Narrado por Darrow.
— Aquí es señor — la voz de Chris llama mi atención.
Elevo la mirada y observo por la ventanilla. Hemos llegado y por más que estamos en frente del bar no puedo creer que sea aquí.
— ¿Estás seguro que este es el bar?
Chris revisa las coordinadas y asiente confuso.
— Si, es está calle. — asegura.
Debe ser una maldita broma.
¿Por qué carajos me citó a este asqueroso lugar? Dimitri sabe perfectamente que odio esta clase de instalaciones.
Bajo del auto con tranquilidad y arreglo mi corbata con irritación, cierro la puerta y ya listo camino hacia el bar.
Reviso cada rincón por dentro, la cantina, los clientes y hasta las mesas. Frunzo mi ceño ante el decorado totalmente neutro.
Un rizado en particular permanece sentado en medio del lugar, sujeta una cerveza y mira atentamente su teléfono móvil. Bufo sin remedio y me acerco hacia él.
— ¿Cúando vas a aprender que si piensas invitarme un trago que no sea en esta clase de lugares? — tomo asiento en frente y me cruzo de brazos.
Él sonríe de lado y asiente tomando un sorbo de su botella.
— Solo me gusta joderte Darrow.
— Vaya que te gusta hacerlo, como no tienes una propia vida.
Él frunce el ceño y me saca el dedo de en medio.
— Pudrete Ackermann.
Esta vez soy yo quien se carcajea.
— Cuentame porqué carajos no fuiste a recibirme Dimitri. — me pongo serio.
— ¿Me extrañaste mucho mi amor? — burla.
— Callate no estoy jugando. Bien sabes que Claris es la mayor socia en París, si su nombre está entre los patrocinadores una simple pulsera puede venderse hasta en millones — aprieto mi quijada con enojo —, Debías estar conmigo allí para resivirla.
Él asiente y toma otro sorbo de su botella.
— ¿Quieres una? — cambia de tema.
Me jode que haga esto, me jode que cambie de temas importantes a charlas estúpidas.
— No Dimitri, no quiero una cerveza de este asqueroso lugar. Lo que quiero es una maldita cita con Claris y es ya.
El moreno rueda los ojos y deja su botella en la mesa.
— Sabes que mi madre es una mujer dura de convencer Darrow, mentiría si dijera que no le tengo miedo, le tengo terror.
Masajeo mi sien sin poder creerlo.
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Suite Francesa ©3
RomanceDarrow Ackermann. Muchos lo conocen por ser el hijo del rey de la mafia, sin embargo, la mayoría lo conoce por ser el príncipe de la fragancia. A sus 30 años el codiciado magnate ha sido reconocido por su exitosa empresa "FraGWorld". Todo se hace a...