Capítulo 9

215 26 0
                                    

Sara

Habían pasado algunas semanas desde que su corazón se había roto de alguna manera al ver a Atenas besándose con Alex, habían pasado varios días desde que ella le dijo la verdad sobre su supuesto noviazgo con el chico. Ese día no pudo estar más agradecida por el hecho de que no fueran nada mas que amigos.

Al fin la vería, al fin tendría esa salida con ella. No había podido verla en el parque porque no estuvo saliendo a correr, ya que su madre invitaba a Erick a desayunar. Era algo incómodo, estaban haciendo la relación como si llevaran años juntos, cuando ni siquiera había pasado un mes.

Las chicas les hablaron a sus familias sobre la existencia de la otra. Obviamente no iban a contarles que se conocieron gracias a un osito de peluche con notas, pero dijeron que se habían vuelto muy buenas amigas. Atenas le contó a su madre que tenía un crush con Sara, y al parecer se lo tomó bastante bien, pues la chica le había hablado de la mejor manera sobre Sara.

Estaba lista para salir con Atenas, quedaron en que la mayor pasaría por  Sara, en su auto. No sabía que Atenas sabía conducir, hasta que en uno de esos días, comenzaron a platicar de diferentes cosas y ahí surgió el tema.

Sara salió a esperar a Atenas justo a las 5:00, pues a esa hora habían acordado que pasaría por ella.
Se sentó en las escaleras de su casa y miraba el teléfono, cuando un auto llegó y se estacionó en frente, pudo ver que era Atenas y se levantó para ir corriendo hacia donde estaba el auto. Se subió y miró a la chica.

—Hola, Atenas. —Dijo sonriente y miró al frente.

—Sara... Qué gusto. Hace mucho que no nos vemos. —Atenas estaba nerviosa, pero sonreía al ver la linda sonrisa de Sara.

—Eso es verdad... Pero ya estamos aquí y espero no sea la única vez que salgamos.

—No lo será.

El auto avanzó. En el camino pusieron canciones de Fifth Harmony y cantaban con tanta emoción que gritaban los coros y reían juntas. Sara dejó de cantar por una parte de la canción y miró a Atenas, quien llevaba la mirada al frente y sonreía mientras cantaba. Sara se permitió escuchar la hermosa voz que tenía la que estaba cantando. Estaba sonriendo mientras la admiraba, miraba cada facción, cada movimiento, sus ojos, sus labios, su cabello que se movía debido al aire que entraba por la ventana. Luego volvió a mirar al frente y sonreía al seguir escuchando cómo cantaba.

Llegaron a una plaza que quedaba a media hora. Era más grande que la que frecuentaban ambas chicas.
Entraron y se dieron cuenta de que todo ya estaba invadido de adornos navideños y un árbol de navidad enorme lleno de esferas y moños muy lindos, también tenía las típicas luces y una enorme estrella en la punta.

Caminaron viendo cada una de las tiendas, habían de comida, helados, libros, regalos, ropa... La plaza era muy grande, por lo que tenía demasiadas cosas.
Llegaron al cine y compraron entradas para ver una película infantil, pues a Sara no le gustaban las películas de terror y mucho menos las cursis. Estaba en el momento de su vida en que no quería saber nada del amor de películas, pues se daba cuenta de que ella no sentía nada como lo que representaban los personajes.
Compraron palomitas (a las cuales les pusieron caramelo a la mitad), gomitas, un montón de golosinas y entraron por fin a la función.

Comenzaron a comer las palomitas antes de que empezaran los anuncios.

—Sara, te gustan demasiado las cosas dulces. —Dijo Atenas mientras miraba a Sara, que Estaña comiendo sus palomitas con caramelo.

—Eso no es verdad. —Dijo haciendo un puchero.

—¿Ah, no? —Tomó las golosinas que tenía, levantó una ceja y sonrió.

Sarenas: ¿Quién Soy? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora