CAPÍTULO 21:Visitas y sorpresas

98 27 2
                                    

Cuando Gael me dejó en casa solo bajé del auto con nerviosismo, intentaba no parecer emocionada. Estaba muy contenta y él lo parecía también, sonreía dentro del auto, luego arrancó alejándose y perdiendose en la bella penumbra de la noche que hoy nos había hecho compañía.

Subí hasta mi habitación y me lancé a la cama, eran las once de la noche e imaginé que Dina y el abuelo de seguro dormían plácidamente en sus camas, al parecer no me esperaban despiertos. Y papá... él aún no llegaba de su reunión, llegaría después de las doce, lo supuse, como siempre.

Fui al baño y me miré en el espejo, aún llevaba el abrigo de Gael y la sonrisa de mi cara no se borraba por más que lo intentaba, parecía una tonta, con mis mejillas sonrojadas apreté entre mis brazos aquel gran pedazo de tela con el aroma a él, recistiendo al fin el intento de someter a mi cabeza el dejar de pensar en él por esta noche.

Aún desde aquí lograba sentirlo cerca, muy junto a mí.

<<Quizá, en el fondo, me gusta, me gusta desde mucho y quería inconcientemente enterrar ese sentimiento dentro de mí hasta ahora >>pensé.

La pregunta que se formula en mi cabeza es ¿Y eso como rayos pasó? Porque hace tan solo un mes creía y aseguraba no conocerlo y lo sentía un estorbo a mi alrededores y del alrededor de Héctor, su presencia me despertaba desconfianza, a  la vez él podía pasar desapercibido por su silencio, no representaba el mayor centro de mi atención o eso creía hasta que notaba lo misterioso que podía llegar a ser.

Es emocionalmente frustrante. Y eso hace que piense y... no logre recordar cual fue el momento crucial que me trajo aquí, al ahora, este momento en que sus ojos lindos, inexpresivos y tan comunes no dejan de aparecer vez tras vez dentro de mi cabeza como película de una escena romántica de los ochenta.

Mirando el techo e imaginado que aún me encontraba en el mirador y que Gael estaba a mi lado acostado con los ojos cerrados, me dormí.

👣👣👣

La semana de clases concluyó en su normalidad, a excepción en que el abuelo nos dijo que viajaría de nuevo por una semana más, así lo hizo el jueves por la noche, dejándonos nuevamente con papá.

Héctor gracias a su gran extensa y ocupada agenda por el club, no hablábamos mucho entre semana y además, parecía entretenido en algo más que libros y teatro, como si ocultara otra cosa.

Ileana ayudaba a Santiago con la librería por las tardes después de clases y Dina estaba ocupada con sus exámenes finales, no podía molestar a ninguno, yo solo creía tener los entrenamientos, era lo único que podía mantenerme ocupada, pero esta semana ya no hacía falta entrenar hasta que Jade fije planes como capitana. Así que me mantuve en la pintura.

Gael volvió a ser el mismo, es como si no estuviera, no habla y eso realmente me desconcertaba, creía que habíamos avanzado, que éramos amigos ahora y pasaríamos mas tiempo juntos, pero no era así.

Los únicos momentos de esta semana que pasamos juntos, los cuatro, fue en las horas del almuerzo, Héctor contaba sus adivinanzas sin gracia e Ileana reía de ellas, mientras que Gael fingía ir al baño y yo me llenaba la boca con una dona de chocolate intentando reír del chiste sobre los zombies y profesores que contaba mi mejor amigo mientras ignoraba el hecho de mi gran molestia por Gael y su ausencia.

👣👣👣

Hoy es sábado, un sábado en donde me dedico a terminar de leer mi libro favorito por millonésima vez [El diario de Ana Frank] a la vez que observo a Dina intentar cocinar una lasaña de carne que había visto a mamá  hacer cuando ella era aún adolescente. Jason vendría a las cinco a pasar el sábado y luego cenaría con nosotras, de modo que quería impresionarlo con su destreza en la cocina.

La única excepción en el mundo, ERES TÚ ✔️[REESCRIBIENDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora