¿Quién diría que Evelyn se terminaría enamorando del hombre que estuvo por sacarla de la competencia tantas veces? Aunque era imposible no hacerlo. El gran Chef Justin Bieber enamoraría a cualquiera con sólo una mirada, o en el caso de Evelyn, con s...
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Justin tomó con fuerza la mano de Evelyn mientras ingresaban al gran casino, que se encontraba en el hotel, abarrotado de gente. Las luces eran cegadoras y se podía escuchar el incesante ruido de las máquinas, las cuales lograban que la gente perdiera la cabeza y no pudiera parar de jugar.
—No te separes de mí nena —pidió Justin mientras pasaban entre las personas.
—¿Tienes miedo de que me convierta en Demi Moore y un tipo me ofrezca un millón de dólares por acostarme con él? —bromeó Evelyn haciendo que soltara una carcajada.
—Si es así me encargaré de romperle la cara a ese tipo —dejó un beso en su frente—. ¿Qué quieres hacer primero? Podemos ir a comer algo, a beber un trago o a jugar —ofreció.
—En ese orden está bien —le sonrió.
Justin asintió y comenzaron a caminar hacia la parte trasera donde se encontraba un bonito restaurante que pertenecía al casino. Él se conocía todo el lugar, era uno de sus hoteles favoritos para hospedarse cada vez que iba a Las Vegas.
Una vez que se sentaron en una de las mesas desocupadas, tomaron el menú y comenzaron a ver lo que pedirían.
—En realidad luego no iremos a jugar, no estaremos mucho tiempo aquí —avisó Justin.
—¿De qué hablas? —preguntó Evelyn confundida.
Justin metió la mano dentro de su chaqueta y sacó dos entradas del interior de esta para luego tendérselas.
—¿Para qué son? —preguntó mientras las tomaba.
—Observa tú misma —sonrió de costado y se recostó en el respaldo de su asiento.
—¡No puede ser! —exclamó en un susurro cuando vio para que eran—. ¿¡Es en serio!?
—Claro que si nena.
—¡Oh por dios te amo! —respondió emocionada.
Justin soltó una carcajada al ver su reacción. Le había regalado entradas para el Cirque du Soleil, sabía lo mucho que a ella le gustaba ese espectáculo y había aprovechado para regalarle entradas.
—Yo también te amo pequeña —acarició su mano sobre la mesa.
Evelyn sonrió emocionada por el gesto que había tenido con ella.
—Te comento que he discutido con varias personas para obtenerlas —dijo Justin riendo y Evelyn soltó una carcajada.
—¿Por qué?
—Porque estaban agotadas, removí cielo y tierra para poder conseguirlas de todos modos. No quería que te quedaras sin tus entradas.
—¿Has hecho eso por mí? —preguntó sintiendo que su corazón explotaría de ternura.
