problemas serios, tal vez era la hormona y las emociones juntas, una niña de siete años debería ser sensible y ella claramente no lo es, las hormonas aún no hacían su efecto sobre Grace, aún no estaba en la pubertad, pero las hormonas tenían un cierto efecto junto con las emociones en una niña que quiere ser fuerte.

—Grace... entiendo sí no quieres que vaya a tu casa hoy,—un Thomas sonrojado llegó hasta ella, mirando el suelo, tratando de evitar la mirada profunda de la niña.—Esta bien.

Grace suspiró, no quería verlo ni hablarle, mucho menos ese día, qué estaba algo extraña, pero en verdad quería aprender todo lo qué debería saber para ser el primer o segundo lugar de la clase, su orgullo y dignidad valían mucho, pero quería hacer sentir orgullo a su mamá.

—Esta bien Thomas, te esperó en mi casa, procura qué vayan por ti un poco antes, no es cómo si quisiera que estuvieses en mi casa mucho tiempo.—Le sonrió mientras ladeaba un poco la cabeza, parecía un lindo cachorrito bebé.

—¡Sí!—. Thomas sonrió abiertamente, mostrando todos sus dientes, tal vez no era la mejor sonrisa, no era la sonrisa de un famoso, pero era lindo y tierna aún así.

—Adiós.—dijo Grace antes de volver a hablar con él de nuevo, se dio media vuelta y caminó hacía su casa.

Sabía su rutina a la perfección, y pensó, qué tal vez el hecho de qué Thomas estuviese en su casa un rato, platicando, ayudándole con la tarea hacia un poco menos aburrida la rutina, y por lo tanto, hacia algo diferente al tener a alguien un rato con quien jugar, o pelear. Así que ya no era la misma rutina.

Llegó a su casa, rió por lo bajo al darse cuenta de qué estaba haciendo la rutina de siempre, excepto la visita de Thomas, qué no cambiaba mucho, sólo su humor, había hablado con su madre el día anterior, y había dicho qué "estaba bien qué Thomas fuera a ayudarla", así qué, ¿porqué no?, Thomas era... algo tonto, empalagoso y molestón, pero habían peores personas en el mundo, entonces no pasaba nada, ¿cierto?.

Alphabet boy.√√Donde viven las historias. Descúbrelo ahora