E P Í L O G O

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- Jeon Jungkook, ¿Acepta a Park Jimin como su esposo?.

- Sí, acepto.

- Park Jimin, ¿Acepta a Jeon Jungkook como su esposo?.

- Sin pensarlo.

8 años después...

Un gran río siendo alumbrado por el sol junto con el bello paisaje que estaba a su alrededor. El ruido de los coches apresurados se escuchaba a través de las paredes.

Una pequeña casa yacía por ahí y en su patio; había canchas de fútbol y un balón solitario ahí, bicicletas sobre el suelo y coches también. Dentro de ella, el rubio deleitaba sus oídos con una melodía que sabía de memoria, la melodía de aquel día en Grecia.

Cuando se escuchó llaves chocando entre sí y el seguro de la puerta abrirse, Jimin sonrió ampliamente guardando su violín en su estuche sonriendo a la puerta abriendo sus brazos cuando una niña de dieciséis años ya, se asomó luciendo un vestido rojo y una mascada del mismo color sobre su cabeza que recordaba la gran lucha que ganó años atrás siendo solo una niña.

- Hola papá.- dijo luego de correr a los brazos de Jimin para abrazarlo y dejar un beso en su mejilla.

- ¿Cómo te fue hoy?.

- Fue agotador, estoy a nada de terminar el semestre y parece que los profesores acordaron en acabar con la poca vida social de sus alumnos.- reprochó haciendo un puchero ante la mirada de su mayor quién dejó un beso sobre su frente antes de soltarla.

- Resiste, resiste un poco más.- rió acariciando su mejilla.- Ve a ponerte cómoda mientras está lista la comida ¿Si? Apuesto a que te alegrará el día comer, pequeña glotona.

Sun Hee asintió entre risas y fue corriendo a su habitación al fondo del pasillo. Jungkook quien estuvo todo el tiempo mirando la escena desde la puerta, se asomó junto con su ahora esposo para ver que nadie estuviera por ahí. Luego de asegurarse, corrió a sostener a Jimin entre sus brazos y depositar pequeños besos en sus labios.

- Te extrañé, amor.- volvió a besarlo posando su mano sobre su mejilla.

- También yo.- le sonrió ocultando sus orbes detrás de sus párpados.-¿Cómo te fue hoy a ti?

- El plano está hecho, mañana mismo la orden llegará a la empresa y podremos empezar.

- Ese es mi esposo.- rió besando nuevamente sus labios.- Un gran arquitecto.

- ¿Solo eso? ¿No soy un gran amante también?- susurró de forma juguetona a su oído para después morder el lóbulo de su oreja.- ¿Podemos hacer el amor ahora? Te extrañé demasiado.

- Nada me gustaría más.- contestó volviendo a atrapar sus labios en un beso profundo descendiendo su mano hasta palmear sobre su trasero levemente.- Tengo algo que darte

- ¿Una sorpresa, amor?

Jimin buscó dentro del maletín que estaba sobre el sofá sacando de el una cajita de terciopelo y se la entregó estirando de forma tierna sus brazos.

Cuando Jeon la tomó, guardó sus manos detrás de su espalda admirando el rostro de confusión que el más alto había dibujado en su rostro.

- ¿Qué es?

- No lo sé. La respuesta no llegará si solo lo sostienes, cariño.

Le miró entrecerrando los ojos como si lo hubiese atrapado en algún intento de broma. El más bajo le animó elevando sus cejas y Jeon no muy seguro abrió la pequeña caja revelando un anillo de color rosa-dorado con un pequeño diamante al frente.

 Magnífica Melodía | KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora