Perdón.

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Stiles yacía tirado en el sofá de su antigua casa, abrazándose a un cojín. El subidón que había tenido hacía un par de horas, se le había pasado. El sueño se apoderaba de él, pues llevaba dos noches sin dormir. 

Por su parte, Scott todavía estaba intentando asimilar lo que había pasado. Le dolió más que Stiles lanzara sobre él, que el hecho de haber cometido aquel error.

— ¿Ya os habéis pedido perdón? 

La voz de Lydia devolvió a ambos a la realidad, y dejar sus pensamientos a un lado. Ambos negaron repetidamente.

— ¿Os parece este buen momento para comportaros como críos de cuatro años? —Preguntó la pelirroja tras rodar los ojos— Alucino con vosotros, en serio.

— No voy a pedir disculpas, Lydia. Yo intentaba salvar, por así decirlo, a Liam. Pensé que estaba en peligro y actué de esa forma para evitar males mayores.

— Aquí el único mal mayor que hay eres tu. Que no sabes ni si quiera dónde tienes escondido al niño. Yo tampoco voy a pedir disculpas, por que no las merece.

— Nunca debería...

Stiles dirigió la mirada hacia Scott.

— Dilo, adelante. Nunca debería haberte mordido, Stiles  —Imitó la voz del Alpha para decir aquello — Así nada de esto estaría pasando, y estaría tan tranquilo por ahí buscando cualquier gilipollez para entretenerme.

— Yo no...

— Te recuerdo que me mordiste por que eras tan sumamente imbécil, que eras incapaz de entender que estaba enamorado hasta las trancas de alguien a quién tu odiabas. Pero que mas da eso ya, por que ahora que me he quedado solo, crees que todo va a ser como antes y que voy a estar aquí eternamente para servirte — Los ojos de Stiles se habían llenado de lágrimas nuevamente— En cuanto termine con Gerard, no me vais a ver el pelo nunca más. Así que si os queréis largar, ahí tenéis la puerta.

— Que fuerte me parece, Stiles.

Nuevamente Lydia cortó la situación.

— Estamos aquí todos intentando ayudarte, y te pones en ese plan. Vete a la mierda. 

— ¿Es que nadie entiende como me siento ahora? ¿Tenéis que venir aquí a seguir agobiándome? ¿Podéis por favor dejarme? 

— ¿Te importa a ti como nos sentimos nosotros?

Scott se acercó a Stiles y tras agarrar el cojín y lanzarlo a un lado, lo levantó agarrándolo de la camiseta.

— ¡Suelta la camiseta! — Stiles se revolvió tratando de liberarse —.

— ¡Nos debes a todos una disculpa! ¡Por mucho que estes pasando no merecemos que nos trates como si fuéramos menos que tú! 

A medida que Scott zarandeaba a Stiles gritándole aquellas palabras, la camiseta  se rasgaba, hasta que este cayó al suelo. Su respiración se aceleró y se llevó las manos al rostro. Sintió el frío del suelo en su cuerpo, mientras el llanto se apoderaba de él nuevamente.

Lydia y Scott se miraron confusos. Liam entró al salón y se acercó a Stiles. Se agachó junto a él y miró a Scott seriamente.

— Eres idiota, Scott. La camiseta era de Theo.

Scott apretó los ojos y suspiró apretando los puños. 

— Será mejor que me marche —Susurró mirando a Lydia, a lo que esta asintió—.

— Scott... Si esto es algún plan de Theo, y eres conocedor de ello, por favor, abortad el plan.

Las palabras de Liam hicieron que Scott alzara las cejas y negara con la cabeza antes de agachar la cabeza.

— Ojalá fuera así, pero... No lo es — La voz de Scott ahora era dos tonos más aguda. La situación le estaba doliendo de verdad — Vendré mañana por la mañana, a hablar con él.

— No creo que él quiera hablar contigo después de esto, pero estaría bien que lo intentaras — Musitó Lydia sin saber bien como mirar ahora a Scott — Ve y descansa, pero ven pronto. 

Lydia ahora parecía ser la que daba las órdenes.

Scott se dirigió a la puerta, y la abrió para marcharse. Se detuvo de repente y observó confuso a la persona que se encontraba al otro lado.

— ¿Chris?

—¿Chris? ¿Me llevas buscando todo este tiempo y lo primero que dices es eso?

Cada vez que Scott veía a Chris Argent, sentía en su interior un revoltijo de emociones. Por un lado, se alegraba, pues la ayuda del hombre les iba a venir como anillo al dedo. Por otra, Allison. Pensar en ella, era como un puñal para él.

A pesar de saber que todos los presentes en la casa, ya se habrían enterado, Scott cerró la puerta y ambos se marcharon. Scott tenía que poner a Chris al día de como estaban las cosas por Beacon Hills. 

Lydia observó a Liam, pidiéndole con la mirada que no abriera la boca.

— ¿Crees que según todo lo que me ha contado Scott, va a aceptar la nueva condición de Stiles?

Lydia rodó los ojos y se cruzó de brazos.

— ¿Y por que no? — Espetó esta seriamente— Sólo ha matado a la gente que quería matarlo a él, que los ha matado, sí, pero por defenderse, no por otra cosa. 

— Ya pero, bueno, no se, ya se verá.

— Ya se verá, correcto —Lydia respondió tratando de quitarle algo de hierro al asunto, pues Stiles estaba pasando por un momento bastante delicado, y sabía que a pesar de estar de aquella manera, lo escuchaba todo. Siempre lo hacía—.




A escondidas (Steo). 2ª parte.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora