CARLOS

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- UFF!... QUÉ DÍA- Dice Andrés llegando a su casa - Ni te imaginas Carlos!... lo difícil que fue el día de hoy lidiar con todos ellos.. - le dice a Carlos entregándole unos papeles y su saco.
- No quisiera estar en tu pellejo...-le contesta el aludido.
- Si ... no quisieras... pero lo que me pude alegrar un poco es poder charlar con esa mujer que se cayó en mis brazos... - dice con entusiasmo.
- No creo que puedas, ya que ni bien despertó rompió tu velador favorito, se vistió y se fue rápidamente - le informa de manera escueta Eva.
- ¡¡¡CÓMOOO!!!... Y LA DEJASTES MARCHAR!!!!- le dice enojado.
- No tenía órdenes de que se quedara.... - le responde seria y con tono neutro.
Andrés se queda en seco, no esperaba esa respuesta. Y si, tiene razón él no le dijo nada que se quedara hasta que él regrese.
Le quita de las manos a Carlos el saco y se lo vuelve a poner, da la media vuelta para salir. Se encuentra con Eva, parada en la puerta frenándole el paso.
- Déjame ir a buscarla!... -le dice enojado.
- NO.. - le rsponde escuetamente.
- No sin antes cenar, y dormir...
- Eva tiene razón, es muy tarde -le dice Carlos mirando el reloj - son casi las once..
Andrés mira por la ventana y se desmoraliza.
- Vamos a cenar, seguro que Eva tiene algo bueno para nosotros ... ¿Verdad? - y la mira. Ella asiente con la cabeza. - Mañana con calma y la cabeza algo más fria vamos a encontrarla.
Y se lo lleva a la fuerza hacia la concina, en donde Eva ya tenía la mesa lista y la comida a punto. Carlos se devora todo, en cambio Andrés apenas prueba bocado.
Eva le hace un gesto a Carlos para que lo motive a comer su comida.
- ¿Vash a comerslo? -le pregunta Carlos con la boca medio llena. Andrés mueve negativamente la cabeza y Carlos toma su plato y come de ambos platos a la vez. Eva está resignada, no puede con Carlos y la comida, es superior a él.
- Me voy a dormir - Dice Andrés con un hilo de voz.
Eva se le acerca y le da un abrazo cariñoso.
- Vas a ver que mañana será un gran día. -le dice alentándolo.
Andrés la mira con cariño.
-¡Gracias Eva!.-y le da un fuerte abrazo.
Cuando lo ve subir, Eva encara a Carlos.
- ¿No vistes las señas que te hice?...
- Si...-le contesta masticando el último bocado - ¿Hay postre?
- Si la vistes, ¿Por qué le sacastes su plato?..- le dice enojada.
- Porque él no quería comer más, y... yo tengo hambre....¿Hay postre?- le pregunta poniendo los ojos como los de un perrito.
- ¿No te das cuenta que apenas a desayunado, no almorzó, y ni siquiera tomó algún refrigerio a media tarde?- le dice molesta recogiendo la vajilla de la mesa.
- ¿Hay postre?...-le pregunta mientra la ayuda con la vajilla.
- Y tú, lo único por lo que te preocupas es por el postre! -le dice mientras coloca detergente en el lavavajillas.
- ... Yyy... si... -le dice sin dejar de mirarla- yo quiero mi postre....
- ¡UFA!...- Se da vuelta, abre la heladera y saca una mouse de chocolate - ¡Aqui!....
No termina de darse vuelta que muy cerca suyo está Carlos con una mirada diferente a la habitual, se ha quedado sin habla.
Carlos le toma de la barbilla con una mano y la obliga suavemente a mirarle a los ojos, con la otra sostiene el postre que está a punto de caer. Su mirada es intensa, hay fuego en su interior. Eva no termina de reaccionar, es nuevo, es raro, siempre vio con cariño a Carlos, pero hoy, era distinto al Carlos de siempre.
Carlos apoya la mouse en la mesada, mete un dedo dentro de la mouse y se lo lleva a la boca, sin dejarla de verla, luego repite lo mismo, pero esta vez se lo ofrece a ella. Cuando ella va a chupar del dedo, Carlos se agacha levemente y le da un beso, largo y profundo, en donde sus lenguas se juntan y juegan. Un beso que quita la respiración a cualquiera. Eva se siente agitada, su corazón palpita a gran velocidad, este descubrimiento le dió vuelta la cabeza.
Él la suelta por un minuto y la sube a la mesada y le da besos en la nuca, le muerde la oreja y vuelve a comerle los labios. Eva va sientiendo como el fuego va creciendo en su interior lentamente. Carlos vuelve a meter varios dedos en el mouse y a modo de cuchara lo recoge y se lo ofrece, ella come el mouse de su mano y antes que ella pudiera tragarlo, él mete su lengua en su boca y le roba de ella el alimento dulce.

 Carlos vuelve a meter varios dedos en el mouse y a modo de cuchara lo recoge y se lo ofrece, ella come el mouse de su mano y antes que ella pudiera tragarlo, él mete su lengua en su boca y le roba de ella el alimento dulce

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JessicaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora