Narrado por Amelie.
Los aplausos no dejan de hacerse escuchar, sin embargo, mi atención solo puede caer en él.
Me ha besado...
El riquillo con carácter de mierda me ha besado...
¡Ay Dios mio! ¿Y si el mal genio se contagia?
Me doy una abofetada mental para quitarme aquella ridícula idea, pero que tonta soy, me ha besado y sin mi consentimiento.
Ahora mismo debería estar golpeándolo por ser un idiota pero no lo hago... ¿Por qué? mis manos no se mueven, mis piernas tampoco y por una milesima de segundo he dejado de sentir ese dolor en mis pies.
No entiendo porqué pero raramente me he quedado como una estatua, ni siquiera me he movido de mi posición, pareciera que estuviera esperando la siguiente ronda.
Darrow sonríe a la cámaras y segundos después me mira de reojo, frunce su duro ceño y se da vuelta cortamente para verme curioso.
— ¿Estas bien? — pregunta.
Asiento repetidas veces.
— Bien... Si estoy... — agito mi cabeza — digo, si estoy bien no pasa nada — aparto la mirada y muerdo con nerviosismo mi labio.
Noto de reojo como me mira, algo confuso, para finalmente dejarlo de lado y continuar con las sonrisas.
No sé como va a acabar esto...
— Es todo por esta noche... — la voz de Jarold se escucha por el pequeño micrófono pero al parecer a nadie le importa porque continúan con las fotos.
¿Por qué toman tantas? con una basta.
Darrow toma mi mano y la entrelaza con la suya para luego bajar los gradones.
Camino por detrás de él mientras todos comienzan a amontonarse de gran manera, los guardias tratan de abrir campo pero ni a ellos mismos los deja ingresar la gran horda de reporteros y camarógrafos.
Trato de seguir el paso de Darrow pero aquel dolor en los pies me lo impide. El dolor ha incrementado en grande en tan solo segundos, siento punzadas en mis tobillos.
De un momento a otro mi estabilidad falla, mi pierna se dobla y mi glamour se va a la mierda cuando caigo y suelto la mano de Darrow.
Todo ocurre en cámara lenta, mi cuerpo se calca de manera dolorosa en el azulejo y mis palmas comienzan a arder.
Todos se amontonan a mi alrededor y cuando pienso que van a ayudarme hacen lo que menos me lo espero.
Toman fotografias como si de un monstruo se tratara. El click de las cámaras hace que me cubra los ojos.
Todos gritan pero nadie me ayuda, nadie...
Entonces... Alguien me atrae a su pecho, siento ese particular perfume por lo que abro los ojos y capto su mirada seria.
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Suite Francesa ©3
RomanceDarrow Ackermann. Muchos lo conocen por ser el hijo del rey de la mafia, sin embargo, la mayoría lo conoce por ser el príncipe de la fragancia. A sus 30 años el codiciado magnate ha sido reconocido por su exitosa empresa "FraGWorld". Todo se hace a...