Cayendo por mi padrastro [Eunhae +18]

Parte 12: La felicidad nunca dura (1/2)

Estupendo. Maravilloso, simplemente INCREÍBLE. Mientras Hyukjae se acomodaba a mi lado, mi madre me asesinaba a distancia. Seis malditos días habían pasado y cómo no pensarlo antes, la madre de Jisung le envió el video para felicitarla por el talento de su hijo. Claro que mi vecina no sabía que lo hacía escondidas, pero ir a ver a su hijo y filmar al equipo contrario no era algo que podía tener en consideración.

-QUE TIENES PARA DECIR AHORA DONGHAE, ERES UN MALDITO PUTO, ¿NO ES ASÍ?

-Mamá..

-NO ME DIGAS MAMÁ, YO NO TE PARÍ PARA QUE VAYAS CHUPANDO POLLAS POR AHÍ. QUE ASCO ME DAS. - salí del cuarto, aprovechando que Hyukjae se había dejado llevar al mundo de los sueños otra vez.

-Yo no.. es solo un baile. 

-Ah, y por eso friegas el piso a la par del inmundo ese. Sabía que tenía que prohibirte que te juntes con Minho, ese chico se torció y te arrastró con el.

-No lo llames así, ¡no tiene nada de malo que mi amigo sea gay!

-Como voy a dar la cara en la escuela ahora.. tienes idea de la deshonra que es para la familia, piensa en tu padre que se debe estar retorciendo en su tumba. - y si algo sabía, era que tocar a mi padre, iba a llevar a que mi confianza se destruya en dos segundos, porque el es el único al que no quisiera defraudar jamás. -Pero tranquilo, que esto no va a quedar así. Te mudaras ya mismo a Seúl, aceptarás esa beca que te dieron gracias a ese cerebrito fallado que tienes y se terminarán nuestros problemas. Aun quieres conservar el amor de mamita, ¿verdad, Donghae?

-S-si, mamá.

-Bien, aprovecha a despedirte de tus amigos esta semana. Yo me encargare de hacer los papeles. Ah, y Donghae.. no quiero enterarme que vuelves a pisar un escenario porque yo no doy segundas oportunidades. Jessica Jung no tiene un hijo maricón. - ni siquiera intenté contestar, sabía que tampoco le interesaría lo que yo tuviera para decir. Con las lágrimas empapando mi cara, corrí al baño y me encerré. No quería la compasión de Hyukjae y mucho menos que intentara hablar con ella. 

Tomé un baño, ordené mis ideas e intenté convencerme que no podía ser tan malo. Cuando termine la escuela, puedo librarme de mi madre y mudarme con Hyuk, tener un trabajo a tiempo parcial y mantener la beca de la universidad estudiando sin parar. Sonaba prometedor, pero me dolía separarnos tan pronto. Sabía que si no salía pronto y dejaba de pensar en ello, terminaría por derrumbarme delante de él y no quería que piense mal de mi madre o le guarde rencor. Ella lo ama y esperaba que pudieran solucionar las cosas por su cuenta antes de terminar de romperle el corazón.

-Hae, ¿estas bien?

-Si, ya salgo. Solo me dormí en la tina.

-Ya pequeño pez. Prepararé el desayuno, no te tardes que ya te estoy extrañando.

No, no esas palabras, por favor. Si unos días casi lograr matarme, pasar meses enteros sin verlo iba a ser lo suficientemente largo como para enloquecer. Cálmate, Donghae. No llores, no va a ser tan malo. Puedes llamarlo, puede ir a visitarte. Aunque en el fondo, un dolor gigante en mi pecho, no me dejaba en paz y no quería averiguar qué escondía debajo de todo.

Desayunamos como si nada hubiera pasado, insistió en pasar la tarde conmigo y sabiendo que nuestro tiempo juntos iba a ser limitado, acepté. Jugamos los viejos juegos de mesa que juntaban polvo bajo la televisión, cocinamos galletas de chocolate y terminamos de la limpieza que interrumpimos la noche anterior. Después de la cena miramos Titanic y aproveché a soltar todas las lágrimas que tenía atragantadas, mientras le agradecía a Jack sacrificarse por mis penas y dejarme descargarlas en el pecho de Hyukjae.