Parte 8: Nuestro secreto

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Haciéndome un hueco entre Hyukjae y mi mesa de luz, me incliné hacia ella.

-¿Estamos yendo demasiado rápido, Donghae? - se notaba preocupado.

-N-no. Solo.. vas a necesitarlos. - mostrando un par de condones y un pequeño lubricante que tenía para las épocas en las que mi mano se convertía en mi mejor amiga. Le dí la sonrisa más sincera que jamás haya dado.

Con reguero de besos, empezó a bajar por mi torso. Era demasiado bueno, demasiadas sensaciones. Cuando llegó a mi pelvis, agradecí haberme rasurado unos días antes, cuando tenía la intención de conseguir algo con mi novia. Vaya que había cambiado la situación, no tenía dudas de que no iba a ser yo quien se encargaría de la acción esa noche y, de alguna forma, estaba tranquilo de ser el que recibía.

Sin esperarlo, Hyukjae me tomó en su boca y me dejé llevar. Era tan bueno. Yo solo podía gemir y tirar de su pelo, intentando dominar el placer que me invadía. Justo cuando se ponía bueno, un dedo se deslizó dentro de mí y la incomodidad apareció. Pronto, la sensación pasó a ser soportable y entonces, agregó uno más. 

Abrí la boca para pedirle que los saque cuando rozó un lugar mágico y todo se volvió de colores. Quería más de esa sensación. Su boca había abandonado mi erección para besar mis muslos y me sentía cada vez más necesitado. Podía escuchar mi voz deformada, fuerte y aguda. Con el tercer dedo me perdí, cada golpe "ahí", era tocar el cielo con las manos.

-Hae, quiero que respires hondo y te relajes. Puede que duela un poco al principio.

Me partía al medio, me prendía fuego desde adentro. Aún así, lejos de rechazarlo, lo quería todo. Enganchando mis piernas en su cintura, lo dejé entrar por completo. Pero no se movió. Espero hasta que mi cuerpo se moviera por su cuenta, buscando ese puntito feliz.

Una vez que lo consiguió, grité y no pude parar. Cada vez más fuerte, más duro, más rápido. Hyukjae taladraba dentro de mí y yo no podía más, quería correrme, necesitaba hacerlo.

-H-hyuk..ah.. - se llevó una de mis piernas hacia su hombro a la par que comenzaba a masturbarme, manteniendo el ritmo. Era tan intenso. Con su nombre saliendo de mi boca como si se me fuera la vida en ello, me corrí en cantidad entre nuestro cuerpos y un par de estocadas después, se desplomó sobre mi. Besando mi mejilla, salió de mi y se quitó el condón. Lo tiró en el suelo, tomó el cobertor y nos tapó.

-Te amo, Hae.

Con una sonrisa en mis labios y el calor de su cuerpo rodeando el mío, me dormí pensando en la risa de mi amigo, cuando le dijera que había encontrado mi próstata y de la mejor manera. Pero eso iba tener que esperar, quería disfrutar de lo que pasaba entre nosotros sin que nadie nos juzgue.

***

La mañana siguiente fue una tortura, me fue imposible salir de la cama y mucho menos, evitar caminar como un pingüino. Quizás se nos había ido la mano con la desesperación la noche anterior. Hyukjae había cuidado de mí y preparado un baño caliente para relajarme. La mejor idea, porque después de eso, logré recuperar un poco de vitalidad.

-Lo siento, prometo ser más suave de ahora en adelante. - dijo, mientras fregaba mi cabello con mucha espuma.

La simple idea de pensar en una repetición, hacía que mi cuerpo entrara en ebullición. Nunca me había importado demasiado el sexo, la pasaba bien, disfrutaba de la conexión con mi novia pero lo de anoche, fue un escándalo. No solo había sentido la pasión. Era algo más, como si me arrebataran la respiración y la mitad de mi alma hubiera quedado junto a Hyukjae.

Necesitaba más, me urgía la necesidad de sentir su piel sobre la mía. De sentirme completo de nuevo. Tantas veces había temido convertirme en esa persona necesitada y dependiente. Pero eso era, cada fibra de mi ser reclamaba a Hyukjae y él, con esas simples palabras, avivaba mi emoción. Me olvidé del dolor y tire de él. Podía sentir el jabón cayendo sobre mis ojos, escuchando cómo caía al suelo de rodillas, del otro lado de la tina.

Cayendo por mi padrastro [Eunhae +18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora