—¡¿Te has vuelto loca?! —exclamó pasmado. Como si lo que acababa de confesarle hubiera sido la cosa más terrible—Ileana es como tú, ¡Dios! solo... es amiga.
Fruncí mi entrecejo, estaba al borde de sonreír. Pero sería descabellado hacerlo cuando Héctor está a punto de darse cuenta que se engañaba.
—Disculpa, pero no creo que ese accidente, sea...
—No. —me calló. Estaba pensando. Se levantó de mi cama y caminó de un lugar a otro, mientras se mordía el pulgar y me miraba, cada tres segundos, al borde de una pregunta que no concluía. —...¿Por qué...?...¿Cómo...?...¿Yo no...?... ¿Eso es ilógico?
No pude más y me reí. Solté con fuerza una gran carcajada, que amortigüe con mis manos antes de levantar a medio vecindario. Héctor parecía ofendido de mi reacción.
—Estas siendo exagerado. —le susurré. —No tiene nada de malo que te...
—He estado enamorado de Jade por muchos años. ¡Años!—enfatizó—Sabes muy bien eso, es imposible que me termine gustando Ileana, ella no es mi clase de chica. —confesó—Bueno... no es que antes de Jade tuviera un tipo, pero ella es el único tipo de chica que me ha gustado, claro después de ti.
Me quedé atónita con lo último que dijo, y no parecía notar lo que me había dicho, no se había inmutado con tal declaración. ¿Así, nada más?
—¿Yo te gustaba? —pregunté sin poder creerlo.
—Sí, ¿Lo sabías, no? —dijo, pero aún estaba perdido en sus pensamientos sobre Ileana y Jade, caminando y mordiendo su pulgar.
—¿Por qué crees que es imposible? Ileana es muy dulce. —comenté, intentando omitir el otro tema pendiente.
—Ileana no es Jade.—volvió a sentarse a mi lado. —Y Jade siempre me ha gustado, creí que sería así para siempre.
—Héctor, los sentimientos cambian.—le informé—anda enterándote de eso.
—¡Lo sé! ¿Crees que no? Pero Ileana..., ella no debería gustarme. ¿Ahora como se supone que actúe frente a ella, cuando acabo de darme cuenta de esto? Se supone que los amigos no deben gustarse, eso lo daña y tengo una relación de amistad con ella a la par contigo, que no me gustaría terminar.
—¿Por qué crees que lo dañaría? Ella también gusta de ti. Es correspondido y ahí no hay nada de fracaso, sólo arriesgarse y ya. Ustedes son idénticos en todo, incluso ella soporta tus malos chistes a ratos muy largos. —bromeé.
—Pero estoy con Jade, ella me gusta de todas formas. Aunque ya no sé en qué magnitud esté lo que siento por ella, y no sé si se deba por esta tonta confusión.—metió sus dedos en su rizado cabello negro, estaba muy frustrado.
Toqué su hombro para consolarlo. No sé si deba hacerlo o no pero, parecía al borde de las lágrimas, era una opción.
—Lo sabrás.
—¿Y tú? —soltó. Pestañeé confundida. —¿Tú y Gael? —me miraba fijamente, sus malditos ojos negros me escarbaban.
—Te iba a...
—No me molesta, Ly. —puso los ojos en blanco y sonrió. Luego se acostó con su torso mitad en la cama y los pies en el suelo, tiró de mi mano hacia él y me acomodé igual. Mirábamos el techo, el uno a lado del otro—Llegué a pensar que nunca te enamorarías, que morirías vieja con cien gatos y veinte perros.
Nos reímos. Por un momento lo pensé, no era un mal plan, él llegaría con fundas de comida para animales y me ayudaría a alimentarlos mientras voy por la casa a paso lento, llevándole galletas de chocolate a sus nietos que me acogieron como su tía abuela.
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La única excepción en el mundo, ERES TÚ ✔️[REESCRIBIENDO]
Novela Juvenil(REESCRIBIENDO 2021) Leah, una adolescente de diecisiete años, marcada por un trágico accidente, el cual a tenido que manejar junto a su hermana mayor, Dina y su abuelo. Yendo y viniendo del hospital, entregada a una esperanza que muy pronto será d...