Parte 14: Más lejos de vos

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Al llegar ya tenía mi lugar listo para ser ocupado, Jinki me había ayudado a acomodar las pocas cosas que había traído y se había ofrecido a llevarme a comer afuera, para celebrar mi mudanza. Con el modo zombie con el que había logrado subsistir al viaje, lo único que quería era arrastrarme hasta la cama y despertar nunca jamás, cosa que no me permitió. Bajo amenaza había negociado acompañarlo a comer un "pollito matador de penas" aunque bien sabía que cualquier excusa le venía bien para entrarle a uno.

-Cambia esa cara, juro que no ronco de noche. No es tan malo vivir conmigo.

-¿En verdad no te darás por vencido?

-Mi padre me matará si dejo que te conviertas en un alma en pena. Así que por el bien de ambos, no hagas que utilice mis chistes en tu contra. Soy muy bueno en ello y no quiero que te duelan las tripas en tu primer día. - sabía que sus chistes eran malísimos pero estaba dando lo mejor de él para acompañarme y a decir verdad, tenerlo a mi lado, me ayudaba a evitar pensar más de lo necesario en mi situación.

-Prometo hacer lo posible por evitarlo. Ya que lo mencionas, tu hermano heredó de él ese lado tan vengativo..

-No se que dices, mi bebé es un ángel.

-Caído. - y por primera vez en la tarde, dejé salir una pequeña risa. Jinki, como si fuera magia, contagia su alegría a quienes lo rodeaban y yo espero, que él me de una sobrecarga para volver a empezar.

Confiaba que su compañía hiciera milagros con mi corazón destrozado y me ayudara a sanar. Cada minuto al lado de Jinki, me hacía sentir envidioso de Taemin y me hacía entender porque lo adoraba con toda su alma. Ese chico tenía una luz especial, cuando sonreía, parecía que el sol estaba alzándose en medio de la tormenta, despejando la oscuridad para darle paso a la vida.

En medio de las anécdotas sobre cómo Yunho había descubierto que había nacido con dos pies izquierdos para la danza y como el talento natural de su hermano lo había salvado de la frustración de su padre, llegamos a la casa.

Nos tiramos a mirar una película y comentamos por qué era tan poco probable que una lluvia de hamburguesas nos atacara. Con el alma de gordos que ambos teníamos, podíamos salvar a Seúl de un aluvión de comida sin chistar.

Una serie de mensajes cortó con la conversación. Resoplando por haber olvidado ponerlo en silencio, me sorprendió tener seis mensajes de mi madre.

Perdón por no haber sido de ayuda hoy, las nauseas me tienen mal.

¡Porotín y yo te deseamos un buen comienzo mañana, Donghae!

Mira que bien se ve tu hermanito en el video.

Para que puedas tenerlo de fondo de pantalla, te envío esta foto.

Y los dos malditos archivos.

Quería ser tan feliz como ella lo estaba, pero contrario a lo que mi conciencia dictaba, mi corazón quería gritar y maldecir a mi madre por haber llegado a la vida de Hyukjae antes que yo. Lagrimas traicioneras bajaban por mis mejillas y podía ver como la amargura me llenaba, borrando de un plumazo los esfuerzos de Jinki por devolverme la alegría.

Sin hacer preguntas, estiró sus brazos para rodearme fraternalmente y yo correspondí con ganas, necesitaba afecto y agradecía que estuviera dispuesto a dármelo sin que se lo pidiera.

-En verdad, tienes algo especial. Gracias por adoptarme y hacerme un lugar en tu espacio. 

No respondió. Se limito a dibujar patrones invisibles sobre mi espalda, haciendo que me relaje y sin notarlo, el sueño me venció. Solo el sol de la mañana encandilándome y una alarma demasiado chillona, me hizo dar cuenta que me encontraba en mi cama, tapado y con el peluche de un conejo como compañía.

Cayendo por mi padrastro [Eunhae +18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora