Grace levantó la vista, Para mirar confundida al rubio.

-¿Me quieres ayudar?-El pequeño Thommy asintió con una ligera sonrisa-¿Porqué?.

-Porqué eres mi compañera, Eres mi amiga, Grace.-La sonrisa de Thomas no se iba, Y eso la hizo confundirse aún más. No, Grace no era su amiga.

-Somos compañeros, pero no amigos. Además, creí qué le ayudarias a Christina-Grace miró hacia la recién nombrada, quién ardía de coraje, su cara estaba roja y rechinaba los dientes. Grace Sonrió con burla-Si, Quiero qué me ayudes, Thommy.

Thomas sonrió, mostrando los dientes, Luego asintió y se fue a sentar de nuevo, Grace sonrió con falsedad hacia Christina, quién había escuchado toda la conversación, y maldecia en su mente a Grace.

Pero a la recién nombrada, no le importaba una mierda lo qué Christina dijese sobre ella, o lo qué los demás dijeran, Era cómo una mantequilla, todo se le resbalaba. Miró su vestidito celeste, y empezó a columpiar sus piernas, amaba la ropa qué su madre le compraba, y aunque no era de marca, o a veces era hasta usada, Amaba usarlas, Sólo por ser un detalle de su madre. La amaba, su madre era su fuente de vida, Grace era madura para su edad, Sabía los problemas qué habían en su casa, Tanto económicos cómo de cualquier otro tipo de problema.

Sabía también qué tuvo papá alguna vez, y se ponía algo deprimida al pensar o recordar a su papá, hubiera querido conocerlo, aunque el no la quiso conocer a ella.

Al diablo con papá, pensó. Era increíble los cambios de humor de la pequeña niña, no sabía si era bipolaridad o sólo un pequeño problema de identidad o sólo cambios de humor repentinos debido a todo los problemas que sabía.

Si el no me quiso conocer, yo tampoco tengo que quererlo conocer.

Sí, la mente de niña podía llegar a ser desastrosa y siniestra, además de cínica y sarcástica.

-¡Grace!.-gritaron, Grace soltó un pequeño brinco en su lugar, miró hacía el lugar de dónde provenía el grito, la maestra la habia sacado de sus pensamientos de golpe.

-¿Qué?-. Cuestionó con lentitud y de una forma grosera. No le importaba qué quería la maestra, y mucho menos si era hablar con ella sobre su vida personal. Mi vida, así qué no se meta, recordó haberle dicho una vez.

-No se dice qué, Grace.

-¿Mande?.-La miró fijamente, con una mirada retadora y cómo si se burlara de ella.

-¿Estás prestando atención a mi clase?, porqué no parece, así qué quiero qué pases y me digas que es de lo que estoy hablando.

Grace se puso de pie sin interés, miró al pizarrón, pero no había nada escrito en el, excelente, no había una línea de escape y no sabía ni cual era el jodido tema.

-No sé de que estaba hablando porque no estaba poniendo atención, ¿Es aquí cuándo me manda a la dirección?.

-Grace, deja de ser tan grosera...-

-Usted no es mi mamá.

-¡Grace!, no lo soy, pero la llamaré ahora mismo,-Suspiró, y empezó a murmurar;-y me alegra no serlo.

-¿Le alegra no ser mi mamá?-. Grace rió con sarcasmo, la había oído, además de haberle leído ligeramente los labios, Con mi mamá nadie se mete, señora,-¡Me alegra que no sea mi mamá!, ¡Qué infierno estaría viviendo!.

La maestra abrió la boca, dispuesta a seguirle la pelea, aunque no lo hizo, se había rebajado a su nivel y eso era algo que una maestra no debería de hacer. Sí, se estaba peleando con una niña de siete años. Qué patética.

Grace salió del salón dando un portazo, no le importaba ir, -de nuevo-, a dirección, era algo que hacía casi todos los días.

Y siempre era por la misma razón; "Mal comportamiento".

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