Al despertar, sentí unos brazos rodeando mi cintura y mi almohada por alguna razón estaba rígida. Tenía por seguro que la noche anterior me había pasado de copas y de golpe, todos los recuerdos bajaron a mi. Aterrado giré mi cabeza para comprobar el porqué de la familiaridad con la situación. Podía sentir el aliento de Hyukjae descargando en mi frente y las ganas de desaparecer se hacían gigantes.
Cómo había permitido que llegara tan lejos como para pasar la noche juntos, en la misma cama. Sabía que tendría que haber evitado los licores que le ofrecían pero estaba seguro que con Jinki a mi lado nada de esto sucedería. Grave error.
Para colmo, rodeado de las fotos de mi pequeño hermanito. Qué vergüenza, cómo me había atrevido siquiera a compartir la cama con él otra vez si todo lo que debía hacer era evitarlo. Porque eres débil. Si, lo era. Amaba a Hyukjae más que a mi propia vida, sabía que él también lo hacía y precisamente ese, era el motivo más grande de mi desdicha.
Intentando no despertarlo, me liberé de su agarre. Fue dificil pero despues de un buen rato, lo logré. Tomé una ducha y me vestí. Cuanto más vestido estuviera cuando despierte, mejor sería mi defensa. No podía negarme si el me miraba con sus ojos oscuros, dominando mi vida a su antojo.
Me senté en el sillón y me encontré con el sobre que había retirado ayer de la casa de fotografía. Una copia de la última ecografía que mamá había enviado. Podía ver que iba tomando formita y me llenaba de orgullo ver como esa pequeña vida se iba desarrollando. Siempre había deseado un hermano, pero por razones obvias nunca pude tenerlo. Quizás de grande cumpliría otro rol y si en verdad era gay, como me había comprobado todo ese tiempo junto a Hyukjae, entonces sería la única forma de jugar a ser padre por un rato. Irónico. Jugar a ser el padre del hijo del hombre al que amas con locura. Si, definitivamente el amor era una mierda.
-Perdóname, porotito. Papá no está pensando con claridad ahora, y no quiso hacer nada esto. Te juro que no volverá a pasar, me alejaré de Hyukjae. No te haré sufrir, te lo prometo. Serás el bebé más lindo y amado del mundo. Un día crecerás y tu mamá estará muy orgullosa de ti, como lo estará tu papi. Esta noche estará en el olvido. Te lo prometo. Estaré a tu lado para decirte que fue lo correcto, podré mirarte a los ojos y sonreír sin rencores. Porque aún no has nacido, pero yo ya te amo, pequeño.
El se paró en la puerta y me miraba, como quien acaba de ser golpeado por un tren. Sus ojos estaban cargados de lágrimas y fue la imagen más horrible que había presenciado desde la muerte de mi padre. Estaba ido, pero aun así murmuraba cosas sin sentido. Él era el que iba a ser padre con alguien más. Yo tenía que dejarlo ir. Pero ahí estaba, diciendo todas las palabras que algún día quise decirle y nunca pude.
Lo vi salir y reprimí el impulso de correr a su encuentro. Era mejor así. Cada uno por su lado. Era obvio que no iba a pasar las fiestas en casa. Yunho, Taemin y Minho se quedarían en Seul despues del torneo para aprovechar el viaje y pasar tiempo con nosotros después de tanto tiempo. Para año nuevo, tenía la costumbre de visitar a Sungmin y su familia. Este año no sería la excepción, no hacía falta pasar cerca de casa para saber que era lo mejor para todos.
Aun así, mis ojos se humedecían y mi cuerpo dolía. Me hice un ovillo en el sillón y me tape con la frazada que teníamos para las "noches de palomitas", que se había hecho costumbre desde mi llegada. En algún momento esto tenía que parar, pero por el momento, lo único que quería era hundirme en la soledad del departarmento y culpar al destino por ser tan cruel.
***
Perdí la cuenta de las veces que conté las manchas del techo blanco y cuantos episodios de Tom y Jerry habían dado. Solo supe que mi teléfono no paraba de sonar y mis ganas de atender eran insignificantes. Todo cambió cuando la responsabilidad me obligó a tomar la llamada.
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Cayendo por mi padrastro [Eunhae +18]
FanficA Donghae, nada en la vida le sale bien. Desde que perdió a su padre, convivir con su madre se ha vuelto imposible. Cuando ella le presenta a su nueva pareja, la vida de Donghae, tal como la conoce, dejará de tener sentido.