16

6K 276 5
                                    

Capitulo 16.
Evan.

Esa mañana cuando me fui a mi cuarto, no pude volver a dormir. Emma había ocupado cada centímetro de mis pensamientos.
Como era posible que esa niña de 16 años haya puesto mi mundo patas arriba en tan solo un mes?. Cada vez que la veía era imposible no querer comerle la boca.
No entendía como una adolescente de secundaria me ponía a mil tan solo con mirarme. Me estaba volviendo loco. Y esa locura tenía nombre, y era Emma.
Eran las 2 de la tarde y recién me levantaba. Me dolía un poco la cabeza. Anoche luego de una ronda de chupitos y cervezas con Lucas, terminamos compartiendo trivialidades con unos viejos de aquel bar que no recordaba el nombre.
Tomé una ducha fría para despabilarme. Me coloqué unas bermudas y baje hasta la cocina. Me preparé un sándwich, y yendo al living escuché voces en el jardín trasero. Me asome y ahí se encontraba ella. Con ese bikini rojo que le quedaba del infarto. Reía por algo que le había contado Anabella. Se habían hecho tan amigas que me alegraba por ellas.
Lucas estaba nadando en la piscina y luego salió para agarrar a Anabella y tirarla a la piscina. Se me ocurrió una idea. Riendo me dirigí hacia donde estaba mi prima.
-Que tal primita?- emma al escucharme se dio vuelta en seguida-
-Hasta que te despiertas, mira la cara que traes, pareces un panda- respondio riendo-
- ah sí?- dije acercándome. La tomé como bolsa de papa y comenzó a gritar. Los demás reían.
-Evan bájame, o te cortare tu parte más preciada- me dijo pegandome en la espalda con toda su fuerza, pero en realidad, para mí, me estaba acariciando con una pluma.
-Preferiria que hagas otra cosa con mi parte más preciada- dije apretándole el trasero, yo disfrutaba de tenerlo tan cerca de mi rostro. Me imaginé la cara de  Emma en este momento.
-ahg eres un cerdo Evan, te odio- y luego de eso salte sin más a la piscina.
Emma se subió a mis espaldas e intentaba ahogarme, cosa que no lograba porque su fuerza era nula.
La tomé de la cadera e hice que enrosque sus piernas en mi cintura. Sus pestañas estaban mojadas a lo que le hacía resaltar los largas y negras que eran. Nunca me había fijado en el color de sus ojos. Eran dos bolillas color verde con un poco de marrón bien claro.
Odiaba el hecho de tener algún tipo de vínculo familiar entre nosotros. Pero a la mierda, no teníamos la misma sangre, a lo que para mí, ella solo era una chica normal cualquiera. Y en ese momento me importó tres carajos que mis amigos estuvieran mirándonos. La besé, y ella como las veces anteriores me lo siguió.
Cómo podía hacerme perder la cabeza con tan solo un beso?.
Emma era el infierno, y en ese momento no me  importaba quemarme.

¿Primos?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora