-¿Cómo? -preguntó Liam.
-Señorita, tiene que pasar por quirófano para arreglar tu costilla que, perdón por la expresión pero, está hecha mierda. No se inquieten, no es una operación grave y no suele tener complicación alguna. -me relajé un poco tras oír eso del doctor. -Lo único es que tardarás unas dos semanas en recuperarte del todo.
-¿Cúando me operaría? -pregunté.
-Puede ser cuando quiera. -se encogió de hombros.
-¿Ahora? -quería hacerlo cuanto antes.
-Si es lo que quiere, el quirófano estará listo en 30 minutos. Está en manos de los mejores especialistas y, si todo sale bien, en nada estará usted perfecta. -su voz era tranquilizadora, se le daba bien su oficio.
-Perfecto; cuanto antes, mejor. -respondí.
Vi la cara de preocupación de Liam, parecía estar más angustiado que yo.
Seguí las instrucciones de los doctores y estaba a punto de entrar a quirófano. Ahora me encontraba en una camilla de una habitación junto a Liam, y en unos minutos vendrían a por mí para operarme.
-Liam... Puedes irte, tienes que tener cosas que hacer. -ya apenas me salía la voz por el sedante.
-Ni hablar; no me separaré de ti. -sabía que no cambiaría de opinión y no tenía fuerzas para discutir nada.
-¿Podrías hacerme un favor? -pregunté.
-Claro, dime.
-Ten. -le di mi teléfono. -Avisa a Nathan para que venga.
-Está bien. -lo tomó nervioso.
Vinieron a por mí y ya era hora de despedirme de Liam para entrar a quirófano.
-Nos vemos en unas horas. -se despidió de mí con la mano y sonreí como pude. -Todo irá bien, preciosa.
Cerré los ojos y, tras ser anestesiada, no recordé nada más.
***
Abrí los ojos y vi algo borroso. Los ceré y volví a abrir, viendo a una persona borrosa.
-Hola. -distinguí perfectamente su voz y, al abrir los ojos, confirmé quién era.
-Hola Liam. -mi voz parecía de haber venido de un botellón.
-Ya estás aquí, eres muy fuerte, Collins. -sonrió con alivio.
Volví de mi órbita. Ya había salido de quirófano.
-¿Y Nathan? -me quise sentar y me retorcí de dolor al intentarlo.
-¡Cuidado! No puedes moverte. -me ayudó a tumbarme de nuevo. -Le llamé y no respondió, así que le envié un mensaje y... -se llevó las manos a la cabeza con preocupación.
-¿Y..? -pregunté.
-Tenemos que hablar, es importante. -lo soltó.
-Bien, dime. -intenté hacerme la tranquila pero estaba igual de nerviosa que él.
-Ahora no es el momento; sé que no te sentará bien ésto así que prefiero hablarlo cuando estés mejor. -me acarició la mejilla con suavidad y asentí.
-Gracias por estar aquí. -pensé en Nathan. Parecía que mi marido era Liam y no él. -Te debo mucho, soy una...
-Shh... -agarró mi mano y me acarició, haciendo que me relaje bastante.
El silencio estaba resultando cómodo y tranquilo. Cerré los ojos para disfrutarlo; me gustaba tenerle ahí, conmigo.
Pero lo bueno duró poco:
-¿¡Qué le ha pasado a mi mujer!? -me sobresaltó oír a Nathan y solté con miedo la mano de Liam, quien yacía a mi lado.
-Ey, tranquilo. -Liam se acercó a él.
-¿¡Qué cojones haces tú aquí!? -estaba histérico. -¡Siempre tienes que estar pegado a ella o qué!
-Te avisé para que vinieses pero no lo has hecho hasta ahora, no iba a dejarla sola. -se excusó con tranquilidad.
-Nathan... -tenía un nudo en la garganta al pronunciar su nombre.
-¿Qué te ha pasado? -preguntó.
-Me rompí las costillas cuando... anoche. -me expliqué.
-¿Estás de coña? ¡Cómo puedes ser tan torpe! -gritó. -¿Te llamabas Liam, no? -mi jefe asintió con asombro por la situación. -Liam, tu empleada es la mujer más estúpida que existe, no sé qué haces que la tienes contratada... Ah, claro, ¡¡¡que te la tiras!!!
Suspiré aguantando mis lágrimas de desesperación. Me sentía humillada y avergonzada.
-¡Ya está bien! -Liam estalló y se levantó de la silla en la que estaba. -¿Cómo puedes tratar así a tu mujer? ¿Te parece normal? ¡Además, no creo que merezcas ninguna explicación pero, no me he tirado a nadie!
-¿Quién coño te crees chillándome? -respondió Nathan. Ésto se estaba poniendo muy feo.
-¡Y quién te crees tú para tratar a Vicky así! -Liam estaba igual de nervioso que él. Parecían dos toros a punto de enfrentarse.
Nathan se abalanzó sobre Liam y le agredió. Él se defendió devolviéndole un buen puñetazo para quitárselo de encima.
No podía moverme de la camilla y me estaba desperando el no poder actuar y separles.
-¡Parad, por favor! -sollocé.
-¿¡Qué hacéis!? -por suerte una enfermera entró a la habitación. -¡La paciente necesita reposo y tranquilidad! -se separaron al oírla. -¿¡Quién de los dos es el marido/novio o lo que sea!?
-Yo; soy yo. -respondió Nathan sofocado.
-Pues, tú. -señaló a Liam. -Largo de aquí. No quiero más episodios como éste o tendré que tomar medidas.
Liam asintió y la enfermera esperó a que saliese para asegurarse de que se iba. Qué vergüenza.
-Tenemos que hablar, lo sé todo. -susurró antes de salir, limpiando la sangre que salía sin cesar de su nariz.
Abrí los ojos de par en par al oírlo. No podía ser cierto.
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Víctima Silenciosa
Romance~NOMINADA A LOS WATTYS 2019~ {Acabada} Vicky Collins lleva años siendo víctima de los abusos de su marido, aunque nunca fue capaz de contarlo a nadie. Pero, cuando su nuevo jefe Liam aparece en su vida, todo cambiará para siempre.