Señoras y señores, abróchense sus cinturones porque he aquí un especial que no tiene mucho que ver con la historia, un especial de 1966 palabras para los que quieran o no ignorar este cap.
Mil gracias por ese 10k que aun no me lo creo ni yo.
Disfruten.
Erase una vez, una princesa de pelo estúpidamente largo. La princesa iba a cumplir sus escasos 15 años a la próxima semana y sus padres ya estaban planeando su regalo.
Los tiempos eran difíciles, estaban en plena revolución por una disputa entre realeza y no realeza.
La princesa era amada por todos los que no poseían sangre azul; No era la persona más inteligente del planeta, pero tampoco era la más tonta, ella era bastante culta y modesta, eso es lo que todos amaban de ella, su modestia y sentido de la paz e igualdad, tanto para los distintos estamentos como para los otros países y géneros. He aquí el conflicto, todos querían que ella fuese la siguiente gobernante, pero existía la regla de que las mujeres no podían gobernar, menos ser reinas sin rey.
El pueblo entró en conflicto ante eso, realeza vs no realeza, con la milicia del lado del pueblo. Con este caos, los actuales reyes fueron construyendo un muro tan fornido como las murallas del palacio, un muro de puro odio ¿Si ella no hubiese nacido esto habría pasado?
Los reyes no quería que su hija obtuviera el trono, ellos podían romper esa regla machista que prohibía a las mujeres gobernar, pero no querían, si su hija se convertía en reina todo el mundo sabría las consecuencias, el palacio se quedaría pobre dando dinero a los más necesitados, los nobles dejarían de ser nobles, todo sería distinto. Obviamente se negaban a eso.
–¿Y si la casamos?– Preguntó ocurrente la madre de la princesa.– Podríamos decir que la casamos con el hijo del reino vecino y adiós al problema. – El rey, que tampoco era tonto, negó.
–Querrían boda, y ya estamos en crisis como para encima esposarla y celebrar la boda ¿Y qué haríamos con el dote? ¡No pienso pagar una moneda por esa bastarda!
–¡Matemosla!– Exclamó la reina con desesperación, librarse de su hija no sería tarea sencilla.
–Tampoco. Sólo un pequeño grupo de nobles están de nuestro lado, y la milicia está en nuestra contra. Si ven a esa bastarda muerta, nos veremos en la horca.–La reina, dramática, suspiro y se dejó caer en la mesa.
–Dios nos acompañe en esta difícil misión. ¡Ojalá alguien la secuestre y se la lleve lejos para siempre!
–¡ESO ES, AMADA MÍA!- La reina lo miró incrédula.–Contratemos a uno de esos bárbaros dragones, y que la encierre en una torre por el resto de la eternidad.– A la reina se le dibujó una sonrisa en su cara, era una esplendida idea.– A esos pulgosos les encanta el dinero. Harán lo que sea por unas pocas monedas.
–Amado, es un artista al usar el intelecto.
Y así fue como todo se puso en marcha: esa misma noche, a altas horas de la madrugada, los reyes enviaron a un mensajero hacia el otro lado de la montaña, allí encontraría dragones de importantes dimensiones. Todos con filosos colmillos y aspecto penetrante.