{Capítulo 13}

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Mientras arrastraba la maleta por la acera no podía evitar sonreír, estaba ansiosa.
Nunca iba tan feliz al trabajo como aquel día. Me moría de ganas de ir a esa gala.

Cuando llegue allí estaba Liam, junto a un coche en el que estaba el chófer que nos llevaría dentro. Jason aún no había llegado:

-Hola. -me acerqué con una tímida sonrisa.

-Buenos días. -para mi sorpresa apartó un mechón de mi pelo y besó mi mejilla con ternura. ¿Por qué lo hacía? Aún así, me encantaba.

-Buenos días, jefe. -Jason apareció de la nada y estrechó la mano con la de Liam. -Hola a ti también, Vicky. -alzó la ceja y sonrió con picardía.

-Bueno chicos, este hombre nos llevará al hotel y, después de comer allí, nos tendremos que preparar para la gala. El camino en coche son dos horas. -explicó mientras cargagamos las maletas, en el maletero.

-¿¡Dos horas!? -protestó Jason. -Bua.

-Es lo que hay. -respondió Liam. -A muchos les encantaría estar en tu lugar, así que no te quejes y disfrútalo.

Bam.

Liam se sentó en el asiento del copiloto, Jason y yo en la parte de atrás, con un asiento de separación en el medio.

No recuerdo el momento en el que me dormí (soy experta en ello cuando viajo), pero desperté siendo sacudida por alguien:

-¡Vamos, despierta! -la repelente voz de Jason me hizo abrir los ojos de golpe. Estaba recostada sobre sus piernas, así que me levanté rápidamente con una mueca.

-Buenos días, marmota. -bromeó Liam. Hice lo más parecido a sonreír y bajé del coche.

El sitio en el que estábamos era precioso, y muy diferente para estar tan cerca de nuestra ciudad.

-Adoro esta ciudad. -dijo Liam mientras se despedía del chófer con la mano.

-¿Ya has venido antes? -preguntó Jason sin dejar de observar el maravilloso lugar.

-Sí, muchas veces para el trabajo. Hasta viví aquí un tiempo.

-Es hermosa. -afirmé.

-Me alegro que os guste, pero tenemos que subir al hotel para dejar las cosas y comer dentro de una hora. -dijo.

Le seguimos hacia la recepción y en un minuto ya estábamos llegando a la habitación. Teníamos una llave cada uno aunque fuese la misma.

Era bastante grande y acogedora, era como una especie de piso. Cada parte estaba separada por un biombo que al menos daba un poco de intimidad. Lo malo es que solo había un baño, pero solo sería cosa de una noche.

-Me pido ésta. -Jason se tiró a la cama de la tercera.

-¿Cuál quieres tú? -me preguntó Liam.

-Oh, me da igual. Coge la que quieras. -respondí.

-¿Te importa si te quedas en la del medio y cojo ésta? Tendré que salir mañana temprano para hacer una llamada, y así no molestaré. -preguntó.

-Claro, esta está muy bien. -sonreí mientras entraba y él me devolvió la sonrisa.

En una hora teníamos que comer, así que tenía el tiempo justo para organizar mis cosas y hacer unas llamadas.

Saqué mi precioso vestido de la maleta y lo colgué en una percha. Al observarlo con detenimiento, se veía pequeño para mí. Si no me quedaba no sabría qué haría, fui una idiota al comprarlo sin probarlo antes.

Víctima SilenciosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora