seventeen

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Habían pasado ya dos semanas del encuentro entre Justin y Evelyn

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Habían pasado ya dos semanas del encuentro entre Justin y Evelyn. Luego de ese evvento no habían hablado más, pero eso fue por decisión de Evelyn. Justin no había parado de llamarla, pero ella no levantaba el teléfono.

Justin terminó de colocarse el sueter y acomodó el cuello de su camisa para que no quedara doblado. Se colocó un poco de perfume en el cuello y salió de la habitación. Caminó por toda la espaciosa sala buscando lo que necesitaba llevar y una vez listo, salió de la casa. Esa mañana tenía algo muy importante que hacer.

Se montó en su costoso auto negro y lo puso en marcha haciendo sonar el motor. Luego de pocos minutos pasó el portón de su casa perdiéndose entre las calles. Se colocó los lentes de sol al no poder ver bien gracias a este.

Bufó al verse atascado en el tráfico como cada maldita mañana. Comenzó a golpear el volante con sus dedos a la vez que contaba por lo bajo una canción que sonaba en la radio. La canción fue interrumpida por el aviso de una llamada entrante. Justin atendió por el manos libres sin ver quien era.

—Diga —fue lo primero que dijo al atender.

—Hola Justin, soy Susan. Llamo para avisar que lo que pediste ya está listo —dijo del otro lado de la línea.

Justin sonrió mostrando todos los dientes sabiendo que Susan no lo veía. Esta última era gerente de una de las muchas franquicias que tenía su restaurante en varios países.

—Eso es genial Susan, gracias —respondió con humor.

—¿Tú estás seguro de esto Justin? —preguntó la mujer con preocupación en su voz—. Será un día de pérdida.

—Estoy muy seguro. Solo serán unas horas, a la noche volverá a funcionar.

—Como digas —Susan suspiró—. Nos vemos luego, cuídate.

—Tú igual, adiós —saludó y colgó la llamada.

Justin volvió a sonreír como un niño emocionado, presentía que su plan saldría bien.

Luego de una hora, se encontraba llegando a su destino. No eran tan lejos, pero el tráfico hizo que fuera un viaje largo.

Estacionó en un lugar libre y se bajó del auto con un poco de nervios. Comenzó a caminar intentando encontrar la dirección que buscaba mientras hacía sonar sus dedos.

—Bingo —susurró cuando se topó con el lugar que buscaba.

Tomó una profunda respiración y caminó rápidamente hacia la entrada para tocar el timbre.

—¡Voy! —exclamó una voz femenina desde el interior de la casa.

Cuando la puerta se abrió, Justin se quitó los lentes para mirar mejor a la mujer que tenía delante de él. Esta última se encontraba agarrada de la puerta totalmente sorprendida.

MasterChef ➵ j.bDonde viven las historias. Descúbrelo ahora