CAPITULO 17: Incomodidad

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Terminé mi último examen al medio día. Las clases finalizaban por hoy, había una reunión con Jade y el equipo antes del partido de esta tarde.

Iría después, por ahora esperaba reunirme con alguien más.

Me mantenía ahí—sentada en la mesa—donde los alumnos suelen ir a terminar las tareas o almorzar, esperaba a Gael para ser sincera. Quería hablar con él y saber que todo con él estuviera bien. En la mañana pensé mucho en llamarlo pero mi hermana me aconsejó esperar un poco más, al menos hasta las últimas clases.

—Señorita Franco. —dijo una voz a mi espalda, me sobresalté por un instante. Era mi profesor de gimnasia—. Debería estar con las chicas del equipo ahora.

—La reunión será en media hora, profesor. —contesté. No esperaba moverme o alejarme de nuestra aula hasta hablar con Gael.

El profesor resopló molesto e ignoraba lo que había dicho, y continuó: —. Me alegra que haya entrado al equipo, es un gran inicio, siempre he sabido que ama el fútbol. Bueno, ahora vaya a la reunión. —insistió, girando en una esquina cerca de la fuente de agua al marcharse.

Esta ves lo ignoré yo. Dos minutos después, mientras veía con determinación intentando así que saliera Gael como efecto de magia por aquella puerta de madera; de las clases de cálculo, alguien tocó mi hombro derecho.

Giré como respuesta.

—Te traje una dona de chocolate. —Héctor tenía la mitad de la boca llena de pan y me extendía una bolsa donde me traía nuestro dulce favorito—¿Esperas a Gael o a Ileana? —pregunta sentándose frente a mí. Parecía totalmente contento.

Tomé la boda y saqué una dona de chocolate gigante.

—Ileana. —mentí.

—Te has vuelto muy cercana a ella. —aseguró terminando de tragar lo poco que tenía en su boca, yo mordía un pedazo de mi dona. Estaba deliciosa. — Y también de Gael.

Como y lo que dijo como último se sintió como un reproche. Fruncí mi entrecejo confundida esperando que dijera algo más.

—No malinterpretes Ly. —advierte al instante—. Solo es un comentario, además fui yo quien te dijo que deberían llevarse mejor ¿Verdad?—sus ojos lo contradecían.

¿Qué quería decirme en realidad?

—Solo hablamos de vez en cuando. —mastico mi dona después.

Héctor acercó su mano y limpio un poco de la comisura de mi labio inferior, rosándome con su pulgar muy cerca de mi labio inferior. Había embarrado chocolate. Suele hacerlo, o antes lo habíamos en pie nosotros, pero ahora era incómodo.

Durante el mes anterior él había estado tan alejado, no quiero parecer egoísta y celosa sobre eso pero era así y si estaba más tiempo con Ileana o Gael, no debería de molestarle.

—Ademas, no escribes. Ayer lo hiciste por Gael. —continúo, lo hice más para estar a mano, y ya que estábamos en esas agregué: —. Nos vimos este fin de semana por la invitación de mi hermana, sino fuera por eso...

—He querido hacerlo. —interrumpe con un hilo de voz—. Hablarte, lo juro, pero el teatro nos tiene un poco ocupados y tú... con el equipo de fútbol.

—Eso fue tu idea ¿ Recuerdas? Y tú vives por el tal Matías... —de acuerdo, estaba siendo muy sincera, estaba arrepintiéndome—. Disculpa, no quería sonar celosa o posesiva yo...

La única excepción en el mundo, ERES TÚ ✔️[REESCRIBIENDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora