Capítulo 15

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Sara

—Termina esa relación ya, como si Lauren y Camila fuesen a confirmar Camren después de eso. —Arelis regañaba a Sara.

—Pero...

—Sin peros, Sara. No puedes seguir con una persona si estás enamorada de otra.

—¿Y mi mamá?

—Es tu vida, Sara. No es mía ni de mis padres, es tuya y solo tuya y solo tú decides cómo vivirla.

Arelis se había ido a dormir en cuanto Sara le confesó que estaba enamorada de una chica. No es que fuese homofóbica o algo, pero estaba un poco confundida sobre lo que su hermana le había contado. Es decir, nadie tenía la más mínima idea de que Sara pudiera ser de esa manera. Finalmente, se dio cuenta de que la chica había tenido el valor y la confianza de decírselo, así que finalmente buscó las palabras para disculparse por no haber dicho nada e intentó comprenderla. Por la tarde buscó la forma de hablar con ella y finalmente Sara le contó cómo se sentía teniendo a Atenas a su lado, la forma en que esa chica movía miles de cosas en su interior y todo lo que había pasado durante todo el tiempo que llevaba la otra chica viviendo ahí. Al final Arelis estaba molesta con el hecho de que Sara se la pasara complaciendo a los demás sin pensar en ella.

Ahora estaban en una guerra sobre las cosas que Sara tenía que comenzar a hacer para intentar arreglar las cosas.

—Hablando en serio, Sara, esa relación no le hará bien a nadie. Y te estás lastimando a ti misma... Ahora, toma tu hermoso celular y llama a Erick solo para decirle que ya no quieres nada con él. Después veremos cómo nos ocuparemos de mamá, ¿sí? Estoy contigo. —Arelis le dio el celular a Sara, esperando que la chica se armara de valor para llamar.

Después de darle tantas vueltas, lo hizo. Llamó a Erick y él respondió al instante, al parecer estaba ansioso por hablar con Sara.

—¿Hola? ¿Sara? —El preguntó de inmediato.

—Hola, Erick. —Respondió en tono muy bajo. Estaba nerviosa por lo que iba a suceder.

—Sara... ¿Qué pasa? ¿Por qué no me has llamado? Yo...

—Escucha —lo interrumpió. —Lo siento, pero no puedo seguir con esa relación. No me siento feliz contigo y tampoco quiero que sufras al darte cuenta de que tu novia no te presta la atención que mereces... Eres un buen chico, Erick, en serio. Pero no puedo estar contigo.

—¿Hay otra persona?

—No lo sé.

—Bien. —Cortó la llamada.

Sara miró a su hermana. Quien tenía una enorme sonrisa y enseguida empezó a gritar de la emoción para luego saltar sobre su hermana y abrazarla con fuerza.

—No pensé que fueras a hacerlo. —Dijo Arelis emocionada, aún la abrazaba.

Luego de eso se la pasaron platicando un poco más sobre cosas sin importancia y sobre lo que había pasado con Arelis esos meses. Jugaban videojuegos en la sala y comían frituras. Los padres de las chicas no estaban, así que podían hablar libremente.
Arelis le contó a Sara que en ese lugar, lejos de todos conoció a varios chicos y chicas, había formado un grupo de amigos y por primera vez sentía que eran sinceros. Dijo que fue gracias a ellos que pudo darse cuenta de que había hecho varias cosas mal y que tenía que buscar la manera de estar tranquila.

—¿Cómo te diste cuenta? —Preguntó de la nada Arelis mirando la pantalla. Luego pausó el juego y miró a Sara.

—¿De qué? —Estaba confundida.

—De que te gustan las chicas.

—Ah... eso... Bueno, creo que siempre he sido así, solo que tal vez ninguna chica me ha gustado antes... Es decir, nunca me fijé en algún chico y me di cuenta de que notaba que varias chicas se me hacían muy lindas al grado de tener un crush intenso con ellas, como con Camila y Lauren.

—Ya veo...

Se quedaron en silencio por unos minutos, hasta que Sara habló.

—Arelis...

—¿Sí?

—Lo siento. —Bajó la mirada y comenzó a jugar con sus manos.

—¿Por qué te disculpas? —Preguntó. No entendía por qué su hermana estaba así.

—Por decepcionarte. —Sara había comenzado a llorar. Al parecer se había guardado todas esas lágrimas durante todo el día.

—No me decepcionas. —Arelis abrazó con fuerza a su hermana menor. Supo que seguramente para ella era muy difícil dar el paso de contarle a alguien de su familia y que, seguramente se sentía mal por ser así.

—Soy un error, Arelis. —Dijo con la voz quebrada y las lágrimas no podían parar.

—No lo eres, Sara... Eres la chica más increíble del mundo. Eres inteligente, bonita, eres una muy buena persona y todo el mundo te ama. Estoy orgullosa de ti, de lo que has logrado sola y de la persona que eres. Estoy orgullosa de que seas mi hermana... No me pudo haber tocado una persona mejor... Agradezco al cielo que me haya dado el enorme regalo de que seas mi herma. —Limpió las lágrimas de Sara y le ofreció una sonrisa.

—¿Y lo que piensen mis papás?

—Estoy aquí para cuidarte y defenderte, para hacerles entender que eres increíble así como eres... Y si no lo entienden... ¡A la mierda!

Sara sabía que su hermana hablaba en serio. Sabía que Arelis estaba dispuesta a apoyarla y que estaría allí para sostenerla y consolarla si las cosas salían mal. La abrazó con fuerza y luego susurró tres palabras.

—Te quiero, Arelis...

—Te quiero más, hermanita. —Respondió Arelis, quien no pudo contener las lágrimas.

***

Ya faltaba un día para navidad y Sara tenía un plan, el cual Arelis le había ayudado a organizar.

Primero, un día antes. Sara llamó a Atenas por teléfono y tuvieron una plática algo extraña y corta, pues solo habían preguntado cómo estaban y lo último que Sara dijo antes de cortar la llamada fue:

—Lo siento... Estoy enamorada de ti como nunca lo había estado de nadie. Te quiero, Atenas.

Sara iba a ir a la casa de Atenas y hablaría con ella, se disculparía y luego haría lo posible por que la chica aceptara volver a intentarlo. Le confesaría que había terminado con Erick y que estaba enamorada de ella. Se armaría de valor y hablaría sinceramente con la chica.
Escribió una carta, la cual planeaba leerle antes de decir todo lo que quería que supiera.

Estaba lista... Eran las 2:00AM y Sara estaba cruzando al otro lado con ayuda de su hermana, quien la esperaría y estaría ahí por si algo pasaba.
Sara estaba subiendo con cuidado por la escalera, cuando...

—Atenas... —Se tensó de inmediato.

—¿Sara? —Atenas también estaba intentando cruzar al otro lado.

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Ya sé que actualizo muy rápido, haha. 🌚
Pero eso sucede cuando el camino hacia la prepa (y de regreso) es de dos horas... Eso es mucho tiempo para pensar.

Sarenas: ¿Quién Soy? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora