Llevaba una camisa con cuadros roja, unos pantalones muy anchos para su proporción pero que al final lo hacía ver muy bien, y sus zapatos negros hacían juego con el pantalón. Mantuvo su postura, con sus manos dentro de los bolsillos y su mirada en mí—muy serio y a la vez sereno—, de la cual no podía decifrar la razón por la que estaba parado fuera de mi puerta, manteniendo una conversación con mi hermana, una que sólo duró pocos segundos antes de que yo apareciera y preguntara:
—¿Qué haces aquí?
No recibí una respuesta de él directamente, solo alzó sus hombros e inclinó su cabeza como si expresara en silencio que ni él mismo sabía la razón de su visita.
—Gael me ha dicho que tenían planeado ir a una fiesta. —dijo mi hermana con aquella sonrisa juguetona, interesada y animada, una sonrisa que me pedía complacer sin la difícil tarea de adivinar lo que realmente quería.
Miré a mi hermana, luego a él.
No tenía idea de que rayos hablaba, sobretodo porque no hemos hablado estos últimos días. Al final recordé, Alex le había pedido—casi exigido—ir a una fiesta en casa de una chica que ahora no recuerdo el nombre, y que podía llevarme. Esa invitación no me la había tomado en serio, mucho menos pensé en que Gael decidiera ir y llevarme con él. Al final yo siempre había pensado que ir a fiestas no era lo suyo y tampoco lo mío, aunque debo aceptar que muy poco lo conozco para asumir aquello.
—Lo hablamos en el colegio. —aseguró Gael haciendo énfasis en su segunda palabra. Mentía y eso me enojó, no habíamos cruzado más palabras que hola y Adiós, y ahora solo venía así como si nada, esperando que lo acompañara a Sabe Dios donde.
—No creo poder, estoy en medio de una muy buena película. —dije algo intimidada y nerviosa. Mentía también. Gael parecía asombrado, tal vez pensó que llegar de sorpresa haría que aceptara rápidamente ir con él.
Gran error.
—Puedes ir, superaremos que no nos acompañes. —bromeó Dina—. Diviértete con los chicos.
Dina me estaba animando.
Acepto que quiero ir, quiero conocer a quienes antes hacían reír muy a menudo a este chico tan serio y amargado que tengo en frente, quien asegura que somos muy parecidos. Aunque eso sería darle el gusto y creería que ir con él—y hablarme cuando quiera—es así de fácil y sencillo. sin embargo tenía ahora una excusa para decir que sí. Héctor.
—¿Héctor irá? —pregunté.
—Sí. —aseguró. Parecía haberle molestado la pregunta, pero lo ignoré.
—Si papá... —agregué mirando a Dina, mi hermana me interrumpió antes de terminar.
—No lo pienses más, nena. —masculló—. Yo le diré a papá, no le molestará, o tal vez sí, pero se le pasará.
Fingí pensarlo, Gael parecía nervioso a la espera de mi respuesta. Estaba parado rígido en medio de la puerta y mi hermana.
—Bien, Iré por mi bolso. —suspiré corriendo a mi cuarto.
Busqué un bolso de lado color miel que mi hermana me había regalado para mi décimo cuarto cumpleaños frente a mamá en el hospital. Guardé algo de dinero que había ahorrado durante el mes, salí de la habitación y corrí hacia la de mi hermana, abrí uno de sus cajones en donde guarda su maquillaje y me puse un labial color melón en los labios, rápidamente dejé todo como estaba.
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La única excepción en el mundo, ERES TÚ ✔️[REESCRIBIENDO]
Novela Juvenil(REESCRIBIENDO 2021) Leah, una adolescente de diecisiete años, marcada por un trágico accidente, el cual a tenido que manejar junto a su hermana mayor, Dina y su abuelo. Yendo y viniendo del hospital, entregada a una esperanza que muy pronto será d...