A escondidas (Steo). 2ª parte.

Salir por patas.

La respiración agitada de Stiles, provocaba risas entre los hombres que se encontraban en la habitación. Incluido Gerard, que sostenía el machete hundido en el cuerpo de Stiles.

- Y así es cómo se le pide amablemente a uno de su especie, que hable. Si aprieto un poco más, probablemente tengamos el gusto de verlo sangrar también por la boca. 

Stiles negó con la cabeza tragando saliva cada pocos segundos. Sentía su cuerpo débil por la pérdida de sangre, pero era totalmente consciente de todo lo que pasaba a su alrededor.

Profirió nuevamente un fuerte grito cuando Gerard decidió apretar el machete contra él con fuerza. Su boca, tal como Argent había dicho, se llenó de sangre.

- No seas tímido, muestra que no estaba equivocado - Indicó el hombre alzando sus cejas - Aun que igual no he apretado suficiente. 

Al ver que el hombre se agachaba frente a él para volver a apretar de nuevo, Stiles le escupió en la cara. 

- Tenías razón, sangro por la boca - Susurró Stiles mirándolo fijamente- Deberías dedicarte a la adivinación. 

El hombre golpeó la cara de Stiles con tal fuerza, que Stiles quedó mirando a un lado con la boca abierta. La sangre se dejaba ver, cayendo por la comisura de sus labios.

- Tan sólo deja que me encuentren, viejo de mierda. Después nos veremos las caras - Susurró Stiles volviendo a alzar la cabeza. Sus ojos brillaban intensamente de nuevo - Es muy fácil creerse el vencedor de algo cuando se tiene al contrincante atado en una silla, pero cuando todo eso cambie, te aseguro que vas a pagar caro todo esto.

Stiles soltó una carcajada. Gerard lo miraba sonriendo.

- Y esto es un delirio causado por la pérdida de sangre supongo.

- No estoy delirando -Respondió Stiles tras haberse reído, mostrándole los colmillos - Te aseguro que en cuanto me suelten, vas a correr como nunca has corrido, tratando de esconderte de mí. Por que si te encuentro, te arrancaré la cabeza aun que tenga que hacerlo con los dientes. 

- Tú lo has dicho, chico. Si algún día logran soltarte - El hombre, se llevó la mano al bolsillo al escuchar su teléfono sonar e ignoró a Stiles, marchándose para coger la llamada -.

Aquella llamada, le daba un tiempo, para tratar de soltarse. Sabía que iba a dolerle horrores, pero debía ser rápido ahora que todos los hombres miraban con atención a Gerard mientras hablaba por teléfono. Y sobretodo, tenía que hacerlo en total silencio. 

Apretó los ojos y tomó aire, haciendo toda la fuerza posible con sus brazos, para tratar de romper aquellos grilletes. La sangre no tardo en recorrer su brazo, pero este se mantuvo en silencio aguantando todo el dolor. 

Uno de los grilletes cedió. Sin perder el tiempo, llevó la mano libre al otro grillete, y lo retorció con fuerza hasta que lo rompió.

Sólo quedaban los de los tobillos. Tenía que ser muy rápido para que al liberarse le diera tiempo a salir de allí lo más rápido posible, pues andaría con dificultad debido a las heridas. 

Se agachó ahogando un grito de dolor, para romper los grilletes que restaban rápidamente. No pudo evitar suspirar al lograrlo. Sus manos temblorosas, tras levantarse, fueron directas a la empuñadura del machete, que seguía hundido en su costado. Nuevamente tomó aire y rápidamente lo retiró de su cuerpo, sin dejarlo caer al suelo. No pudo evitar sonreír.

Con la mirada buscó la salida más cercana. Tras de él no había nada. Si quería salir, tenía que pasar por delante de todos los hombres, cosa que parecía imposible. Pero a parte de garras y colmillos, tenía el machete. Los otros estaban armados, pero un machete serviría.

Esperó unos segundos, para dar tiempo a que su cuerpo se curara lo máximo posible. Había escuchado decir a Theo que él se curaba más deprisa de lo normal, por lo que decidió aprovecharlo.

Cuando Gerard se volteó guardando el teléfono nuevamente en su bolsillo, todo lo que vio al levantar la mirada, fue el machete volando rápidamente en su dirección. Nuevamente un grito inundó aquel lugar. Esta vez de Gerard. El machete impactó en uno de sus hombros y este cayó al suelo. Los hombres no dudaron de correr a ayudarlo.

Ahí fue cuando Stiles aprovechó para salir por patas. Corrió todo lo rápido que pudo en dirección a la multitud, y los esquivó como pudo cuando estaba lo suficientemente cerca como para que pudieran agarrarlo y ralentizarlo. Tenía los segundos justos para salir de allí antes de que fueran a por él. la idea de quedarse y terminar con todos los allí presentes, se le cruzó por la cabeza, pero este sacudió la cabeza con fuerza mientras corría. Su prioridad era salir de allí y volver con Theo. Tenía que asegurarse de que él estaba bien. 

Echo la puerta abajo. Esta daba a otra sala, llena de hombres. Los disparos comenzaron a escucharse en el lugar, pero Stiles siguió corriendo todo lo rápido que podía. Atravesó otra puerta. A un lado de la habitación, otra puerta, frente él, una ventana enorme. Lo tuvo claro.

El tiempo que tardó en cruzar la habitación y cubrirse con los brazos, fue lo que tardó en atravesar el cristal de la ventana. Gritó al verse en el aire, a varios metros del suelo que cada vez estaba más cerca. Un fuerte crujido en una de sus piernas al caer al suelo, lo hizo perder el equilibrio. Se levantó lo más rápido que pudo y caminó cojeando por lo que parecía un callejón. Cuando llegó al final, asomó la cabeza para asegurarse de que los hombres no habían salido aún.

Salió de allí, aun cojeando y alzó su mano al ver un taxi. Si quería huir deprisa de allí, aquella era la única opción que se le presentó. Abrió la puerta justo cuando el vehículo paró a su lado y se subió rápidamente.

- ¡A la comisaría rápido! - Gritó dándose la vuelta para poder ver por el cristal de la parte de atrás-.

El taxista, al observar a Stiles a través del espejo interior del taxi, y verlo ensangrentado, no dudó un segundo y aceleró, sacando de allí a Stiles rápidamente.

- Cuando lleguemos a comisaría, entre conmigo, mi padre es el Sheriff, y le pagará el viaje, yo no llevo nada, y ahora que me doy cuenta, me han quitado el teléfono móvil.

El taxista asintió. Stiles suspiró y se acomodó en el asiento trasero.

- No sabe la suerte que he tenido al encontrarlo - Susurró Stiles cerrando los ojos- Todavía no me lo creo.

Pocos minutos más tarde, el taxista se detuvo frente a la comisaría. Stiles bajó del coche rápidamente al ver cómo su padre salía de la comisaría. El hombre al verlo ensangrentado, se detuvo de repente. Stiles se caminó hacia la puerta.

El taxista, tal como Stiles le había indicado bajó del coche y siguió a Stiles. Quedó detrás de él.

- Gerard quiere que sepas que va a acabar con todos los que conoces, uno a uno - Indicó de forma calmada - Oh, y también dijo que si no te mata el disparo, lo hará la especie rara de acónito que contiene.

Stiles sintió algo frío en su nuca. El Sheriff desenfundó el arma con rapidez y no dudó en apuntar al hombre.

El taxista, al ver cómo el Sheriff lo apuntaba, disparó. Stiles cayó fulminado al suelo. 

Seguidamente, el cuerpo del taxista cayó al suelo inerte, cuando el padre de Stiles vació el cargador de su arma en él.