MasterChef ➵ j.b

four

Evelyn's Point of View.

Suspiré nerviosa mientras secaba mis manos, las cuales se encontraban sudadas, en mi delantal negro. Me dolía que sea de ese color ya que significaba eliminación. Pero hoy tendría que dar todo de mí para poder seguir en la competencia.

Por la pantalla se podía ver a Cameron Connan presentando el programa y a los jueces, y explicando quienes estábamos en eliminación. No me gustaba oír mi nombre allí.

—¿Están listos? —preguntó un productor del programa y asentimos—. Bien, la puerta se abrirá en cinco segundos.

—Mierda —susurró uno de los chicos, según su delantal se llamaba Louis.

—Cinco, cuatro, tres, dos, uno —contó el productor y una vez que terminó, la puerta doble se abrió dejándo la gran cocina de Masterchef a la vista.

Como esta no era la primer grabación, ya no teníamos que ponernos delante de los jueces, así caminamos hacia la cocina individual de cada uno.

Pude divisar al final de la cocina a los tres jueces, serios e intimidantes como siempre. Justin ésta vez llevaba el cabello despeinado y una remera junto a un jean claro. Se me han mojado las bragas.

En nuestras mesadas había una caja de madera donde seguramente estaba el ingrediente secreto de hoy.

—Buenos días participantes —comenzó a decir Gordon—. Hoy cinco de ustedes serán salvados, el otro se irá a casa. Intenten cumplir con nuestras expectativas el día de hoy. El desafío se dividirá en dos partes. En la primera, cuatro serán salvados. En la segunda, uno de los dos participantes podrá subir al balcón —dijo y todos asentimos—. Delante de ustedes tienen algo con lo que tendrán que cocinar.

Sentía que mi cuerpo temblaba por los nervios que estaba sintiendo y seguramente la cámara estaba captando eso, pero ya no me importaba tenerla delante mío. Ya era toda una estrella. Mentira, no lo era, pero estoy aprendiendo a ignorarla.

—Pueden abrir la caja —dijo Gordon y todos rápidamente lo hicimos.

Mi respiración se cortó al ver salmón, no era muy buena cocinando esto. Lo hice muy pocas veces y nunca logré encontrarle el punto justo.

—Delante de ustedes tienen salmón plateado. Hoy deberán hacernos un platillo con eso acompañado de algo que a ustedes se les ocurra —dijo Graham.

—Como ya saben, tienen un minuto para buscar las cosas en el almacén, no desperdicien el tiempo —dijo Justin y suspiré—. ¡Ya! —gritó y rápidamente todos corrimos al almacén para tomar lo que necesitaríamos.

Tomé una canasta de mimbre y comencé a buscar todas las cosas que usaría para la receta que se me vino a la cabeza; zumo de pomelo, sal, pimienta negra, comino, col roja, chalota, mantequilla, azúcar, vinagre de Jerez, pimienta común, huevo, mostaza en polvo, chocolate negro, aceite de pepita de uva y aceite de sésamo tostado.

Una vez que oí que no quedaba más tiempo, salí del almacén y corrí a buscar los utensilios que usaría. Tendría que ponerme las pilas y hacer todo como se debe, no quería volver a casa tan pronto.

{...}

Miré el reloj gigante y me desesperé al ver que quedaban dos minutos. El salmón aún seguía en la plancha y yo estaba por morir de un ataque de nervios.

—¡Un minuto, a emplatar! —gritó Cameron.

—Que sea lo que Dios quiera —me dije a mí misma y quité el salmón de la plancha.

Lo corté rápidamente y lo dejé a un lado mientras tomaba el plato. Extendí sobre éste la vinagreta de chocolate, coloqué el lomo de salmón plateado, la col, la piel crujiente y algunas hojas de albahaca encima.