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NOAH

En cuanto salí de la habitación de Danielle dando un portazo me metí como una bala en la mía.

Esto no podía seguir así, ¡esa chica me desesperaba! Solo llevaba dos semanas aquí y ya había conseguido poner mi mundo patas arriba. Al principio la idea de llevarla a esas fiestas o con mi gente me divertía, solo tenía que mirar su cara de pérdida para reírme a carcajadas de ella. Obviamente no encajaba en mi grupo de amigos, pero joder, ¿tenía que encajar en mi familia?

Cuando papá y mamá nos dijeron a mis hermanos y a mí que iban a meter en casa a una chica universitaria que venía de no sé dónde para que cuidara de los pequeños, ni siquiera presté atención. Me importaba una mierda a quién quisieran meter en casa mis padres; total, tenía pensado conseguir un piso más cercano a la universidad y a la costa. Por eso el día que llegó ni siquiera sabía su nombre. Todo cambió un poco desde que la vi en mi cocina con el Google Maps en el móvil. De repente me interesaba saber de ella, meterme con ella, hacerla cabrear se convirtió en seguida en mi pasatiempo favorito. Pero me gustaba hacerlo en casa, y solo en casa.

Esa tarde en la que al fin me aprendí su nombre –bastante bonito para querer esconderlo detrás de un diminutivo tan cutre–, no me quedé boquiabierto al verla. En ese momento estaba de espaldas y tenía todas las curvas de su cuerpo a la vista. No tenía nada que no hubiera visto, no era especial en ese sentido. Estaba buena, sí, pero no fue algo que me dejó boquiabierto. Me reí de ella desde el primer momento, cuando casi se le cayó el agua al escucharme o cuando me confesó que se había perdido por el barrio. Desde entonces aproveché cada rato para ponerla de los nervios y ver como su cara se ponía roja, no sé si por la vergüenza o por rabia. El caso es que me hacía mucha gracia.

Cuando esa misma noche mi madre invitó a Danielle para que viniera conmigo y mis amigos, casi se me cayó la cuchara al plato. Podía pasármelo bien con esa chica en casa, pero ni de coña lo haría fuera. Por eso mi alivio fue máximo cuando dijo que estaba cansada y prefería quedarse. Esa noche fue como cualquier otra: fiesta, música, bebida, chicas... Estuvo bien, y llegué con un pedo impresionante a casa, pero cuando subí al piso de arriba y escuché unos ruidos en el cuarto de mi hermana y me acerqué sigiloso, me sorprendí al ver el cuerpo de Danielle en una de las camas, moviéndose intranquila bajo las sábanas. No se me pasó ni por un momento la idea de marcharme y dejarla así, por lo que me acerqué hasta su cama y la desperté zarandeándola. El miedo que vi en sus ojos cuando los abrió hizo que me recorriera un escalofrío de pies a cabeza, y desde entonce no pude evitar empezar a dormir con la puerta abierta por si alguna noche más tenía una pesadilla.

No sabía por qué, pero desde esa noche empecé a tener un instinto protector con ella. La noche de la fiesta en Santa Mónica, cuando me dijo aterrada que fuera a buscarla al aparcamiento y la encontré con Luke, no cabía en mi cuerpo de rabia. No solo porque volví a ver ese miedo reflejado en el marrón de sus ojos, sino porque por un momento pensé que ese cabrón le había hecho algo. Le tenía ganas a Luke dese hacía mucho tiempo, pero en ese momento quise saltar sobre él y darle la paliza de su vida. Cuando me dijeron que él no había hecho nada malo, sino que la había salvado de una supuesta violación, algo se retorció dentro de mí. 

Le dije a Luke que se fuera y sin pensarlo dos veces la llevé a casa. Todavía recuerdo como temblaba. Tenía toda la intención de dejarla en mi cama durmiendo e irme yo abajo, pero cuando me pidió que me quedara decidí estar con ella un rato. Le puse una de mis camisetas y disfruté de poder ver todo su cuerpo sin ninguna tela más que la de su ropa interior. Cuando le dije que no se tapara porque no se veía nada, mentí. Me había quedado embelesado con ella. No sé si era solo su cuerpo o lo tozuda que había sido insistiéndome en que la llevara a esa maldita fiesta, pero algo que me enganchó a ella desde ese día.

Maravillosa Excepción - Noah CentineoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora