Cayendo por mi padrastro [Eunhae +18]

Parte 22: Final

A medida que las calles pasaban, podía sentir un poco de humedad en mis mejillas. La mano firme que tomaba la mía, no había aflojado su agarre en lo más mínimo y parecía ser esa unión la que guiaba mi andar. Él no hablaba, solo caminaba a mi lado, pero su presencia era fuerte, como si mis miedos no pudieran tocarlo y gritara a los cuatro vientos a donde pertenecía.

Llegamos a ver a mi padre del mismo modo que recorrimos todo el camino. Yo me arrodillé frente a su lápida y me quede en silencio por un momento. Necesitaba estar bien si quería contarle todas las cosas bonitas que habían pasado. Las malas ya las sentiría y estaba cansado de llorar por cosas que ya quedarían como un mal recuerdo. Ahora, tenía un panorama hermoso al que quería seguir ligado para siempre. 

-Hola papi. Me tarde en volver, pero aquí estoy. Me perdonas, ¿verdad? Yo.. no voy poder cuidar de mamá, voy a dejarte esa parte a ti, que tanto la amaste. No te enojes conmigo, yo no puedo hacerlo. - sabía que papá iba a entenderme, el es el hombre más comprensivo que yo jamás haya conocido. Comencé a contarle mis planes, de lo mucho que lo extrañaba y lo mucho que me gustaría que estuviera a mi lado para ver todo lo que había logrado en este tiempo, sin olvidarme de agradecerle por cruzar a Yunho en mi camino. - De ahora en adelante, no podré venir regularmente, aunque es por una buena razón, Seúl va a ser divertida. Siempre me dijiste que busque ser feliz y eso estoy intentando. Quiero que conozcas a alguien. -giré mi cabeza para encontrarme unos ojos llenos de amor, que hicieron que me sonroje - Ven, Hyuk. Papá quiere conocerte.

Se acercó y acarició el nombre de mi padre mientras se sentaba junto a mi. Hizo una reverencia y volvió a tomar mi mano. No me había dado cuenta de lo mucho que había extrañado la sensación pese a tener solo unos pocos minutos separados. 

-Buenos días, señor Lee. Yo soy Lee Hyukjae. Déjeme agradecerle por traer a Donghae a este mundo y haberle enseñado a ser la persona que es. Es una persona sumamente dulce y todos sus amigos lo aman también. Seguro que desde arriba puede verlo, pero quería que lo supiera sin importar que. - hizo una pausa. -Incluso piensa en los demás antes que en si mismo, ¿sabe que fue capaz de dejar de lado su felicidad ante la posibilidad de hacer infeliz a un hermano en camino? - y hasta ese entonces, no me había dado cuenta de las pequeñas lágrimas que recorrían su rostro - Creo que el todavía es joven pero quiero.. quiero que me de la bendición para casarme con él, algún día. Es el amor de mi vida y prometo amarlo aun cuando mi vida acabe. Cuidaré de él. -se mordió los labios y yo solo podía pensar en las ganas de llenarle la cara de besos- Puede descansar en paz, su hijo está en buenas manos. Tendremos una familia, el va a sonreír hasta el fin de sus días. Se lo prometo.

Me arrojé a sus brazos. Mi Hyukjae, que no era mi nada, pero era mi todo, acaba de proponerme un futuro con todo lo que había soñado y más. ¿Quién no podría ser feliz cuando se tiene al hombre más maravilloso al lado?

-Lo amo, papi. Gracias, gracias por mandarme un ángel a mi vida cuando había perdido las esperanzas. Danos tiempo y verás lo felices que seremos juntos. - volví a mirarlo a los ojos y no necesité más nada. Podía sentir calidez a pesar del frío invernal. Podía sonreír a pesar de sentir lágrimas caer. Podía sentir a mi papá, a pesar de ya no tenerlo. Porque esa es la magia del amor. Nada se termina mientras esté de por medio. 

-Te amo, Hae. Para mi ya eres mío y lo serás para siempre, pero por ahora.. ¿Quieres ser mi novio?

-¿Qué clase de pregunta es esa, Lee Hyukjae? Por Dios.. ¡claro que si! -nuestros ojos desaparecieron en sonrisas y festejamos dándonos un simple beso. Tampoco iba a ser irrespetuoso delante de papá. 

Ya no tenía nada que ocultar. El hombre a mi lado era mio, en cuerpo y alma. Iba a ser mayor, iba a ser un profesional e iba a tener una familia con él. Que alguien me pellizque. O mejor no, porque si este es un sueño.. quiero seguir en el para siempre.

***

Llegó el año nuevo y en casa de Sungmin todos estaban encantados con Hyukjae. Había cautivado a la mamá de mi amigo con su sonrisa de encías y cuando después de las doce pusieron música y lo vieron bailar, puedo decir sin temor a exagerar, que absolutamente todos los presentes rompieron sus mandíbulas y necesitaron un balde para contener sus babas.

Un niño super nerd entró por la puerta,  tomando automáticamente a mi amigo por las caderas y  plantando un beso en sus labios para susurrarle "Feliz cumple, Conejito". Es que claro, mi amigo también se hacía mayor de edad ese día. Finalmente había logrado que su vecino cayera por sus encantos, me preguntaba si ya lo hubiera sumergido a ese mundo oscuro que tantas veces yo había padecido y por el que nunca le agradecería a pesar que hoy en día me es sumamente útil. 

-Oye Minnie.. ahora ya puedo decir que además de un pervertido eres un pedófilo. ¡No podrás ocultarlo más!

-Y ahora todos podemos decir que además de tener la próstata bien ubicada, tu registro de voz llega a tonos sorprendentemente agudos, ¿no, Haehae?

Todos se rieron y no podía contrarrestar el efecto de sus palabras, porque si. Disfrutaba de Hyukjae cada noche y no iba a dejar de hacerlo, aunque había tenido que pagar con creces el haber usado los Hyukkies de repuesto el tiempo que estuvimos separados. Ahora que los señores Lee habían vuelto de su pequeño viaje iba a limitarme a abrazarlo, pero una vez que nos mudáramos, dudaba que no encontrara una propiedad insonorizada para evitar que los vecinos se enteren de lo bien que se le daba a mi novio en la cama. 

Salí al patio y miré al cielo. Mandé un beso con el viento, derecho a mi estrella favorita. Dos brazos me rodearon y tiré mi cabeza hacia atrás, apoyándola en el hombro de Hyukjae.

-Feliz año nuevo, pequeño. -sonreí, me gustaba la posición. Era realmente confortable- El primero de muchos. Ya no te libraras de mi, siquiera con mil guardias interminables o niños engripados.

-¿Cómo sabías que quería a ser pediatra?

-Oh.. eso es nuevo. Me gusta. Pero hablaba de hijos. Nuestros hijos. 

-N-no podremos..

-Siempre podemos adoptar o buscar una mami prestada. Quiero una casa grande, tu.. unos niños alegres..un perro peludo que corra con ellos en el parque.. quiero todo contigo, Donghae. Dime que lo quieres tanto como yo.

Me di vuelta, lo miré a los ojos. El no mentía, lo anhelaba y pese a que había querido apartar la idea de nunca ser padre, convenciéndome de que el amor de Hyukjae merecía la pena el olvidar mi sueño de los pequeños castaños llamándome papá, así como había llamado al mio una vez, ahora podía sentir que este hombre no me iba a dejar con las ganas de nada.

-Si, si si si si si y si. Que sean dos perros. 

-Te amo.

-Yo te amo. Aunque no se si pueda tener una mami de alquiler con mi ADN. Los pequeños Donghaes van a enamorarse de ti y me harán competencia. 

-Y entonces yo haré más grande mi corazón para amarlos a todos igual de mucho. Definitivamente necesito angelitos con tu cara.

-Y pequeños demonios con tu sonrisa.

Me pareció ver una estrella fugaz cruzando el cielo y apreté los ojos, deseándolo todo.

"Quiero estar junto a Hyukjae y se cumpla nuestra promesa, felices para siempre, con nuestra familia soñada"

-Amén.

No lo había pedido en voz alta, pero el sabía exactamente lo que había pedido. Uní nuestros labios y nos dejamos llevar hasta que el frío nos grito que volvamos adentro.

Suspiré. Tenía exceso de felicidad en el cuerpo. Miré a mi novio una vez más y agradecía que el destino lo haya puesto en mi camino. Me acurruqué a su lado y escondí mi cara en su cuello. Respiré su olor y descubrí que ya no importaba el lugar, porque en los brazos de Hyukjae yo ya tenía mi hogar.

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Y llegamos al final *llora a mares*  

Quiero decirles que he disfrutado muchísimo de esta historia y he leído todos sus comentarios. Gracias por el apoyo y prontito estaré dejando el epílogo, pues que se creen que los voy a dejar así como así.

¿Algún pedido en especial? Estoy abierta a sus propuestas!