XXI

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Puede, y solo puede, que haya dramatizado un poco todo.

O PUEDE QUE NO.

Quizás a sus 17 podría haber buscado un opción más apta para no tener que recurrir a escaparse de casa, maleta incluida, para no tener que casarse con cualquier estúpido que se presentase por su casa.

Pero no, ahora estaba caminando montaña arriba con su súper sentido de la orientación, a las tres de la mañana. Bueno, no se iba a escapar en plena luz del día ¿Verdad?

Quizás estaba llegando a un punto de paranoia total. Pero en cuanto Mineta cruzó la puerta de su casa supo que la situación se le estaba saliendo de las manos. Sin embargo, aguantó cual campeona toda la charla de presentación del enano ¡Incluso pudieron conversar como personas civilizadas hasta que le levanto la falda!

Después apareció un rubio muy bien vestido.

-Ese tipo no era ni un burgués ni un noble...- Se dijo para si misma. Se apoyó en un árbol para descansar un poco. Había corrido monte arriba, sabía donde estaba, no estaba perdida. Estaba demasiado concentrada en el recuerdo del rubio pálido como para perderse. Nada más verlo fue sentir como cada cabello de su cuerpo se ponía en punta, desde los pies a la cabeza. Había algo en esos ojos azules, que le congelaba el alma.

Suspiró borrando el recuerdo de forma temporal de su mente y se dispuso a continuar rumbo a la casa de Katsuki.

¿Adónde más iba a ir? ¿al castillo con Shoto para que le diera más té? ¡antes se casaba!

Lo peor es que Gin de la nada desapareció, como el humo, solo, solo se desvaneció, causando aun más pánico en la pecosa. Últimamente todo era un caos en su vida: Gin desaparecía, su hermano aparecía cada vez menos, veía menos a sus amigos y encima su hermano salía bastante de casa. Todo era un desplome.

Dejo de caminar en cuanto llegó al claro de siempre. Ahora sí, completamente desubicada. Vale que haya llegado al mismo sitio donde se reunía con Katsuki. Pero ¿Ahora qué? Solo ha estado una vez en esa aldea y ni sabe como llegó. Puede que fuese mala idea escaparse al fin y al cabo. Tendría que haberlo pensado mejor. Estar en lo alto de la montaña a las casi 4 de la mañana, monstruos peligrosos sueltos por ahí, la mala orientación, y encima tenía que ir a un lugar que no sabía donde quedaba, sin contar que todo estaba oscuro y no podía distinguir ni la punta de su nariz.

-Realmente no tienes remedio.- La pecosa asintió ante sus palabras. Es que tenía razón, podía haber venido a la mañana al menos para que no esté tan oscu... Espera. Miró hacia adelante encontrándose con la figura robusta de su hermano Shota.- Deja de mirarme con si fuera un fantasma. Te has escapado de casa a malas y ahora te sorprendes y te sientes asustada ¿A dónde pretendías llegar así? ¿Al menos sabes a dónde quieres llegar? Simplemente has cogido una maleta y te has ido sin rumbo ¿O planeas estar en la misma casa que tu amigo? -Y ahí estaba la bronca de su hermano. Casi nunca la regañaba, pero cuando tocaba siempre se ponía con una fachada autoritaria y seria, casi espeluznante. -¿Al menos él sabe que vas para allá? -La menor negó con su baza en silencio. Ante esto, su hermano suspiró. Seiza el 90% de las veces había mostrado ser una persona sensata, racional, pero ahora no lo estaba siendo.- Realmente estás actuando sin pensar, Seiza.

- No me quiero casar, creo que es evidente.- Se defendió.- Además, mi prometido me da miedo, lo supe nada más verlo. Nada más oírlo hablar. Mi cuerpo tembló y realmente sentí pánico, casi igual que cuando... Cuando me topé con esos monstruos.- Su maleta fue dejada en el suelo y ella se abrazó a sí misma. Recordar ese acontecimiento le dejaba aún un poco en shock. Realmente era una cobarde.

-¿Monstruos? Bueno da igual.- Intentó ignorar eso pues ella seguía en pie ahí, es decir, estaba viva. No podía ser el monstruo de los tantos rumores porque entonces ella no estaría en estos momentos en donde está. No estaría viva. -Vamos. Hay que moverse.- Cogió la maleta de su hermana y empezó a caminar... En dirección contraria a su casa.

-¿Hermano?- Tenía mala orientación, pero sabía perfectamente que el paisaje que en esos momentos estaban atravesando no correspondía para nada con el usual que estaba de camino a su casa, ése solía ser más boscoso. Sin embargo, Shota estaba yendo a través de uno cada vez más rocoso.

Cansada de la actitud ignorante de su mayor, la joven paró en seco. Realmente ella no aguantaba más.

» O me dices lo que Estás planeando o no me muevo. Ya estoy harta. Nadie me cuenta nada al momento, siempre me tengo que enterar de todo cuando la situación termina explotando o cuando el asunto ya está zanjado.- Lloriqueó con estrés recordando que fue la ultima en enterarse de la existencia del monstruo, que nunca le contaron sobre la existencia de los dos territorios y que era peligroso cruzar la frontera, y, y... Que Katsuki nunca le contaba nada cuando le pasaba algo...

Por su mente pasó cuando Katsuki tuvo todo el abdomen vendado. "Se había caído de su dragón". Eso no se lo creía nadie...

Realmente, nunca me cuentan nada...

-... Sólo sigue caminando. Cuando lleguemos te lo explicaremos todo. Falta poco. - El hermano aligeró un poco su andar, acercándose a su hermana y pasando su brazos derecho por sus hombros, en un intento de reconfontarla. Entendía lo mal que lo estaba pasando.

Puede que la esté consintiendo demasiado o puede que no, pero es su hermana pequeña y por ella podía llegar a hacer cualquier cosa con tal de que ella tuviera una sonrisa en su cara.

No dejaría que la casaran con cualquier estúpido del reino, ni que la obligaran a hacerlo.

Estaba ayudando a su hermana a escapar de casa... ¿Era buen o mal hermano?





Bueno he actualizado pronto, lo prometido es deuda. Dije al día siguiente y bueno dos días después no está tan mal. Al menos no es un año después ¿no?

Hice el cap un poco más largo, y creo que voy a intentar ir un poco más lento para que no venga todo de golpe.

Os amo!

Dragon Heart |Katsuki Bakugou|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora