¿Quién diría que Evelyn se terminaría enamorando del hombre que estuvo por sacarla de la competencia tantas veces? Aunque era imposible no hacerlo. El gran Chef Justin Bieber enamoraría a cualquiera con sólo una mirada, o en el caso de Evelyn, con s...
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Ya habían pasado tres meses desde que Evelyn fue eliminada de la competencia y esta no había tenido más contacto con nadie. Ni siquiera pudo confirmar si realmente hubo una mano detrás de su eliminación. Tampoco tuvo más relación con Justin a pesar de que este había dicho que afuera del programa seguirían hablando.
Pero de todas formas Evelyn sabía que eso cambiaría hoy. Esa misma noche seria el estreno de Master Chef y todos los participantes estaban invitados. Sabía que allí iba a ver a Justin, eso la tenía histérica. Quizá era porque en el tiempo que estuvo en el programa desarrolló algún tipo de sentimientos hacia él, pero no quería admitirlo.
—¿Cómo te preparas para esta noche? —preguntó Michelle, la madre de Evelyn, ingresando a la sala.
—Creo que bien, aún no sé cómo peinarme ni que zapatos elegir —sonrió.
—Nena —su madre negó con su cabeza—. Mueve ese trasero ahora mismo, iremos arriba a ver cual puedes ponerte.
—Bien, pero quiero que sea rápido. Tengo sueño —bufó.
—Entonces muévete y sube ahora mismo —señaló la escalera.
Evelyn se levantó y corrió escaleras arriba. Había encontrado un vestido precioso para ponerse. Era color negro, corto, pegado al cuerpo y sin mangas. No tenía escote pero era sexy. El problema era que estaba entre tacones de tres colores para ponerse y no sabía cuál elegir.
Salió del baño con el vestido y la primer opción de tacones puestos, y se paró frente a su madre luego de dar una vuelta.
—Creo que es demasiado negro. No me gustan nena —negó con su cabeza—. Pruébate los beige, siento que quedarán más elegantes.
Evelyn asintió y se sentó en la cama para colocarse ellos. Se paró frente a su madre, quien levantó sus pulgares estando de acuerdo con ese atuendo. Caminó hacia el espejo y comenzó a dar vueltas mirando su atuendo.
—Me encanta como te queda nena, es muy sexy —dijo poniéndose detrás de ella.
—Gracias ma —besó su mejilla—. Ahora dormiré un poco.
—No deberías dormir tanto —negó con su cabeza.
—Está en mi naturaleza —sonrió.
—Bien —rió—. He visto tu alacena un poco vacía, iré a hacer las compras —avisó.
Su madre estaba viviendo con ella porque su padre se fue de viaje y para no quedarse sola decidió irse temporalmente con Evelyn.
—Mamá deja mi alacena en paz, luego iré a hacer las compras —puso sus ojos en blanco.
—No importa, sé que luego te dará sueño y no irás a comprar nada. No quiero venir a visitarte y encontrar un esqueleto en el sofá.
—Has lo que quieras —se encogió de hombros—. Agarra dinero, allí abajo hay.
