Magnífica Melodía | Kookmin

XXIX."Let's make art"

La puerta fue abierta de forma torpe haciéndolos reír cuando Jimin alcanzó a golpear ligeramente su cabeza sobre el marco de la puerta.

Habían llegado a la habitación tan dentro de una melodía de besos llenos de deseo y tentativas caricias. Con sumo cuidado, lo depositó sobre la suave superficie de la cama cubierta con sábanas blancas colocándose sobre el apoyando sus manos a los costados de su cabeza pegando muy levemente sus entrepiernas.

El mar que ahí dentro se creó, iba en aumento con cada caricia por sobre la tela, con cada sutil posesión de sus labios. Manos viajantes a la camisa ajena en busca de desabotonarla y quemar la piel con sus ardientes yemas.

- Te voy a cuidar, amor... Estés junto a mí, o a mil kilómetros lejos... Te voy a cuidar siempre.

Pronunció el castaño con la mayor dulzura en su voz mientras sus ojos se conectaban en medio del mar de sentimientos. Acercó sus narices con las puntas teñidas de carmesí en consecuencia del calor y la rozó yendo de un lado a otro dándole un beso esquimal.

- Eso fue muy tierno.- rió sosteniendo su mejilla.

- Propongo hacer algo...

- ¿Qué quieres hacer?

- Hagamos arte...

Dicho esto, su mano tocó la suya con una suave caricia que ascendía hasta llegar a sus hombros y descendía por su pecho y torso suavemente pintando sus cuerpos semidesnudos de colores a la par que sus manos con insaciables caricias, viajaban con libre albedrío sobre su pálida piel.

Sus labios regresaron a los esponjosos suyos tomándolos en un suave beso, finalmente creando una explosión de colores en sus almas, cuerpos y en su nueva historia de amor, concluyendo un arte único... Uno que solo será creado cuando hagan el amor, uno que solo se crea cuando están juntos.

Una arte único.

- ¿Así serán las despedidas?.- dejó de besar sus labios con un poco de dificultad.

- Supongo que sí.- respondió entre un pesado jadeo con una sonrisa ladina.- Espero que ésta vez sea la única despedida.

- ¿Así que también será la última y primera vez que haremos el amor?

- No...- bajó con besos húmedos desde la comisura de sus labios hasta llegar a su expuesto cuello.- no si no quieres.

Dejó escapar un gemido cuando sintió la lengua de Jungkook humedecer su clavícula para luego succionar muy levemente su piel.
Luego de admirar la sonrisa inocente que había dibujado, logró con un ágil movimiento que ésta vez, fuera Jungkook quien terminará recostado de espaldas sobre la cama.

- Definitivamente no.- mencionó una vez se encontraba sentado a horcajadas sobre su abdomen bajo.

Echó el cabello que cubría su frente hacia atrás liberando el aire pesadamente debido al calor que comenzaba a sentir. Se inclinó para atrapar sus labios ya hinchados y rojos en un beso apasionado, lleno de caricias que le erizaban la piel y con las grandes manos de Jeon tomando posesión de sus caderas.

Sus manos siendo barcos navegantes sobre pieles desnudas yendo tan suave y tan ardiente a la vez. Labios de seda que parecían tener un punto inalcanzable de cansancio. Perlas decorando sus cuerpos y destellando dentro de la habitación. Tambores sonoros ocultos en sus pechos golpeando constantemente haciendo eco.

Jungkook tomó asiento con su novio aún sobre su regazo, su mano descendió desde sus hombros, el costado de su estrecha cintura hasta llegar a la parte superior de su ropa interior comenzando a juguetear con la cinta de éste.

- Amor...

- ¿Qué ocurre?.- detuvo su acción volviendo lentamente a su cintura.- ¿Hice algo que no te gustó? Pu-puedes decirme si...

- No...- acunó si rostro besándolo repetidas veces por sus mejillas, frente y nariz.- no es eso. Es solo que... estoy ¿Nervioso?.- enarcó su ceja no muy seguro de lo que dijo.- No lo sé, es... mi primera vez...

- Es totalmente normal, a decir verdad, también estoy nervioso.- besó si nariz para tranquilizarlo.- Seré cuidadoso, aunque si quieres, podemos dejarlo aquí...- prosiguió de lo más tranquilo entrelazando sus dedos con sus mechones rubios. No quería presionarlo y mucho menos obligarlo a hacer algo de lo que no estaba seguro.

- Quiero hacerlo. En verdad lo quiero, es solo que ¿Qué pasa si echo a perder todo...?

El mayor sonrió con ternura y tomando su barbilla volviendo a conectar sus ojos, lo besó de forma efímera.

- Cielo, eso no pasará... Haremos que ésto sea inolvidable y perfecto, así debe ser ¿Estamos de acuerdo?.- Jimin asintió y abultó sus labios para recibir otro beso.- Tendré mucho cuidado. Me dirás si algo no te gusta o si llega a dolerte...-asintió cerrando sus ojos y acariciando los anchos hombros de Jungkook.- Te amo.

Gateó sobre la suave superficie con Jimin en brazos. Una vez más, lo recostó, ésta vez con una almohada debajo de su cabeza, y se dispuso a dejar un camino de besos sobre su pecho hasta su abdomen bajo ocasionando que arquearse la espalda liberando un gemido. Lo despojó lentamente de la ligera prenda que lo cubría dejando ver su hombría y un sonrojo en sus mejillas con sus manos intentando cubrirlo.

- Amor...- besó el dorso de sus manos. Las tomó con las suyas evitando que siguiera ocultándose.- quiero verte... todo el tiempo.

Se posicionó entre sus piernas. Sus labios fueron a atacar los suyos mordiendo suavemente su labio inferior arrancándole un jadeo cuando deslizó su mano por su torso desnudo hasta llegar a su miembro empezando a frotarlo.

Fue así con movimientos lentos logrando que Jimin terminara el besó cuando echaba su cabeza hacia atrás dándole espacio de atacar su cuello.

- Je-jeon.- pronunció en un jadeo cuando insertó el primer dedo en su entrada sin dejar de masajear su miembro.

- Te adoro.- buscó necesitadamente sus labios para atacarlo mientras continuaba dilatando su entrada. Acarició su muslo a la par que comenzaba a bajar sin desviar su mirada ni un segundo de los orbes de caramelo de su novio, frotó un par de veces más antes de envolverlo con sus labios.

- ¡Jungkook!.- gimió arqueando su espalda y tomando entre sus puños las sábanas blancas deleitándose bajo el gran placer que comenzaba a crecer sintiendo el cosquilleo en su abdomen bajo.- Amor... voy a...

Tomó sus caderas para atraerlo, Jimin buscó sus labios para apresarlos entre los suyos mientras su miembro lentamente lo penetraba haciendo pausas para que se acostumbrara.

- Cariño, te amo.- susurró el menor a su oído entre el vaivén de suaves embestidas. Su ancha espalda y hombros siendo marcados por rasguños. Sus cuerpos cristalinos debido al sudor deslizándose por sus pieles, la habitación repleta de palabras de amor, gemidos y jadeos...

Dos amantes entregándose en cuerpo y alma a media noche cubiertos en sábanas de seda suscitando una obra de arte.