¿Quién diría que Evelyn se terminaría enamorando del hombre que estuvo por sacarla de la competencia tantas veces? Aunque era imposible no hacerlo. El gran Chef Justin Bieber enamoraría a cualquiera con sólo una mirada, o en el caso de Evelyn, con s...
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Justin sintió que el aire se le iba de los pulmones y las manos le comenzaban a temblar.
—¿Qué secreto? —preguntó Justin.
—El de tu pastel, pero tranquilo, no lo sacaré a la luz —Graham sonrió y Justin expulsó todo el aire contenido.
—Oh ese —respondió Justin rascándose la nuca con nervios—. No dejaré que la uses —bromeó.
—Lo sé —respondió Graham—. De todos modos eso no es todo, descubrí otra cosa —dijo y los nervios en Justin volvieron.
—¿Alguna otra receta? —preguntó deseando que sea eso.
—No, vi que has sacado a una participante del lugar —respondió y Justin cerró sus ojos.
Estaba jodido, muy jodido.
—Por favor no digas nada, no volverá a pasar —rogó Justin juntando sus manos en forma de rezo—. ¿Gordon lo ha visto?
—Quién diría que tendría a Justin Bieber rogándome —Graham rió—. Él no se ha enterado.
—Te ruego que no digas nada. Yo borré todo de las cámaras de seguridad, no se que pasó.
—Tengo configurado mi iPhone para ver en en el celular todo lo que pasa aquí. Si Gordon lo hubiese visto ya tendrías un hueso roto.
Justin maldijo en voz alta y se apoyó sobre el sofá. Tendría que cortar relación con Evelyn justo cuando las cosas se ponían mejor entre ellos.
—No entiendo por qué te has arriesgado. Sabes que sacar a un participante de aquí está completamente prohibido, por algo aceptaron estar aquí sin poder salir —dijo Graham.
—Lo sé, pero me siento muy atraído por esa chica y quise sorprenderla. Lo siento —se disculpó bajando la cabeza.
—Ya está, no te preocupes. Sólo comienza a cortar relación con ella porque las cosas pueden ponerse feas y no podré salvarte nuevamente.
—Lo sé, eso haré. Gracias hermano —lo abrazó.
—No hay de qué. Ahora debes cocinarme mucho pastel para que yo no diga nada.
—Claro —respondió Justin riendo y corrió escaleras arriba.
Cuando cerró la puerta de su habitación se apoyó sobre esta histérico. Fue un idiota por sacar a Evelyn del lugar. Por su propia culpa debería cortar relación con ella.
Gruñó molesto y se acostó en la cama pensado como haría. Tenía que idear algo para que a Evelyn no se chocara tanto.
—Piensa idiota, piensa —se dijo a él mismo.
Colocó su dedo en su barbilla mientras se levantaba de la cama y caminó hacia la ventana. Suspiró cuando notó que la luz de la habitación de Evelyn seguía encendida.
