Darrow Ackermann.
Muchos lo conocen por ser el hijo del rey de la mafia, sin embargo, la mayoría lo conoce por ser el príncipe de la fragancia. A sus 30 años el codiciado magnate ha sido reconocido por su exitosa empresa "FraGWorld".
Todo se hace a...
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(Maratón 4/5)
NarradoporAmelie.
— Señor, ya mandé el auto a reparación...
Darrow me mira de brazos cruzados y pone una mueca seria.
— Bien, dile a Jarold que quiero los últimos reportes de la empresa y el dinero de "orquídea."
— Como usted diga señor.
Chris sale de la sala con paso apresurado. Muevo mi pierna con un tic nervioso y trato de sonreír a Darrow, él sin embargo no puede evitar mostrar su enojo.
— Tienes suerte de que nadie haya grabado tu show en el café — aprieta la quijada — de otra forma estaríamos en un gran problema, uno que no tiene nada que ver con la gala de anoche.
Remuevo mis manos y bajo la mirada.
— Me disculpo por mi comportamiento... — susurro en bajo.
— ¿Dime por qué te arrepientes exactamente?¿Por haber destruido mi auto?¿Por haberme hecho quedar como un idiota frente a los demás? ¿O tal vez por decirme poco hombre en frente de todos?
Siento como mis mejillas se ponen rojas, miro a Ash de reojo y ella toma tranquilamente su malteada. Después del gran espectáculo no tuvimos más que salir de allí y regresarnos al hotel.
— Yo lo siento de verdad Darrow... — muerdo mi labio interior.
— No — lo miro confundida — no te disculpes conmigo, disculpate con mi hermana, le faltaste el respeto indirectamente Amelie.
Pestañeo varias veces y luego miro a la chica de su lado, la analizo con detenimiento y en verdad es bellísima, tiene los mismo ojos que Darrow.
— Yo... Yo lo siento... — digo avergonzada.
— ¿¡Bromeas!? — ella ríe — ¡Eso estuvo genial!¡Pero que fuerza tiene la noviecita de mi hermano!
— ¡Hade! — Darrow la mira molesto — no la alagues por haber hecho eso — reprocha.
— Bueno merecías que alguien te ponga en tu lugar, esta chica tiene agallas y me cae bien... — me guiña el ojo.
Suelto una risa en bajo pero paro cuando Darrow me fulmina con la mirada.
— ¿De quién era la guitarra? — pregunta la misma chica.