La abrazó y la atrajo hacia sí; notaba su calidez y su respiración entrecortada en el pecho. Era una sensación muy agradable aun habiéndose corrido ya. Le pareció que era lo mejor que le había pasado nunca en la vida.
Y en cuanto al sexo había algo... No, no era por el sexo. Era increíble y los mantenía unidos, sí, pero en parte era maravilloso por lo que les pasaba a ambos entre sesión y sesión.La cabeza le daba vueltas. Quería averiguar qué le pasaba porque había algo nuevo y raro que le costaba comprender. Lo único que sabía era que se sentía bien al estar con ella.
«De momento, colega.»
Sí, de momento. Y durante el trayecto que aún les quedaba por recorrer.
¿Alguna vez había pensado en una mujer en esos términos?
¿Había estado con alguien con quien se planteara algo que durara más de una semana? ¿O un mes, ya puestos?Había intentado mantener una relación algunas veces, pero no le había funcionado. No había ido bien porque no había pensado en un futuro juntos. Sus planes no iban más allá de una escapada de fin de semana preparada con varios días de antelación. O una velada en el Pleasure Dome.
-¿Jimin?
-¿Mhhh? Lo siento. No sé en qué estaba pensando. ¿Estás incómoda, cielo? ¿Quieres moverte un poco?
-No estoy muy cómoda, pero no quiero moverme.
____________ le rodeó el cuello con los brazos y él notó algo en el pecho.
-Oye, ¿quieres que vayamos a cenar? -le preguntó. No estaba listo para llevarla de vuelta a su casa.
-Pues sí. De hecho me muero de hambre.
-Perfecto. Está bien. Pues vamos a tomar algo.
-¿Jimin?
-¿Qué pasa?
-Ha sido... maravilloso.
Él se apartó un poco para mirarla. Una ligera sonrisa se asomaba a su rostro y le brillaban los ojos.
-Lo ha sido, sí -contestó él.
Alargó la mano y le apartó el pelo de las mejillas. Su piel era increíblemente suave, como el satén. La extraña sacudida del corazón se intensificó un poco más.
_____________ se estremeció. La trataba con mucha ternura. Seguía acariciándole la mejilla con las yemas de los dedos y ella estaba obnubilada por su roce... y por él.
Hasta dentro de los límites de otra experiencia sexual perversa, había algo nuevo, distinto. Él estaba cambiado. Era como si hubieran alcanzado otro nivel, aunque no sabría decir exactamente cuál era. En su cuerpo y en su cabeza seguía notando ese zumbido del clímax; sabía que seguía sumida en el subespacio. Le resultaba difícil pensar o concentrarse en algo.Pero le pidió que salieran a cenar y le pareció que era una cita de verdad. Bueno, al menos para ellos. Quizá los demás no empezaban una cita con sexo oral en la mesa, seguido de un buen polvo en el asiento delantero de un coche. No obstante, Jimin era un hombre poco corriente. Y empezaba a aceptar que ella también era una mujer fuera de lo común. Le gustaba esa idea.
Se bajó de su regazo, se sentó sobre el suave cuero del asiento del acompañante y ambos se recompusieron un poco.
-¿Te gusta la comida tailandesa? -preguntó él.
-Sí, claro. Pero, oye, ¿no ibas a quedar con Alec esta noche?
-¡Mierda! Es verdad. Espera, le enviaré un mensaje. Solo íbamos a ver una película. No le importará que lo anule.
Eso también había cambiado: que Jimin anulara sus planes para estar con ella. Y eso hacía que fuera más consciente de que ahora las cosas eran diferentes.
Era imposible que eso hubiera cambiado mientras hacían el amor. No era más que sexo. ¿Qué le pasaba a Jimin?
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~El límite del deseo~ (Jimin y tú) +18 (Terminada)
FanficComo abogada ______(T/N) Mathews sabe cómo guardar secretos, especialmente después que un ex la despreciara tras confesarle sus más ocultos deseos sexuales. ______(T/N) ya ha renunciado a encontrar a alguien capaz de sastifacerla en lo más íntimo (s...