Los ojos azules del enorme lobo, se clavaron como puñales en los ojos de Gerard. Este dio un paso atrás y se cubrió con sus hombres.
— Cobarde.
Scott sólo consiguió arrancarle una risa al hombre.
— ¡Fuego! — Ordenó el hombre dando un sonoro grito— .
Seguidamente el ensordecedor sonido de los disparos inundó la calle.
Scott se encargó de apartar al Sheriff, y de salvar su propio trasero. Derek, de un salto se plantó frente a los hombres y comenzó a atacarlos a pesar de no ser suficiente.
Lydia se acercó sigilosamente por detrás, intentando no llamar la atención hasta que estuvo lo más cerca posible. Llevó las manos a los laterales de su boca, y antes de que gritara con todas sus fuerzas, avisó para que sus compañeros se cubrieran los oídos como pudieran.
Los cristales de los coches se hicieron añicos, así como las bombillas de las farolas, y las ventanas de alguna de las casas cercanas. Los vecinos al escuchar semejante estruendo, y aquel grito, ni si quiera eran capaces de asomarse a las ventanas para comprobar que era lo que ocurría.
Scott se quedó de piedra al ver como la puerta trasera del coche del Sheriff lo empujaba al abrirse.
Del coche salió Stiles, caminando muy lentamente hacia Gerard. Sus ojos, y sus afiladas garras ya mostraban lo que iba a suceder en unos segundos.
Gerard aguantó hasta que Stiles se encontraba a un par de metros de él.
— ¿No echáis de menos a alguien?
Stiles no se detuvo.
— Un paso más y doy la orden para que lo ejecuten — Advirtió el hombre, levantando el dedo índice—.
El rugido de Scott desconcertó a Stiles. Ahora este era el que se acercaba a Gerard con los ojos iluminados en rojo y mostrando las garras.
— ¡¿Dónde está?! — Preguntó gritando — ¡Liam!
— Recluido. De vosotros depende el que viva, o no.
Scott elevó las manos lentamente. Sabía que a Gerard no le temblaría el pulso para ordenar que acabaran con el joven.
Por el contrario Stiles volvió a dar un paso hacia Gerard. Scott no dudó en agarrarlo al ver que Gerard se llevaba el walkie talkie a la boca.
— Stiles... para.
Este forcejeó con Scott. Trató de librarse de su agarre, y en pocos segundos lo consiguió.
— Stiles, por favor...
Hizo caso omiso a su amigo. Todo lo que quería hacer era acabar con aquel hombre, pues lo demás ya no tenía importancia para él.
Pero Scott fue rápido, y se lanzó sobre él provocando que cayera al suelo. Gerard aprovechó el momento para subir rápidamente a uno de los vehículos y echarse a reír mirando a Scott, que trataba de retener a Stiles con todas sus fuerzas.
— En realidad, siempre has sido un pardillo McCall. El joven debe de estar escondido esperando a que le des la orden para aparecer. Pero lo dicho, siempre has sido un segundón. Ya mismo esos ojos rojos, los hereda tu amigo.
Y tras dedicarle aquellas palabras, arrancó el vehículo e hizo chirriar las ruedas antes de marcharse dejando allí a los pocos hombres que quedaban en pié.
Stiles consiguió quitarse de encima a Scott y esta vez fue él quién se colocó sobre este. Sin pensarlo un segundo, comenzó a golpear el rostro del moreno una y otra vez con los puños repetidamente. Scott trataba de librarse, pero Stiles tenía más fuerza que él.
Fue Derek, ya en su forma humana, el que agarró del brazo a Stiles, y lo levantó. Scott se quedó en el suelo tirado. Liam apareció a los pocos segundos y fue directo a él.
Stiles y Derek se miraron fijamente durante unos segundos.
— ¿A ti en que te han convertido?
La pregunta pareció no hacerle demasiada gracia, pues Stiles escupió a Derek en el rostro. Este lo lanzó con fuerza contra uno de los vehículos y tras limpiarse, se acercó peligrosamente para agarrarlo del cuello con todas sus fuerzas.
— Vuelve a hacer algo así y vas a saber lo que es bueno, Stiles. ¡¿Queda claro?!
La voz de Derek parecía serena hasta que gritó. Stiles ni se inmutó. Miró hacia otro lado rodando los ojos, y llevó ambas manos a la espalda del contrario, hundiendo lentamente sus garras en él mientras el mayor aumentaba la presión en su cuello.
— Suelta a mi hijo.
Stiles rasgó la espalda del mayor con sus garras, y este sintió la pistola del Sheriff en su nuca mientras rugía a causa del dolor.
— ¡Este no es su hijo Sheriff!
— ¡He dicho que lo sueltes! ¡Ahora!
Otro sonoro grito de Lydia inundó el lugar, esta vez sin avisar. Stiles y Derek se soltaron para taparse rápidamente los oídos, y el Sheriff dejó caer la pistola para hacer lo mismo.
— ¿Es que nadie se da cuenta de que lo que buscan es precisamente dividirnos? — Preguntó Lydia de forma completamente retórica— Me niego a ver como ellos ganan, y nosotros acabamos todos muertos, por culpa tres machitos que quieren demostrar quién es el que manda. Puedo entender que Stiles se comporte así, pero Derek, ¿enserio? ¿Y tú Scott? ¿Como pueden engañarte así de fácil? — El tono de Lydia se iba volviendo más agudo a medida que hablaba— Ni que no conocieras a Gerard. Esto va a ser así a partir de ahora, el mínimo error que cometamos, nos puede costar la vida. Y yo paso de morirme todavía.
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A escondidas (Steo). 2ª parte.
FanfictionStiles y Theo, se vieron amenazados por Gerard Argent. Han pasado varias semanas, pero la amenaza sigue presente. Antes de poder llevar una vida normal junto a su hija Claudia, van a tener que librar una última batalla. Que empiece la caza.