-¡No, Nathan, para! -chillé, huyendo de él.
-¡Vuelve ahora mismo! -gritó.
-¡Nathan no me mates por favor! -desperté de un salto. Había sido una pesadilla muy real.
-¡Vicky! -Liam entró de repente y se sentó a mi lado. -¿Qué te ha pasado?
-Sólo ha sido una pesadilla, no importa... -sequé mis lágrimas con la mano. -Tienes razón, mañana mismo tengo que ir a denunciarle si no quiero que me mate, pero es que tengo mucho miedo.
-Tranquila, nunca estarás sola en ésto. -me acarició la mejilla y le abracé de nuevo.
-Si no te importa ni te resulta incómodo... ¿Puedo dormir contigo? No quiero estar sola. -admití.
-Claro. Ven a mi cama. -le seguí y me tapé con la sábana que, como todo lo suyo, olía a gloria.
Liam apagó la luz y noté cómo se acercaba a mí. Rodeé mis piernas con las suyas y me dormí abrazada a él, inhalando ese olor que tanto me gustaba.
***
Desperté encima de algo, más bien de alguien.
Abrí los ojos y le vi a él, dormido debajo de mí.
¿Quién iba a pensar que ésto ocurriría?Sonreí y comencé a darle besos por la cara, como despertar. Necesitaba más de él que no fueran simples besos cortos.
-Me gustan estos buenos días. -dijo con su voz ronca sexy, abriendo los ojos.
-¿Ah sí? -dije besando su cuello.
-No pares, por favor... -susurró con una sonrisa.
Besé sus labios con más intensidad, esta vez uniendo nuestras lenguas. Este hombre besaba increíblemente bien.
Liam me rodeó de la cintura y comenzó a deslizar sus manos por mi cuerpo, pero los dos nos detuvimos en seco, pensando lo mismo:
-Será mejor no apresurarse. -dijimos al unísono. Reímos.
-Sí, aunque te deseo con todo mi ser, así será lo mejor. admitió y sonreí.
Me dejé caer al otro lado de la cama y contemplé el techo.
Nuestros pechos no paraban de subir y bajar, estábamos demasiado excitados.Más tarde desayunamos unas tostadas y zumo de naranja; sencillo pero delicioso. Ya me encontraba algo mejor.
-Liam, sé que estás esperando mi aprobación... Sí, quiero ir a la comisaría; y ahora. -dije con firmeza (aunque estaba cagada de miedo).
-Esa es mi chica. -una sonrisa pobló su rostro. -Va, ¿nos vestimos y vamos?
Asentí.
Me puse algo de ropa que aún quedaba de Sierra. Me quedaba algo ajustada, pero servía.
Cuando ya estábamos listos, subimos al coche y nos fuimos.
En el camino no paré de hacerme miles de preguntas, no sabía si estaba haciendo lo correcto y tenía miedo. Incluso al pasar por la entrada de comisaría estuve a punto de salir corriendo, pero Liam me animó a seguir:-Vamos, no puedes echarte atrás ahora, cariño. -su mano se unió con la mía y asentí, avanzando por el pasillo del lugar.
Nos acercamos a la recepción y una mujer nos dedicó una amplia sonrisa:
-Buenos días, ¿en qué puedo ayudarles? -formuló.
-Venimos a poner una denuncia. -dijo Liam, ya que a mí no me salía la voz.
-Bien, ¿qué tipo de denuncia? -preguntó tecleando el ordenador.
-De violencia de género. -respondió de nuevo Liam.
-Oh. -su sonrisa pasó a una cara lastimera. -Por favor, siéntense ahí y en seguida les atenderán.
-Gracias. -Liam le devolvió una sonrisa encantadora y nos sentamos en la sala de espera.
Estaba muy nerviosa, jamás imaginé que acabaría aquí sentada, y con Liam.
Mientras le daba vueltas a miles de pensamientos, la señora nos llamó:
-Pasen a la última habitación del pasillo, ahí os espera mi compañero para atenderles.
Entramos a la pequeña habitación y, efectivamente, un joven nos esperaba en su despacho. Me extrañó que no fuera una mujer quién nos atendiese; no sé por qué pensaba que sería una mujer.
La sala estaba repleta de folletos y carteles sobre la violencia machista.
-Hola, bienvenidos. Podéis sentaros y cerrar la puerta, por favor. -de primeras se veía majísimo.
-Hola. -dijimos Liam y yo.
-Bueno, por si no os habéis dado cuenta o no os han avisado ya, este es el departamento de denuncias de violencia de género. -dijo y asentimos. -Dime tu nombre, por favor.
-Victoria Collins, pero puedes llamarme Vicky.
-Genial, Vicky -tecleó en su ordenador. -Bueno, soy todo oídos, contadme cuál es la historia por la que estáis aquí.
-Mi marido lleva años maltratándome. -resumí.
-Ya, pero necesitaría que me cuentes más detalles, cuéntame todo lo que te haya hecho. -preguntó.
-Pues... -suspiré. -Todo empezó con celos, lo típico que no le das importancia pero en realidad son una señal. Poco a poco fue a más, hasta no dejarme hacer lo que quisiera, salir con quien quisiera, ponerme lo que me apeteciera... Hasta que hace dos años empezaron los abusos y palizas. -tenía un nudo en la garganta horrible, me eataba estaba costando mucho decir ésto después de tantos años callada.
-¿Qué tipo de abusos y palizas? siguió con el interrogatorio.
-Pues... Me violaba casi siempre, me obligaba a hacerlo con él a menudo y también me violó junto a sus amigos. -algunas lágrimas recubrieron mis mejillas de nuevo, me estaba agobiando al estar ahí dentro. -También me pegaba palizas brutales y hasta me rompió las costillas y... -me estaba costando respirar y los dos se dieron cuenta de ello.
-Hey, tranquila. -me sonrió de una manera tranquilizadora y tomó mi mano. -No hace falta que sigas, tranquila. Respira.
Asentí y me relajé. Al poco rato ya estaba mejor.
-Bueno, ahora quien debe seguir con el papeleo de la denuncia soy yo. Tan solo necesito que me digas varios datos de tu marido y zanjaremos el asunto.
Sonreí con algo de seguridad. Parecía que al fin eataba acabando esta pesadilla.
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Víctima Silenciosa
Romance~NOMINADA A LOS WATTYS 2019~ {Acabada} Vicky Collins lleva años siendo víctima de los abusos de su marido, aunque nunca fue capaz de contarlo a nadie. Pero, cuando su nuevo jefe Liam aparece en su vida, todo cambiará para siempre.