CAPITULO 16: Momentos.

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Ha pasado un mes desde aquella fiesta en casa de Jade, ahora faltaba tan solo un día para el primer campeonato, me tenía ocupada, lo suficiente como para olvidar los exámenes de los cuales había olvidado estudiar. Además papá intentaba pasar todo el tiempo posible con nosotras antes de que el abuelo llegara, eso se volvía algo fastidioso para mí, a mi hermana le parecía <<un gesto tierno>>. El abuelo tenía que haber llegado hace tres semanas, pero pasó esos días con la familia de uno de sus amigos, dijo que era algo que siempre había retrasado. –Y ya que estoy fuera de casa, debería hacerlo de una vez por todas.

Mi hermana lo aceptó a regaña dientes, lo necesitaba mucho, aunque tuviéramos a nuestro padre, ahora más que nunca, las veinticuatro horas al día.

Mi padre había decidido tomarse un mes de descanso en su trabajo, se la pasó llevándonos al cine, al parque, heladerías, restaurantes. Podía parecer que empezaba a llevarme bien con él.

La última semana de aquel mes, fuimos a la piscina. Papá invitó a la familia de Héctor, el señor Rafael lo pensó por un momento y luego aceptó. –Pero llevaremos al perro. –aseguró como si fuera esa la condición para salir con papá, así que no tuvo otra opción que aceptarlo, además se lo debía.

Mi hermana llevó a Jason, quien llevó a toda su familia. Ileana también fue, llevaba un bañador mostaza que la hacía ver perfecta y me prestó un conjunto negro que me hacía sentir que me faltaban muchas cosas tanto adelante como por atrás, pero ella aseguraba que me quedaba a la perfección. Mi padre la llama mi mejor amiga todo el tiempo. Sinceramente la siento así ahora.

Gael cuidaba a su mascota como porcelana y eso explicó la petición del señor Rafael, jamás hubiera adivinado lo importante que era August para él, perdón Bumbo. El perro era muy hermoso, jugué tanto con él que pude notar que soy algo alérgica a su pelaje, pero eso no importó, es una criatura realmente encantadora.

El día en la piscina fue épico, papá creyó que sería solo nosotras y la familia Muñoz, pero Dina tuvo otros planes, ella quería que conociera finalmente a los padres de Jason y que mejor manera que en una reunión, la que se convirtió en una salida realmente inolvidable y agradable.

—A Dina, la amamos mucho. —dijo el papá de Jason con su voz gruesa y temeraria y  un vaso de jugo en su mano.

Mi padre se encontraba sentado con sus pies cruzados, alegre de escucharlo decir esas palabras, pero con un rostro que intentaba disimularlo.
Aquel día lo podía agregar a mi corta lista de mejores momentos. Fue impactante ver el intento de Héctor por hacer un clavado, se dio un tremendo golpe en el agua sin tocar la profundidad. Bumbo ladraba desde una esquina de la piscina como si quisiera lanzarse y rescatarlo.

—Eso debió doler. —dijo con hincapié Diego, el hermano de Jason.

—Para nada, así es como él lo hace. —bromeé mientras Diego lo sostenía para ayudarlo a salir de la piscina, Héctor me dio una mirada desafiante y juguetona, entonces lo lanzó al agua de un solo empujón.

Diego me salpicó agua mientras salía de la piscina junto a Héctor. Ileana parecía asustada y divertida. Héctor de pronto me cargó hasta lanzarme al agua, me entró mucha por la nariz, pero no paraba de reír. Ileana fue a parar justo a mi lado. Héctor la había lanzado también.

—Ya no estás tan flacucho, hermanito. —gritó animada Mirella bajando un poco sus lentes de sol, ella estaba sentada junto a mi hermana y la señora Manuela, quien conversaba con la mamá de Jason. Se rieron de nuestra escena.

Ese día todos quedamos como camarones, rojos.

Pero el día en la piscina había pasado, un largo domingo soleado y encantador, y ahora era miércoles. Me encontraba junto a Ileana en su habitación, estudiando para los exámenes que empezaban mañana.

La única excepción en el mundo, ERES TÚ ✔️[REESCRIBIENDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora