El maldito despertador comenzó a sonar ruidosamente. Porque carajos lo había programado a las 8:30? Sobe mis ojos, y luego recordé. Me levante sonriendo, y sigilosamente me dirigí al cuarto de Evan. Abri sin hacer ruido la puerta y luego me tire sobre el.
-¡¡Feliz cumpleaños!!- grite riendo-
-Oh demonios- chillo mi primo tapándose con la almohada. Se la quite tirándola al suelo y luego tome su rostro plantándole un beso. Evan enseguida me tomo de la cintura quedando arriba mío, y sonrió. – Creo que puedo acostumbrarme a que me levantes así por las mañanas- su voz ronca me encantaba- y gracias, no hay mejor manera que empezar un cumpleaños así-
Nose que le pasaba a Evan últimamente, pero su faceta de chico tierno me encantaba. Me hacía realmente feliz.
Regrese a mi cuarto luego de que mi primo se fuera a duchar. Yo hice lo mismo y después fui a desayunar. Mis tíos se encontraban bebiendo café y hablando animadamente. Vaya, no soy la única que se levantó de buen humor.
-Buenos días- dije sonriente-
-Buenos días cariño- respondió Caroline
-Mi padre aún no se ha levantado?- pregunte sirviéndome un poco de café-
-Ha salido a trotar hace una hora con Katherine- mi cara en este momento era un poema. Mi padre haciendo ejercicio? Eso nunca lo hubiera esperado.
- Mujeres- acoto James. Mi tía y yo reímos. En verdad Katherine lo había cambiado bastante a mi padre. Para bien, obviamente. Y eso me gustaba. Él en verdad era feliz.
Me senté junto a mi tía y James. Y luego de unos minutos apareció mi primo. Vestía un chándal corto color negro, y sin remera. Casi escupo todo mi café al verlo así. Nunca me iba a cansar de ver su trabajado cuerpo.
-Buen dia familia- Evan irradiaba felicidad y Caroline se dio cuenta.
-Ayy cariño, feliz cumpleaños- mi tía se abalanzo sobre èl y lo lleno de besos.- Estas muy feliz para ser tù- acotó riendo-
-Me he levantado de muy buen humor- Evan me miro y se le escapo una risita-
-Feliz cumpleaños Evan- James lo abrazo y le dio palmaditas en el hombro. Me encantaba lo bien que se llevaban ellos dos.
Mi padre y su novia llegaron unos minutos después, y el vago de Chad se levantó con unas ojeras enormes y con una resaca de los mil demonios.
Luego de haber desayunado. La casa se convirtió en un caos. Mi tía había contratado a unos decoradores para esta noche. No me sorprendió para nada que quiera pasar navidad a lo grande. Las chicas del servicio habían montado una larga mesa en el jardín con flores blancas arriba de esta. Alex y su familia pasarían navidad aquí y eso me puso contenta. Me había hecho muy amiga de él en verdad.
Yo, por otro lado, me fui de compras con Katherine. Si, era muy raro. Pero hoy me encontraba feliz que no pude decirle que no. Quizás no era tan mala después de todo.
Recorrimos miles de tiendas, y aunque, ya me había comprado ropa para esta noche unas semanas antes, no pude resistir y comprarme un precioso vestido blanco con detalles en dorados. Era perfecto. Katherine había elegido uno rojo y le quedaba realmente bien. Vamos, ella en verdad, tenía un cuerpo de infarto para su edad.
Llegamos a la casa antes del atardecer. Me fui al cuarto y ahogue un grito al ver a Evan salir detrás de la puerta.
-Joder Evan, porque siempre haces lo mismo?- mi primo rio, y me quito las bolsas que traía en la mano para tirarlas en el suelo.
-Dios, te extrañe tanto, y solo te has ido tres putas horas- hablo tomándome de la cintura y estampando sus labios en los míos. Me iba a volver loca.
-Suelo tener ese efecto en las personas- respondi jadeando. Evan me apretó el trasero y luego di un salto enroscando mis piernas en su cintura. De un segundo a otro nos encontrábamos en mi cama besándonos como si no hubiera mañana.
-Me debes el regalo de cumpleaños- hablo Evan entre besos-
-Ah si?- respondí riendo-
-Por favor, necesito tenerte ya- mi primo depositaba besos en mi cuello que me hacían encender. Pero no quería acceder tan fácil ante él.
-Pues tendrás que esperar hasta después de la cena- dije riendo. Lo empuje y cayó a un costado de la cama dando un largo suspiro. Reí ante su frustración. Pero en verdad la que moría por dentro era yo.
-Pues tú te lo pierdes nena- se levantó de la cama, me dio una nalgada y se marchó riendo.
-Imbécil- grite tirándole un almohadón-
Okay. Esto de hacerme la difícil no me salió muy bien, porque me había dejado con las ganas. Maldito idiota.
ESTÁS LEYENDO
¿Primos?
Teen FictionQue pasa cuando te enteras que tienes un primo que vive en California, que nunca en tu vida habias visto? Si, te emocionas como cualquier persona, y te vuelves loca por conocerlo. Pero no, este no es mi caso. Yo no quería conocerlo, y peor, no querí...