El castaño permaneció despierto sosteniendo la cabeza del menor acariciando su rostro y sonriendo.
Jimin amaría el lugar al que estaban a poco de llegar, Jeon estaba más seguro de eso.
Se había propuesto hacer que se sintiera mejor. Era como una necesidad el querer que éste bien todos los días... a todo segundo. Amaba verlo sonreír y escuchar su melódica risa.
La propuesta de Jeongyeon seguía en su cabeza, tal vez sería mejor idea no asistir y salir a alguna otra parte en compañía de Jimin, como todos los días.
Solamente que ese día, Jimin debía trabajar en la tarde así que no se podrán ver todo el día.
- Jimin...-susurró.- es hora de bajar.
Park abrió sus ojos lentamente hasta acostumbrarse a la luz y bajar del transporte aún con sus manos sostenidas.
- ¿En dónde es? Ya quiero llegar.- inquiró emocionado observando el lugar en donde se encontraban.
- Ya casi llegamos, solo debemos caminar un poco más.
Siguieron caminando, Jimin miraba todo con curiosidad, jamás había estado en aquella parte de la ciudad.
Claramente recibían miradas de personas juzgándolos al notar sus manos unidas, ninguno de los dos se inmutó a soltar el agarre, simplemente siguieron así.
Jungkook repentinamente soltó la mano que sostenía colocándose detrás de él y cubriendo sus ojos.
- Ya llegamos.
- ¡Quiero ver!.- pidió emocionado intentando quitar las manos que cubrían sus ojos.
- Espera...- continuó caminando guiando a Jimin.- un poco más... ¿Estás listo?
Jimin asintió muy emocionado y finalmente quitó de forma suave sus manos dejándolo ver el lugar.
Era sumamente hermoso, el pequeño lugar estaba lleno de rosas de color rojo, el sol le daba el toque mágico al lugar iluminando sus pétalos y las hojas de algunos árboles del lugar.
Al centro había unos columpios de color blanco creando contraste con el entorno.
Jeon agradecía infinitamente que no estuviera lleno de personas, así podrían estar ahí solos, disfrutando del lugar al máximo.
- E-es hermoso... Dios, mira todas estás rosas.- Jimin caminó sobre el césped admirando la belleza natural delante suyo, las rosas siempre habían sido sus flores favoritas, y Jeon lo sabía muy bien.
El castaño solo observaba la felicidad que irradiaba, su gran sonrisa de oreja a oreja, sus ojos brillando.
- Me gustaría que algún día me miraras con el mismo hermoso brillo.- susurró para sí mismo. Jimin veía y tocaba con amor los pétalos de la rosa que sostenía.
Metió sus manos a los bolsillos de sus jeans, siguió mirando los rosales... y a Park también, de forma discreta.
Sus ojos se cerraron por instinto al sentir la suave brisa sobre cada uno de sus poros.
De pronto, su cuerpo se encontraba rodeado en unos cálidos brazos.
Jimin lo abrazaba, escondiendo su rostro en el pecho ajeno, con los ojos cerrados y sus fosas nasales inundadas con el aroma del más alto.
Jungkook abrió sus ojos con sorpresa y bajó la mirada observando con ternura la acción de Jimin escondiendo su rostro.
Lo abrazó de igual manera, el más bajo sonrió y entrelazó sus dedos abrazando la cintura de Jungkook.
- ¿Quieres sentarte conmigo en los columpios?.- propuso el menor sin soltarlo y posando su barbilla en su pecho para poder verlo.
Jungkook asintió con un par de movimientos de cabeza y tomó su mano para ir y sentarse uno a lado del otro.
- ¿Qué...- suspiró bajando su cabeza.- qué ha pasado con la propuesta de la orquesta?
Jimin abrió la boca para responder, pausó unos segundos y continuó.
- Sigue en pie. Dijeron que será en Estados Unidos...- sonrió emocionado. Había estado haciendo planes de visitar distintos lugares. Uno de ellos era visitar el gran Golden Gate Bridge, aunque el hecho de recordar que aceptar dicha oportunidad, era sinónimo de no ver a Jungkook durante casi un mes, no lo ponía del todo bien. Saliendo de su nube de emoción casi completa, vió de reojo a Jeon cabizbajo y sin expresiones en su rostro. Le extendió la mano con una media sonrisa.- no hablemos de eso ahora, aún faltan algunos meses.
- Es una gran oportunidad.- tomó su mano dándole un suave apretón.- estoy feliz por ti.
El silencio volvió a hacerse presente. Jimin continuó mirándolo mientras que Jeon veía a la nada quizá pensando en como serían sus días sin verlo.
Y es que habían estado saliendo todos los días, algunos solo viéndose un par de horas debido a sus respectivos trabajos pero no había día que pasaran sin verse.
- Te quiero.- sin decir más, el rubio hablo de la nada.
- Y yo a ti.- finalmente sonrió aunque con un destello de tristeza en sus ojos.
- Andando, tomemos unas fotografías.- sacó su celular del bolso de su abrigo e inmediatamente fotografió a Jungkook quien sonreía con un poco de rubor en sus mejillas.
- Ven aquí.- lo abrazó y tomó otra fotografía... mejor dicho, varias en donde salían ellos dos juntos haciendo gestos graciosos o simplemente sonriendo.
Tomó otras de Jimin junto con los rosales. No era la primera vez que tomaba fotos de él, a cada minuto lo hacía; cuando estaba comiendo, hablando, distraído e incluso dormido como aquella vez en el hospital.
Amaba la fotografía y más cuando se trataba de Park Jimin siendo el protagonista de éstas.
- Tienes que ver ésto...- tomó su mano y camino a paso rápido a un rosal en especial.- ¿No es maravillosa?.- preguntó señalando un flor que no era muy visible a simple vista.
- Sus colores... es maravillosa y única.- dijo Jimin. Observó con detenimiento la rosa acariciando suavemente sus pétalos.
Y es que sus colores eran los que la hacían ver totalmente increíble; el degradado perfecto de rojo y amarillo que sus pétalos poseían.
Pareciera robada de un cuento de hadas con un jardín totalmente mágico y oculto de todos.
- Es tan única entre todas...- sonríe. Se posiciona delante suyo, viéndolo a los ojos y acariciando su mejilla.- como tú.
- Jungkook...
- Te la regalo. Digamos que... la naturaleza me hizo un préstamo.- rieron a la par.- Prometo venir contigo algún otro día a visitarla.
Jimin sonrió totalmente encantado. Se acercó con toda seguridad al cuerpo de Jungkook colando sus manos por su cintura para abrazarlo apoyando suavemente el costado de su cabeza sobre su pecho.
- Gracias.- susurró una vez los fuertes brazos de Jungkook lo habían rodeado en un abrazo tan deseado.
Un abrazo en el cual se demostraban el querer que se tenían el uno al otro.
Un abrazo en el que se complementan a la perfección como los colores de aquella flor.
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Magnífica Melodía | Kookmin
Fanfiction«Aquella hermosa tarde en la que te ví, me sentí capaz de amar y crear algo diferente... un pequeño mundo lleno de mariposas y notas, de cartas y sinfonías, de amor y placer. Capaz de crear algo contigo, capaz de crear... una magnífica melodía.» • H...