Magnífica Melodía | Kookmin

II."I finally know you"

Te pusiste de pie mientras sonreías mostrando las perlas de tu boca, metiste tus manos a los bolsillos de tu jean, suspiraste y caminaste hacia mi con pasos seguros.

- Hola.- extendiste tú mano.

- H-hola.- tomé tú larga mano y la moví sutilmente en forma de saludo.

- ¿Quisieras ir a tomar un café?

- ¿Q-qué?- Pregunté atónito.

Reíste un poco, seguro fui muy idiota.

-¿Te gustaría ir a tomar un café? Mi novia no debe tardar, podemos ir si tú quieres.

¿Novia? ¿Tiene novia? Mierda.

Desperté de aquel terrible sueño, mejor dicho... pesadilla. Una pesadilla de muy mal gusto a decir verdad.

Hice un berrinche aún recostado y abracé la almohada.

- Diablos.- murmuré.- El podría tener novia, es muy guapo y... Un momento ¿Qué está pasando?

Levanté mi ceja y pensé un poco lo sucedido ¿Por qué me estoy preocupando demasiado por si tiene o no una novia?

Froté mis ojos matando mis pensamientos. Caminé fuera de la habitación para desayunar lo que fuera, arreglarme y salir al estudio.

[...]

El día era fresco así que opté por un abrigo gris, playera, pantalones y zapatos negros.
Cuando finalmente estuve listo, salí con mi violín sobre mi hombro.

Luego de tres meses al fin vería a mis pequeños músicos, siempre tienen tantas ganas de aprender. Recuerdo la vez en que llegué al estudio con Taehyung; los niños corrieron a él y lo abrazaron todo él día. Debo admitir que me puse un poco celoso... Solo un poco.

Al llegar al estudio, a través de la ventana gigante de cristal, los pude ver ahí algunos estaban muy entretenidos pintando con crayones unas hojas y otros escribiendo. Sonreí apliamente y finalmente entré.

- ¡Hola pequeños!

- ¡ChimChim!

Dejé mi violín recargado en la pared y me arrodillé para recibir a todos mis alumnos que venían corriendo hacía mi.

- ¿Tanto me extrañaron?

Los niños rieron y siguieron abrazándome. Cerré mis ojos disfrutando del momento y al abrirlos, mis ojos se situaron en un lugar... en Sun Hee. Me estaba viendo con una gran sonrisa desde su lugar. Moví mi mano saludándola y sonreí de vuelta.

- Pequeños, esperen aquí ¿Si?

Me puse de pie y caminé a ella para hincarme a un lado de su silla.

- Hola pequeña.

- Hola ChimChim.- sonrió acariciando mi mejilla.- Tengo un regalo para ti.

- ¿Qué es, pequeña?

- Hice este dibujo para ti.- mostró sus manos y me dió una hoja doblada por la mitad.- Espero te guste.