¿Quién diría que Evelyn se terminaría enamorando del hombre que estuvo por sacarla de la competencia tantas veces? Aunque era imposible no hacerlo. El gran Chef Justin Bieber enamoraría a cualquiera con sólo una mirada, o en el caso de Evelyn, con s...
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Evelyn abrió los ojos cuando sintió que la luz le daba en la cara. Se quiso mover pero sintió como unos fuertes brazos la inmovilizaban, se volteó con cuidado e hizo una mueca de agrado al encontrarse con el rostro relajado de Justin. No habían tenido relaciones, solamente continuaron con su sesión de besos en la cama hasta dormirse.
Acarició levemente su mejilla sintiendo ganas de besarlo, pero no lo haría. Sabía que un beso no significaba nada, pero conociéndose, su corazón podría tomarlo de otra forma. Como ya lo había hecho la noche anterior. Por eso tenía ganas de volver a su casa y no ver a Justin por algunos días.
Suspiró y se soltó con suavidad de su agarre para levantarse de la cama, pero sintió como la mano de Justin la tomó por la muñeca. Se volteó para mirarlo sobresaltada. Él se encontraba mirándola con los ojos entre cerrados y una sonrisa.
—¿Qué sucede? —preguntó Evelyn luego de acostarse nuevamente.
—Nada, me gusta levantarme con tu mano sobre mi mejilla —respondió con la voz ronca y el corazón de Evelyn saltó.
—Lo siento, pensé que dormías —admitió avergonzada.
—No te preocupes, te dije que me gustó —la tomó por la cintura y la pegó a su cuerpo sin dejarla reaccionar—. Buenos días —besó su frente. Evelyn cerró los ojos ante el tacto de sus labios.
—Buenos días —respondió algo nerviosa.
—¿Por qué estas tan tensa? ¿Acaso te pongo nerviosa? —preguntó Justin sonriendo de costado.
—N-no.
—Claro que si —soltó una pequeña carcajada y volvió a besar su frente—. ¿Quieres desayunar algo antes de partir? —preguntó.
—Claro —respindjó y se alejó un poco de él—. Iré al baño —avisó y se encerró en este.
Soltó todo el aire retenido y colocó una mano en su pecho. Definitivamente no le hacía bien estar cerca de Justin.
—¡Sé que te pongo nerviosa! —exclamó Justin desde la habitación y Evelyn rió.
—Idiota —susurró.
Cuatro horas después, se encontraban ya en la ciudad. Justin no quería alejarse de Evelyn, pero debía hacerlo.
—Lo he pasado muy bien contigo —dijo Justin colocando su mano sobre la de Evelyn. Esta sonrió y la miró.
—Yo igual la pasé muy bien Justin, gracias por invitarme —apoyó su mano sobre la de él.
—No hay de qué. Si quieres podemos volver, me gusta la tranquilidad de ese lugar.
—Luego te confirmaré —hizo una mueca intentando sonreírle.
Por el momento Evelyn quería alejarse un poco de él. Comenzaba a confundir las cosas.